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lunes, 8 de agosto de 2016

“LA REVOLUCION DE LA ALEGRIA” o “10 RAZONES DEL MAL HUMOR”



1. MAL HUMOR por el aumento de tarifas que generó una nueva protesta en varias ciudades,
2.   MAL HUMOR porque los inversores titubean y no vienen.
3.   MAL HUMOR porque la inflación no baja y supera (en el doble) la de Cristina Fernández de Kirchner
4.   MAL HUMOR porque el campo habla bien del gobierno, pero en los hechos no lo apoya como se esperaba
5.   MAL HUMOR en los consumidores por la manteca, las lentejas y el aceite (¿escasez y recesión????)
6.   MAL HUMOR por el intento de detención de Hebe de Bonafini que el gobierno respaldó, los medios de todo el mundo lo reflejaron insinuando una vuelta al autoritarismo, la militancia salio a la calle.
7.   MAL HUMOR por el duro documento sindical, respecto al gobierno de Macri, los 29 mil millones no pudieron evitarlo
8.   MAL HUMOR porque el gobierno no quiere reabrir las paritarias.
9.   MAL HUMOR por la marcha de los movimientos sociales pidiendo por el trabajo NO representados por los sindicatos.
10.   MAL HUMOR de los comerciantes e industriales por la demora la en la recuperación de la economía…. ¡uffff!!!!ni hablar del rumor de llamado del Papa Francisco a Duhalde por el temor a un estallido social.

martes, 4 de agosto de 2015

LA COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LA CRISIS DE 2001 (SERIE) (2da. parte)


Nunca un gobierno argentino se desgastó tanto en tan solo dos años de gestión como el de Fernando de la Rúa. Al momento de renunciar a su cargo de presidente de la Nación Argentina, la imagen positiva de de la Rúa era sólo 4%[1]. De esta manera, en la Argentina se verificó una tendencia que indicaba que en los países que habían aplicado políticas neoliberales emergentes del Consenso de Washington[2], e incurrido en crisis financieras, ya al borde de la cesación de pagos, era casi inevitable la caída del gobierno (Ecuador, Indonesia, Malasia, etcétera) ante la imposibilidad de manejar sus consecuencias[3]. Todo esto se debe a que la ideología dominante en los noventa se ha orientado desde los países desarrollados hacia los países emergentes, como reflejo de la expansión de la globalización de los mercados, la expansión del capitalismo financiero (En el “todo vale de los noventa” -frase de Stiglitz-[4]). Si bien Gervasoni presenta una hipótesis y un modelo teórico, su trabajo se centra en colapsos financieros de países en vías de desarrollo-de distintos perfiles que los que coinciden con caídas de gobierno, como el caso del gobierno de la Alianza-, haciendo énfasis y exponiendo que las “crisis financieras”, son eventos frecuentes en el mundo. Gervasoni ejemplifica haciendo foco en el periodo (1997-2001),  señalando una diversidad de países: del sudeste asiático, latinoamericanos y europeos, euro-asiático (Tailandia, México, Rusia, Corea del Sur, Brasil y Turquía). Sin embargo, podemos distinguir que no en todos los casos mencionados sucedieron los mismos incidentes, ni tuvieron las mismas consecuencias políticas: por ejemplo aunque todas las monedas mencionadas fueron depreciadas, solo en Rusia se produce un default de la deuda, y no necesariamente en estos países caen los gobiernos, que por otra parte poseen distintos sistemas políticos.
Podemos mencionar de paso, que el desgaste del ex presidente De la Rua, que también afectó a buena parte de la dirigencia política del país, tuvo su primera expresión en el bajo nivel de voto positivo de las inmediatamente posteriores elecciones legislativas del 14 de octubre de 2001 (CARTECO Noviembre de 2001), donde casi 40% del padrón optó por anular su sufragio o votar en blanco. El caos político en que cayó el gobierno no sólo se manifestó en la violencia de los saqueos y en la presencia masiva de gente en las calles, desafiando el estado de sitio y mostrando una desobediencia civil inédita [Aquí tendríamos, por lo tanto, la formación de una frontera interna, de una dicotomizacion del espectro político local a través del surgimiento de una cadena equivalencial de demandas insatisfechas… Las peticiones se van convirtiendo en reclamos…A la pluralidad de demandas que, a través de su articulación equivalencial, constituyen una subjetividad social más amplia, denominaremos demandas populares, comienzan así a construir al “pueblo” como actor histórico potencial. Aquí tenemos en estado embrionario, una configuración populista[5]] la resistencia de las Fuerzas Armadas a distribuir alimentos entre los sectores más pobres de la población (que habría sido solicitada por el Presidente) y, fundamentalmente, en la falta de políticas para atender la emergencia, que luego de las varias sucesiones provisionales[6]-en el marco del sistema presidencialista de los países latinoamericanos[ Como comentario general, se puede señalar que de los 18 regimenes presidenciales latinoamericanos que califican como democracias o semi democracias 8, es decir 44%, experimentaron renuncias o destituciones de presidentes][7]-, pudieron ser implementadas por Eduardo Duhalde, a partir de su designación por parte del Poder Legislativo. [ …la vorágine en que se sumergió el país desde 2001 por lo menos hasta mayo de 2002…corralito, resistencia social, estado de sitio, estallido social generalizado, sucesión de autoridades, cesación de pagos, devaluación, depresión continuada, inflación y sobretodo, indignación y perplejidad generalizada[8]].




