viernes, 4 de enero de 2019

CARTA ABIERTA A ALBERTO FERNANDEZ




“Conoce al enemigo y conócete a ti mismo y, en cien batallas, no correrás jamás el más mínimo peligro” (Tzu, Sun. El arte de la Guerra). Leer a Carl Schmidt o escuchar a Ernesto Laclau sin saber que hay detrás de la frontera que se traza no alcanza. Ellos y nosotros, y no sabemos quiénes son ellos y no sabíamos quiénes éramos nosotros.

Este es el tema. Entiendo a una buena parte de los ciudadanos que defiende a CAMBIEMOS porque tal vez sabe lo que dice, pero no de qué habla: “Los votamos porque como tienen dinero no van a robar”…decían los más torpes. Olvidando aquello de: “el que ama el dinero nunca se saciara de él”.

 Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; arroyo que fluye, la fuente de sabiduría…” Usemos bien las palabras.
¿Cómo dedujo compañero que este es un gobierno de empresarios? – Decir eso es una temeridad. Dr. y compañero Alberto Fernández, usted es alguien muy prolijo, hoy tiene la enorme responsabilidad-articular la unidad del peronismo y después armar la campaña-, no se boicotee. Su interpretación, la que ha usado con Julián Guarino merece unos párrafos de marco interpretativo.

Escuche que usted decía algo así: “Macri nos dejara de legado que los empresarios en el poder no son útiles, o que los empresarios no sirven más que para hacer negocios para ellos”. Eso mismo me dijo Filmus-en un programa-que así pensaba Cristina-hace 7 años-. Yo espero que no siga creyendo lo mismo. Si hubiera dicho: “algunos”, se lo firmaría. Eso estaba bien para nuestros muchachos, eran muy jóvenes y nunca habían trabajado en el sector privado.
Si yo fuera un empresario me sentiría tan lastimado como usted cuando dicen que “los políticos son todos chorros”. Así me siento cuando dicen: “los consultores son todos garcas”

El empresario no siempre sabe de filosofía política o sociología económica, pero estudia o sabe de maquinas, herramientas, proveedores, clientes. Las Ciencias de la Administración o de Negocios son eso, ciencias incipientes, pero ciencias del ámbito empresarial. Un Licenciado en Administración o MBA conoce de formulación estratégica. Hoy todos estudian. Herramientas comerciales, finanzas corporativas, liderazgo, recursos humanos, análisis de decisiones de negocios, emprendedurismo, innovación, contabilidad, costos, planeamiento y control de la producción, dirección general, ética, liderazgo, negociación, creatividad, logística y operaciones, abastecimiento, etcétera. 

Buenos administradores de nivel gerencial y gente de negocio honesta es otra cosa que lo que usted está viendo. Si usted no conoce gente que sepa mucho, y sea buen empresario y mejor persona; yo le presento.

Ser empresario es algo más que ganar licitaciones. Este no es un gobierno de empresarios, como usted dijo. Es un gobierno de CEOs, dueños y bribones lucrativos. Por allí uno era CEO, pero de una agencia de autos que le dejo su papa, otro es dueño de una cadena farmacéutica, hay CEO de una aerolínea chilena que fue absorbida, el resto son “chupa medias” de la SRA, la UIA y ABA. Un gerente de una AFJP,  jefe de departamento de un banco y otros, directamente vivieron en el Campus que es una especie de “agujero de ozono”. A esos nunca más, pero no generalice, no simplifique.

Déjeme contarle que para durar muchos años en el puesto de CEO de una corporación trasnacional, es necesario “decir que si” siempre. No digo en elegir el color de los manteles de la oficina. Pero en las medidas que deciden “como se gana el dinero aquí”. Ahí es: ¡Firme la licitación y mándesela a fulanito!
Tengo autoridad para hablar de esto porque nunca dure más de dos años en un puesto top. Siempre llega el momento de decir: “un momento, esto no lo firmo, no lo comparto y no lo hago”. Automáticamente ese CEO estamos fuera. Somos gente valiosa. En el mejor de los casos conozco mucha gente honesta, pero que ha elegido sobrevivir agachando la cabeza-por un fin mayor, muy bien fundado-es un sacrificio. En otros casos simplemente se quedan porque la mujer no los acompaña. Entienda que no es fácil llegar a casa cada dos años y decir “mande todo al demonio, renuncie, tomemos unos mates”. El status y el rol. No todos pueden manejar la desvinculación después de disfrutar viajes en business, cenar en La Bourgogne del Alvear, tener nodriza y mucama. Ante la estabilidad monetaria y ciertos privilegios, algunos sistematizan al vasallo del rey. Los CEOs no deciden más allá que el tesorero del “club Parque”, de mi barrio. Estos cumplen órdenes de la CD, y los otros de la casa matriz. Son una ficción. Para afuera lucen importantes, pero en Europa son “sudaca”. Muchas veces los CEOs dicen que sí: a mentir, negar algo en un juicio. Otros llevan coimas, o miran para otro lado cuando saben de trapisondas. Están al tanto que sus empleadores contaminan la naturaleza con un derrame de petróleo, o venden fumigadores cancerígenos.
Decir sí, a vender en negro y evadir impuestos, o contrabandear es normal para muchos “dueños fulleros”. -¿Cuál es la estrategia genial de ese empresario: ¿el análisis de teoría de las decisiones, el estudio de mercado, la valuación que hicieron?- Ninguna. “Masomenometro”, porque es tanta la que levantan que es imposible errar en los costos.

