“Para ignorar la realidad, lo mejor es ocultarla”, anónimo
Como sucede en los sueños, la radiodifusión contribuye a hacernos vivir otra vida, una vida por delegación. Toda la habilidad de comunicar o hacer elipsis sobre un tema; nos puede hace creer que está pasando algo, o que no pasa nada.
Durante la caída del PBI, en el último trimestre de 2008 y primero de 2009, se instaló un sospechoso silencio acerca de lo que estaba ocurriendo en el mundo; cuando se hablaba de la recesión Argentina.
En este momento, hasta los silentes de entonces conferencian de la recuperación del país, pero dicen: volvió “el viento de cola”.- ¿Cómo es la cosa? – ¿Somos nosotros o es el mundo?
La política y los negocios son así y, quienes perciben honorarios por asesoramiento, suelen hacer además un “friendly lobby” para sus clientes-de gauchitos nomás-, muchos logran tocar la melodía que usted quiera escuchar.
-¿Usted nunca se preguntó porque los profesores Joseph Stiglitz y Paul Krugman no son ricos?- ¿Sabía usted que estos dos economistas “premio Nobel”, eran unos perfectos incompetentes para el núcleo de asesores de “la city”, y los profesores de las universidades privadas más caras de Argentina?- Obviamente, lo siguen pensando, ya no pueden defender su tésis.El oficialismo continúa haciendo intervencionismo como Barack Obama, quien ya obtuvo seis libros de denuncias y críticas, que se encuentran disponibles, en las mejores librerías de EE. UU.
Nuestros ciudadanos, a veces aturdidos por las dificultades, no tienen mucho tiempo para reflexionar. Esta situación contribuye a que se establezcan axiomas aparentemente inteligentes, que son desviaciones conceptuales básicas y, se cuelen mediante la operación de sus inspiradores publicistas y, sus acciones concertadas. Las repeticiones letárgicas de la coral “mala onda”, tiene ventas, esponsorización y mecenazgo; un público de alto poder adquisitivo que compra-vende “maldiciones económicas”, rosarios, y conjuros de agoreros. Nos hemos acostumbrado a escuchar periodistas que realizan pronósticos económicos y políticos, sin que nos demos cuenta que son periodistas. Dije periodistas, no economistas, no políticos. En las empresas más importantes de ventas de revistas, escriben quienes más venden, y manifiestamente, dicen lo que quieren escuchar los suscriptores. Obviamente, existe solo un segmento que accede a esos medios, el resto queda afuera, o lo que es peor, repite lo que escuchó de sus jefes que compran la revista.
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