[2] El Consenso de Washington incluye estos 10 puntos: 1. Disciplina presupuestaria de los gobiernos. 2. Reorientar el gasto gubernamental a áreas de educación y salud 3. Reforma fiscal o tributaria, con bases amplias de contribuyentes e impuestos moderados. 4. Desregulación financiera y tasas de interés libres de acuerdo al mercado. 5. Tipo de cambio competitivo, regido por el mercado. 6. Comercio libre entre naciones. 7. Apertura a inversiones extranjeras directas. 8. Privatización de empresas públicas. 9. Desregulación de los mercados. 10. Seguridad de los derechos de propiedad.
[3] Gervasoni, Carlos, “Crisis política y crisis financiera en el Gobierno de la Alianza en la Argentina (1999-2001), UCA/UTDT, UCEMA, Visiting Resource Professor at LLILAS/UT-Austin, October 2002. (Gervasoni tiene como objeto plantear hipótesis y presentar evidencia empírica preliminar sobre el impacto de factores políticos en la génesis de las crisis financieras en los países en desarrollo)
[4] Stiglitz Joseph E., “Los felices noventa, la semilla de la destrucción”, Capitulo 6, Pág. 183, Ed. Taurus, Buenos Aires, 2003
[5] Laclau, Ernesto, “La razón populista”, capitulo 4, “El pueblo y la producción discursiva del vacío”, algunos atisbos ontológicos. Fondo de Cultura Económica, México, 1996
[6] Hopenhayn, Benjamin y Barrios Alejandro, “Las malas herencias”, Capitulo 4, Pág.135, Fondo de Cultura Económica, Noviembre, 2002, Buenos Aires [Luego de la profunda crisis institucional de fines de año 2001 y de la renuncia del ex presidente De la Rua, el Congreso Nacional decidió por mayoría, para completar el periodo inconcluso, los sucesivos recambios presidenciales: Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saa, Eduardo Caamaño y finalmente (¿) Eduardo Duhalde]
[7] Mustapic, Ana María, “America Latina, las renuncias presidenciales y el papel del Congreso”, en Política, Vol.47, Pág.59, Universidad de Chile, Santiago de Chile (2006)
[8] Hopenhayn, Benjamin y Barrios Alejandro, “Las malas herencias”, Capitulo 4, Pág.121, Fondo de Cultura Económica, Noviembre, 2002, Buenos Aires

lunes, 18 de agosto de 2014

Volver al 55% o "volver al futuro"


Tarde o temprano, cada estrategia se ve socavada por los que se oponen a su desarrollo, y por los cambios del entorno.