Ahora sí voy a su mirada: -¿Estos muchachos vinieron para gestionar y gerenciar?- Me parece que arriba, no. Por eso no los equipare con los empresarios y gerentes que todos los días reman en dulce de leche para pagar quincenas en un país de economía anárquica.
Eche de ver, las empresas argentinas son mucho más que los oligopolios y las corporaciones trasnacionales, usted está hablando de una híper minoría. Me dirá, sí pero el numero uno llega de un grupo argentino del sector privado. Recontra minoría, el más cuestionado moral y éticamente” de los últimos 40 años. Martin Fierro de Oro. Otra vez, la excepción confirma la regla. No son empresarios argentinos ni fundadores de empresas. Son “fundidores y pagadioseros”. Entraba dinero en efectivo todos los días, un negocio casi monopólico por el cual hubo muertos en la puja. No me imagino cómo hacer para quebrar un monopolio estatal concesionado. Si no hay “riesgo empresario”, no hay empresario. Si pierde no paga y si lo quieren ejecutar no tiene lo suficiente. “Anda a buscarla en las Islas Caimán y descula mamushkas”.
Para esclarecer mas diré que ninguna empresa mantiene en sus cargos a sus CEOs cuando los resultados son los que exhiben estos ministros. No es que no duran tres años, ni siquiera un trimestre, con menos del 1% de sus errores.  Aquí se trata de gerencias intermedias: “sí señor, lo que usted diga”. -¿Testaferros?- también, y traders de títulos donde sus padres depositan sus fortunas y luego les consiguieron empleo. Tuvimos hombre buitre en el BNA, jefe de sección del BCRA, empleado de grandes estudios devenido rico. Otros funcionarios provienen de empresas, ya confesas ganadores de licitaciones con coimas.
Dejemos ofender a ellos que les dicen “mafia” a los sindicalistas. Habrá deshonestos, pero generalizar invalida la lucha por los derechos del trabajo, las huelgas con cárcel y palos. “Son vagos”. No son vagos, muchos hicieron historia, y sus precursores nos dieron jornadas de 8 horas, vacaciones y aguinaldo.
En estos tiempos “lanatescos”, han surgido dos nuevos sujetos, el “perito crucificador” y el “calumniador serial” que puede equivocarse y pedir perdón en letra chica, sin ningún costo. Seamos precisos.
CAMBIEMOS en el distrito de Mariu ha robado identidades-según más de mil testimonios. Los que la pusieron “en negro”, tampoco son empresarios. No hay corruptos buenos y corruptos malos, pero si hay empresarios malos y empresarios buenos y gerentes correveidile y gerentes honestos. El presidente hoy es un político rico, no por merito propio, sino porque en Argentina existía “la patria contratista”. Se hacían llamar empresarios.

Por último querido Alberto, dos preguntas de investigación podrían ser: -¿Cómo y porque vender automóviles en una agencia califica para ser ministro del Poder Ejecutivo y debutar en transporte nacional?-¿En qué manera es más complicado ganar una licitación de cloaca que exportar caramelos argentinos a China?-Va a ver que no puede categorizarlos como empresarios.
Sobre su visión, me gustaría apoyarlo si me acepta lo escrito, más para pensar que gobierna una comparsa de deshonestos ignorantes, mentirosos y cínicos gracias a la muleta que le presta la UCR, a esta altura cómplice, Elisa Carrió, los medios hegemónicos, y el partido judicial donde la Suprema Corte es menos que el presidente de un club.
Alguien me pregunto: ¿Usted no ve nada bueno que haya hecho CAMBIEMOS?
Por supuesto que sí, soy profesor del MBA. Tienen “10 en marketing, comunicación corporativa y venta de buzones amarillos”. Pero no son empresarios. Carecen de gestión. No sería tan grave la ausencia de contenidos culturales, pero si la inocultable imprevisión, la escasez de creatividad. No. No percibo virtudes empresariales, para recibir ese elogio (Empresarios).