jueves, 6 de junio de 2019

ARGENTINA: LA PEOR CRISIS DE LOS ULTIMOS 50 AÑOS





El  año próximo o el último trimestre del corriente podrían colapsar el sobreajuste que se hizo en 2019 como consecuencia de las malas praxis incontrovertibles “del mejor equipo de los últimos 50 años”. Paradójicamente, lo que hubiera sido incertidumbre electoral FF, ha contribuido a la pax cambiaria que goza hoy un Gobierno que ha perdido toda credibilidad. Pero no hay margen social para una nueva aventura neoliberal. Un intento de forzar una recesión profunda de la economía dentro de un programa de híperajuste chocaría contra un estallido social de características imprevisibles, con crisis de financiamiento externo y dilapidación de las escasísimas reservas que puedan quedar en el BCRA.

Alrededor de 1000 bp de riesgo país, caen 56% las ventas de autos y la recaudación proveniente de esos automóviles. General Motors suspende 1.500 empleados. El BCRA tendrá que vender dólares en forma creciente, son inciertas las reservas de libre disponibilidad que habrá en noviembre. El 51.7% de los chicos son pobres en la Argentina (UCA). Esta gestión acumula 200% de inflación punta a punta. Se percibe escasa la aflicción del Gobierno por todo lo expuesto. Los empresarios liberales de la UIA piden $90.000 de subsidio por auto. Dante Sica te estamos mirando-¿El gas domiciliario en invierno no se subsidia, y vamos a subsidiar terminales automotrices?-  

Es posible que en 2020 comience un ciclo liderado por juristas y expertos en finanzas corporativas. Una especie de convocatoria de acreedores del sector público y privado.

Si fuésemos C-levels y todo el país una empresa, la gerencia les indicaría a los accionistas que la cesación de pagos está en camino. Se contratarían expertos en concurso preventivo que alertarían sobre los movimientos cercanos al “periodo de sospecha”. Si se hubiera dado gato por liebre, a la postre la calificación de conducta podría ser fraudulenta. Escucharíamos interposiciones legales como: “… beneficiando a acreedores se realizaron actos ineficaces de pleno derecho…, “actos que violan en forma incontestable los principios básicos…”.  Sabríamos que los organismos públicos gozan de “priority pass”, pero tienen que esperar como todos,  hasta que se haga el llamado. Pero bueno, no sucederá en 2019 si no hay puja cambiaria y no se suscita otro ataque de pánico. En este escenario optimista, el gobierno suplica que el FMI no se eche atrás con los 3 desembolsos restantes que suman u$s 11.800 millones. Pero de nuevo: -¿La cesación de pago fue antes o después del despido de Sturzenegger/Caputo?-¿El prestamista de última instancia (FMI) lo es aun cuando es obvio que el crédito no se va a pagar en plazo acordado?-¿Qué decían los informes de los técnicos del FMI, previos al acuerdo?- El FMI dice que calculo mal, pero no es un atenuante lucido.-
-¿Estarán estudiando este nuevo experimento del FMI los expertos en derecho internacional financiero?-¿Al FMI no le engloba?-

Retomando la macro, si todo sale bien, 2019 podría cerrar con inflación de 40%, una caída del PBI-alrededor de 2% y 5% en el total del periodo Macri, en medio de una frenética recesión con antesala para una híper, y déficit primario en torno al 2%.

Inversión extranjera directa sustentable

Para conseguir la homologación de un Concurso Preventivo hay mostrar cómo se generan los flujos de fondos para atender el nuevo perfil de la deuda. Necesitamos inversiones, como palanca de las exportaciones que han de generar los recursos genuinos: producción, exportación, dólares, capitalización, trabajo y distribución como ejes de un círculo virtuoso durable.
Dialogando con Karl Sauvant-Universidad de Columbia-razoné el enfoque del siglo XXI: Foreign Direct Investment Sustainable. Me cautivó el concepto incorporado de “sostenibilidad”. Argentina nunca ha negociado inversiones extranjeras sustentables. Vamos a tener que prescindir de los debates estudiantiles estériles: inversiones extranjeras o inversiones nacionales. Leyendo a Žižek, en su perspectiva marxista los griegos no claudicaron, sino que procuraron mantener una soberanía reducida, bajo una ocupación económica. También en Argentina 2020, las decisiones económicas estarán subordinadas al FMI. Nos enfrentamos a “la tentación del suceso”. Un ejercicio disparatado, a cueste lo que cueste, puede hacer que las cosas vayan a peor y estalle una crisis a gran escala. Está todo listo. Debemos ser creativos y reflexivos-no hay espacio para un error de cálculo-, el Gobierno entrante tendrá que decidir qué camino tiene el potencial menor de aumentar el malestar de la ciudadanía después de estos 4 años grotescos. No habrá margen de tolerancia, y la deuda pública actual es una pesada herencia. Es fácil apelar al gesto heroico pero puede convertirse en kamikaze, no comienza una vida encantadora, ni se pueden pedir más sacrificios. Habrá que mantenerse dentro de la frontera de lo posible, aplicando creatividad, imaginación, talento y experiencia.