El arte de la política consiste en anticipar esos cambios y alinear las políticas públicas para que puedan enfrentar esas nuevas situaciones, lo cual no equivale a “cambiar por cambiar”...para leer el articulo completo, 3 minutos, haga click o resalte y coloque el link en su buscador"



http://www.diarioregistrado.com/opinion/99946-volver-al-55-o-volver-al-futuro.html

viernes, 5 de marzo de 2010

BCRA, Marcó del Pont


León Trotsky planteó "la revolucion permanente", nuestros políticos sustituyeron la consigna, y la reemplazaron por: "la venganza permanente".
Mercedes Marcó del Pont, se refirió al dictamen del Senado en su contra, y afirmó que cuando se la impugna, no es a su persona, sino al Gobierno.
Gerardo Morales (UCR), ex Secretario de Desarrollo del gobierno de De la Rua dijo: “Marcó del Pont va a tener que dejar el Central".
Cuando se procura una satisfacción por presuntos daños, agravios o, simplemente por envidia; no es una cuestión que pase inadvertida en la política argentina. Hacer venganza, justificados porque los contrincantes han sido siempre justos y no tienen historia política o nada de que arrepentirse, luce inocente. “Yo tengo la verdad, nosotros somos los buenos”. “Ha llegado la justicia”-al decir del inefable Alberto Olmedo-, parecería indicar el rechazo del pliego de Mercedes Marcó Del Pont.
¿Corresponde tomarse venganza, oponiéndose a todo, como instrumento de justicia? El país y el pueblo pagan por este inmaduro e irresponsable comportamiento.
Vivimos preguntándonos: ¿Como vamos a salir de esto? -Pues aquí va:
"Si tu enemigo tienen hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; así harás que le arda la cara de vergüenza." No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bien el mal”… sabias palabras.
En estos días de constantes pleitos e incesantes demandas en busca de derechos legales, parece que la oposición no piensa aceptar estos consejos. Cuando los intereses han sido perjudicados-campos-empresas de medios-, etcétera, conviene ser amistoso si se quiere obtener una rectificación en el rumbo del negocio. Este es un principio básico de negociación, de primer año. Esta actitud puede romper con dos siglos de represalias y guiarnos a una aproximación nacional. Como táctica puede lograr que el adversario se avergüence si la gente lo percibe, y entonces, tal vez cambie de dirección; si es eso lo que se persigue. Por el contrario, devolver la pelota, respondiendo enardecidos, con motivaciones inconfesables, perjudica tanto al gobierno como a la oposición. Al país y al pueblo, no nos sirve. Como en el caso Menem, aunque nunca se arrepienta, permitirle terminar su mandato, lo ha encomendado al juicio de la historia. Muchos protagonistas que se rasgan las vestiduras habiendo pertenecido al gobierno del default, o quienes han contribuido al despeñadero en que se deslizo a De la Rua, no serán mas libres de esa pesada carga, si la gente tiene memoria. Aun los que supuestamente sufrieron un trato destituyente (Gerardo Morales, Sanz, Rodríguez Saa, Duhalde…), están intentando lo mismo que padecieron.
Pagar mal por mal es una práctica común y fracasada de muchos países, es muy latino europeo; pero en Argentina se ha convertido en un “ídolo”. Claramente, no me refiero a juzgar con la Constitución en la mano a un violador de la ley. Creo que los funcionarios de cualquier signo y tipo de gobierno deben responder ante la justicia. No obstante un antagonista debe discutir ideas, sin tratar de desquitarse o de ajustar cuentas, o de darle su merecido al “matrimonio presidencial”; como si además, esto fuera gratuito para el país y su gente. En vez, si la competencia quiere cambiar la política, debe actuar de una forma honrosa ante cualquier perjuicio ocasionado, y esto aplica a todas las circunstancias de la vida de los argentinos, incluyendo aquellos que han visto menguados sus privilegios.
Los argentinos no debemos ser innecesariamente provocativos ni contenciosos, esa parte también le cabe al gobierno, tiene que sentarse a pensar, porque Perón no era un idiota. Si en los setenta "todos" fuimos mas o menos inmaduros, y pagamos las consecuencias, hoy no hay nada que justifique la iracundia de un tipo mayor de 50 años. Aun los marxistas tienen claro que no deben ceder a la provocación.
La justicia no obra por medio de la ira. El gobierno es peronista y, Perón hablo de una “revolución en paz”. Debemos amar la paz y procurar la paz; para vivir en paz. Cuando existen controversias, debemos tratarlas mediante la política-no la politiquería barata y chicanera-, como gente civilizada, que sabe que ella misma ha perjudicado intereses o ha sido injusta alguna vez.
En democracia, hemos de resistir la tendencia de vengar los males que el gobierno de turno nos haya hecho, o la “bronca histórica”. George Washington dijo: " Nunca dejaré que nadie arruine mi vida llevándome a que le odie”. Stanton le dijo a Lincoln: “es una insensatez ir a África en busca de gorilas, cuando el gorila principal se puede encontrar en Estados Unidos". Más adelante, Lincoln designaría a Stanton para el cargo de ministro de guerra, quebrando el espinazo de la tentación por la venganza.

