Los monetaristas establecieron su base en la Universidad de Chicago, donde Friedman enseñaría a muchos estudiantes esta ideología radical, convirtiéndolos en una verdadera secta de la economía conectada con otras sectas. El monetarismo obtuvo el control de bancos centrales a través de sus hombres, y el reconocimiento de las universidades estadounidenses que se comprarían sus recetas, también desarrolló rápidamente una presencia significativa en las universidades privadas de Latinoamérica y Europa, aun en las más antiguas.
En la segunda mitad de los ‘70, el monetarismo desplegó una serie de conferencias y congresos en todo el mundo, predicando su propio evangelio-un capitalismo salvaje-, en estos encuentros fueron reconocidos y solicitados por académicos y gobiernos que cayeron a sus pies, seducidos por la elocuencia de sus sermones. Se formó alrededor de esa quintaesencia, una especie de "Directorio Jet Set" que abarcaría política-economía-negocios, y se ordenó misioneros para las milicias graduadas, con el objeto de trasladarse a países estratégicos, para operar reformas inspiradas en ese espíritu. El grupo fundo escuelas e incursiono en gobiernos de Chile, Indonesia, Bolivia, Argentina, Uruguay, etcétera; donde sus militantes aplicaron tácticas de shocks y uso de instrumentos monetarios, armas superiores de destrucción masiva como la suba de las tasas de interés. También se llevó a cabo la "crítica y autocrítica", una práctica leninista de amplia aceptación marxista, cuya finalidad es evitar repetir errores y purgar malos hábitos de trabajo, igual que lo hacen los grupos Trotskistas y Maoístas.
A través de los años de la década de 1980, el monetarismo libre mercadista creció tanto en el mundo que en la década del ’90 ya controlaba la organización de la globalización de los mercados. Tuvo fuerte apoyo por parte de mayordomos domésticos, que obtuvieron todo tipo de privilegios y negocios, muchos de ellos son figuras de gran desaprobación en estos días. Por ejemplo, los Chicago Boys y los Harvard Boys ayudantes de Videla, Pinochet, Menem, Paz Estensoro, entre otros. Llevaron a la quiebra empresas nacionales, pero para terminar con los sindicatos-sin empresas nacionales fuertes no existe la patria metalúrgica ni Lorenzo Miguel-, con la excusa que su desempeño industrial era ineficiente, para aspirar a competir con Asia e ingresar a un “primer mundo” -ficticia zanahoria que siguieron sin poder alcanzar algunos ilusos-. Asimismo se liquido a la burguesía nacional de muchos países emergentes que ante la falta de alternativas de inversión, fugaron sus capitales a paraísos fiscales, al estado lo desaparecieron de la escena, incluyendo la destrucción de sus actividades claves. Países como Argentina llegaron a tener zonas rurales completas hipotecadas y quebradas. Las acciones de estas “task's force”, tuvieron cierto apoyo del establishment internacional, quienes manifestaban una gran simpatía por su desempeño, principalmente, los organismos financieros internacionales y la banca de inversión. Sin embargo, sólo una pequeña minoría se beneficio en el mundo con este pensamiento y doctrina, mas parecida al Comunismo Chino que al Capitalismo tradicional.
lunes, 18 de enero de 2010
Al Qaeda Economics (Chapter III)
Publicado por
Pablo Tigani
en
10:09
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Etiquetas:
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