Se puede estar de acuerdo o no, pero el gobierno trabaja con una dinámica estimulante. Desde “la 125”, la oposición le impuso al Ejecutivo “conexión directa con el Congreso”, comenzando con el famoso “no positivo”. Es mejor que gobernar por decreto, todo se hace bajo su control, el protagonismo del Legislativo se ha hecho indiscutible. La estatización de las AFJP, Aerolíneas Argentinas y, la Ley de radio difusión, así lo demuestran.
Después del 10 de diciembre, como vengo sosteniendo; el oficialismo necesitará negociar, pero el camino será el mismo. El promovido "ciudadano ilustre de la Pcia. De Bs. As.", Antonio Cafiero, afirmó ante las cámaras el dia de la Lealtad, que todas las partes del peronismo se encuentran en periodo de negociación. Es probable que el ex Ministro de Economía actúe como prenda de unión entre todos los peronistas. Va de suyo que el oficialismo lo intentará, máxime teniendo a su favor la ausencia más absoluta de una oposición apropiada. Entre la mayoría disidente (que no es lo mismo que oposición), es difícil articular las ideas de un peronista con un radical o un PRO puro. Lilita Carrió ni siquiera con Stolbizer pudo convivir. En menos de unos meses se divorció de su compañera más próxima posible.
Luego del 10 de Diciembre, el oficialismo ya no tendrá el control en el Congreso; pero cuidado, la oposición es una entelequia que no logra ninguna cohesión, mas allá de un fuerte sentimiento anti peronista o anti kirchnerista. No le será difícil al oficialismo imponer sus criterios, muchos son compartidos por el 100% del peronismo-oficialista o disidente-, 60% del progresismo y 60% de la derecha-la derecha nacional-.
Ahora viene el proyecto de reforma política y luego, la señora de todas las cruzadas, la reforma financiera, muy alentada por el avance regulatorio de Lula en Brasil, donde se acaba de grabar con el 2% el ingreso de capitales.
Kirchner como diputado y operador a la vez, podrá articular alianzas con sectores de izquierda o derecha, según el pragmatismo peronista (sobre "pragmatismo peronista"ver notas anteriores), esto será la característica.
Los que especulan colgando etiquetas, aquellos que necesitan poner un nombre para estandarizar personas o pensamientos, no deben pecar de ignorancia; en la segunda parte del mandato, el gobierno lucirá “hiper peronista”, así es CFK. No es Chávez, ni Lula, y mucho menos Putin, como se le ha ocurrido a algunos pícaros pensadores intrigantes.
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