jueves, 28 de enero de 2010

La oposicion


Cobos, Duhalde, sectores del radicalismo, el llamado peronismo disidente, la mesa de enlace y el grupo Clarín, lucen como un pelotón de fusilamiento. No constituyen un grupo de afinidad como los de las tarjetas de crédito, pero en esa misión parecen potenciarse. No obstante en 1945 la Unión Democrática logro unirse y cobijar un sinnúmero de ideologías e intereses y, la Revolución Libertadora poseía hasta comandos civiles, con la cooperación directa de destacados políticos de aquel entonces. Metidos en este baile hay poderes influyentes que no hacen ningún cálculo racional, ni tienen el menor pudor republicano, muchos rubricarían un proyecto destituyente. Aunque son diferentes, y tienen intereses distintos, algunos están unidos, por un anti perokirchnerismo visceral, que zanjaría cualquier dificultad para ponerse de acuerdo en el resto de las cuestiones.
Las destituciones y renuncias presidenciales vienen siendo frecuentes en América Latina, empiezan con fusilamientos, eufemisticamente hablando. Entre 1985 y 2007 hubo 58, según Pérez Liñán*. Todo esto, sin contar con el golpe en Honduras. El cuadro es siempre el mismo, renuncia forzada en el marco de una crisis económico social, con movilización popular. En la Argentina existen confabulaciones “Al Qaedicas” a gran escala. Estos son grupos y personas que desean controlar la realidad, tienen mucho poder y voluntad de hacer lo que sea necesario para conseguirlo. Son frecuentes las creaciones conspirativas, esto es irrefutable; pero esta vez los grupos se enfrentan con un gobierno preparado económicamente, y decidido a defenderse, con una capacidad de movilización descomunal si tuviera que salir a proteger la democracia. No obstante hay quienes pretenden ignorarlo, como si facilitara las cosas.
Alfonsín, Menem, De la Rúa y hasta Duhalde fueron blanco de diferentes grupos “Al Qaedicos”, por diferentes razones. La conspiración golpista, siempre existió a lo largo de nuestra historia, para que negar.
No habiendo podido lograrse la vulnerabilidad que representan unas reservas bajas-mediante la fuga de capitales estimulada y propiciada-, la economía no estará al borde de la hecatombe como en otros tiempos. Por esa razón, lo conspirativo, el pedido insistente de “devaluación”, antes y después de las elecciones de medio tiempo no funciono. Aun con esa fuga de 47 mil millones de dólares, esta vez fueron financiados con el saldo de la balanza comercial, y “el estupido entorpecimiento de Moreno” de las importaciones, que dejo un saldo de 17 mil millones de dólares en 2009.
Pero el punto es que un gobierno con experiencia setentista, vive y vivirá atento a este tipo de atentados. Además, lo he dicho varias veces, el oficialismo no tiene la característica de quienes se van en helicóptero. Es obvio que existieron y existen planes para destituir al gobierno de CFK. Existe el ánimo de erosionar al gobierno constantemente, pero esto no es "oposición partidaria", sino factores de poder e intereses, sin embargo, no van a sorprender al oficialismo, ni van a evitar que se hable de estas argucias en su contra, todo el tiempo.
Hay quienes relativizan esta situación conspirativa y, hasta “la ven normal”, con el objeto de evitar la reflexión y conexión con el pasado; constituyéndose precisamente en cerebros que aportan argumentos, y aunque no estén en el negocio, son funcionales a este tipo de usanzas.
La actitud destituyente no tiene nada que ver con la competencia electoral, el reemplazo de gobiernos desgastados por acciones destitutivas esta lejos de ser una lógica de la democracia. El reemplazo del gobierno llega el año que viene, no podemos volver cada dos años a una renuncia anticipada, obtenida a través del desgaste fusilatorio.