Necesitamos desradicalizar la necedad

Ya vimos el último blanqueo superando los u$s 100 mil millones. El dilema es: la “sustentabilidad” de la inversión, u otro capítulo de “endeudamiento y fuga” para Basualdo.
Desde la Reforma Financiera de 1977-Ley 21.526-RF/77-, no solo las multinacionales endeudan y fugan, los grupos oligopólicos nacionales y las grandes empresas argentinas lo hacen. Inclusive cierta pequeña burguesía que gime cuando quiebra, y al mismo tiempo hace edificios en Punta del Este o tiene dólares en el exterior. No hacemos apología de la tradicional IED, sino una reflexión, acerca de una nueva forma de recibir inversiones.
El cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU dice que se requieren recursos esenciales, incluidos flujos de IED sustancialmente mayores en los países en vías de desarrollo. Sin embargo, el problema no es solo lograr mayor IED, sino que contribuya al desarrollo económico-social, ambiental.

¿Qué es la IEDS?

Sus principales características son las contribuciones económico-sociales, ambientales y de gobernabilidad que Argentina debe y puede exigir y, que las multinacionales han de comprometerse a  realizar. Acuerdos internacionales de inversión, instrumentos intergubernamentales voluntarios, leyes del país de recepción, políticas del país de origen, estándares de organizaciones intergubernamentales, empresas voluntarias y códigos industriales de instituciones privadas.
Una amplia gama de beneficios que representan las claves de la sostenibilidad. Derechos laborales, seguridad en el lugar de trabajo, no discriminación, derechos humanos, transparencia, estándares de la cadena de suministro, participación,  cumplimiento legal. Muchos extrañarían: “vengan y hagan la bicicleta”. Las características de sostenibilidad de la IED, van a convertirse en comunes en pocos años. En medio del resurgimiento del proteccionismo y la necesidad de defender nuestro mercado, es obvio que no se puede soslayar la inversión extranjera sostenible. ¿Cuáles son los temores? Si la facturación de las multinacionales supera ampliamente a las empresas locales, hace décadas.

Una concertación de conceptualización teórica peronista

Me impresionó la respuesta de Sauvant cuando le pregunte: -¿Podemos sentar a los sindicatos en la mesa?- “Por supuesto”, esta convergencia sugiere un consenso entre una amplia matriz formada por todas las partes. Existen instrumentos intergubernamentales que sustentan el consenso y, la convergencia tiene señalización para las partes, hace más fácil incluir instrumentos que se negocian. Será relevante para los debates de la OMC sobre la facilitación de los flujos de IED, en fin.
Pero la acción primaria debe tener lugar a nivel nacional y provincial, es necesario cambiar la mentalidad no solo “local”, sino de las multinacionales. Hasta las agencias de promoción de inversiones (IPA) deben impulsar la “IED sostenible”. Habríamos de encarar el desafío desde Cancillería, en función del número de proyectos, montos de capital y número de empleos a generar.
Habría que firmar acuerdos, definiendo “inversión” como “inversión sostenible”, aplicando criterios de admisión a propuestas y requisitos de aprobación. Podríamos abordar acuerdos locales de corporaciones presentes en el país planteando beneficios de desarrollo sostenible para “la calidad de inversión”, contemplando el ciclo de vida de las inversiones.
No solo Argentina y las multinacionales interactuarían, los países de origen, cuando apoyen a sus empresas que invierten lo harían. Y, dicho apoyo vinculado a consideraciones de sostenibilidad, así lo hace Bélgica. Responsabilidad compartida de países de origen y multinacionales.
La Argentina debe ir definiendo una lista indicativa, ampliamente aceptada por el arco político y sindical acerca de características de sostenibilidad, construida en torno a las necesidades comunes.

El fantasma de 2001

La presidencia de Fernando De la Rúa (1999 - 2001), terminó anticipadamente con una renuncia inevitable en medio de la crisis económica, social y política más grave que recuerde la democracia argentina. Hoy leí un informe de FIEL que duró poco, pero participó del desastre con Cavallo, ellos alertan acerca de una nueva “aventura populista”. La ciencia política ha investigado, con diferentes enfoques, acerca del ascenso de las élites tecnocráticas al poder, o el rol que desempeñan estas “fundaciones” en la implementación de reformas neoliberales. Pero aun no se ha escrito acerca del fracaso de los CEOS, o del rol que han tenido en esta crisis económica y social, que es la más importante de los últimos 50 años. Periodizando el gobierno de Macri, observando sus medidas de ajuste y sus gabinetes, comparando su fase de entrega final al FMI con la participación estelar de technopols como Prat Gay-Sturzenegger y, la reciente estampida mientras Caputo estaba en la poltrona del BCRA en 2018, y analizando en contexto las estrategias del gobierno y sus resultados, se llega a la conclusión de que, el papel que jugaron “las élites de negocios financieros y energéticos” tuvo incidencia decisiva en el desenlace al que esta arribando la presidencia de Cambiemos. Por último, la designación de Dujovne como un simple articulador de Lagarde, un FMI con plenos poderes que partió de una conceptualización tecnocrática de que la política consiste en delegarle poder al FMI para resolver una crisis económica en Argentina, falló una vez más. Sucede todo lo contrario: se profundizó el conflicto económico-social, la aprobación del gobierno se desmoronó, y se agotaron sus escasos recursos de credibilidad y legitimidad. Esto cuestiona algunos supuestos de ciertas teorías: la evolución de la crisis mostró que el FMI depende de una base de gobernabilidad suficiente, y que su sola presencia con 57 mil millones de dólares no puede resolver la debilidad del gobierno de Cambiemos, ni mucho menos decidir su continuidad.

*Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, Profesor de post grado en el  MBA MCFO MCHRO. CEO de www.hacer.com.ar , www.pablo.tigani.com autor de 6 libros, 900 papers y artículos. Más sobre Pablo Tigani en Youtube, Google, LinkedIn.