No parece casual la propuesta de Duhalde de poner al ejército en la calle, en un país con nuestra historia. Los politólogos enemigos del oficialismo estan leyendo ensayos dedicados a estudiar la dinámica de los líderes confrontativos, la oposición vigilante, el periodismo “watchdog” y otros elementos de la “estrategia de la crispación” y, justifican los climas recalentados en forma constante porque “le venden” a los distraídos, que estos escenarios ya caracterizan a las democracias del siglo XXI...
Los ejemplos que dan son: España, donde Rodríguez Zapatero lanzó acusaciones de corrupción contra el gobierno de Aznar-nada que ver-, o países con democracias parlamentarias como en Europa, donde adelantar las elecciones, en el marco de sus sistemas parlamentarios es común-nada que ver 2-.
Luego de una era de destituciones armadas, esta parece ser la dinámica que desea dejar atrás la irrevocabilidad de los mandatos populares.
En los países serios, un presidente como Bill Clinton, no pudo ser removido de su cargo por el affaire Lewinsky. Usted sabe lo que hizo Clinton, y en que lugar lo hizo.
Imagínese a Cristina, que por bromear con la supuesta eficacia afrodisíaca de la carne de cerdo-en el marco de una propuesta para crear 10.000 puestos de trabajo- ha sido vituperada, más allá de su desacierto verborragico. A George W. Bush no se lo pudo destituir por mentir con el objeto de invadir Irak-aseguro que tenía armas de destrucción masiva y luego reconoció que no fue así-.
Todo esto nos invita a reflexionar y ver que no es asi, existe una la ligereza destructiva de argucias políticas de las que tenemos que cuidarnos, para no ser de tropiezo con nuestra propia liviandad al tratar estos temas.
Acabo de recibir un e-mail que me alerta de un corralito inminente…Uhhhh! miedo...Mientras en Argentina hay gente que dice que “hay que cortarla con hablar de la dictadura”, a Videla lo cita un juez de Alemania, el primer ministro israelí acaba de pedir por 65 año consecutivo, juicio y castigo a los culpables de Auswichz, y el cine estadounidense no deja de dramatizar la segunda guerra mundial y exhibir por 65 años consecutivos al nazismo. Tanto que los alemanes jovenes están hartos de ser sinonimo de nazis. Cuanto más debemos estar atentos en un país con una democracia joven, donde obviamente existe la conspiración destituyente. La experiencia argentina ha sido mucho más tétrica que la que podamos encontrar en otros países, por sí misma la historia nos amenaza. Desestabilizar el sistema democrático se convirtió en un clásico. Me olvidaba de mencionar otro tema clasico e ineludible a la hora de desestabilizar: “la economía esta bien, pero presenta muchas dudas en el mediano plazo”.
* Latin American Research Review,Volume 38, Number 3, 2003.-
E-ISSN: 1542-4278 Print ISSN: 0023-8791, DOI: 10.1353/lar.2003.0040 Perez Linan, Anibal S.
Pugna de Poderes y Crisis de Gobernabilidad: Hacia un nuevo presidencialismo?
Latin American Research Review - Volume 38, Number 3, 2003, pp. 149-164
University of Texas Press
Desde hace más de quince años, el debate sobre la gobernabilidad democrática latinoamericana gira en torno al problema de la "pugna de poderes", enfatizando el potencial desestabilizador de los conflictos entre el Ejecutivo y el Legislativo. Este ensayo se basa en el análisis histórico de cuarenta y cinco disputas constitucionales en dieciocho países latinoamericanos entre 1950 y 2000. En la primera parte se propone el concepto de crisis presidencial como categoría analítica para estudiar este problema. Las secciones segunda y tercera exploran los efectos de estas crisis sobre la estabilidad del régimen político y su impacto sobre el equilibrio de poderes a lo largo de las últimas cinco décadas. En las conclusiones se sugiere que los efectos desestabilizadores atribuidos al presidencialismo son históricamente contingentes y se exploran los parámetros bajo los cuales ha operado el nuevo presidencialismo latinoamericano a partir de la década de los noventa.