domingo, 29 de diciembre de 2013

A 48 horas de celebrar el Año Nuevo 2014

El último trimestre de 2013 le planteó al gobierno un contexto político totalmente diferente a los anteriores. Por esa razón, Cristina Fernández de Kirchner reaccionó realizando cambios en el gabinete-  aun en luna de miel, aunque se acerca la cotidianeidad-, y apuntalando algunas variables macroeconómicas con diferentes medidas para frenar la disminución de divisas. Ahora la administración se prepara para arremeter contra la situación de precios, mediante un acuerdo con los empresarios. El gobierno sigue sin justificar la misma preocupación que muestran los “monetaristas” por el financiamiento del BCRA con emisión y reservas. Tampoco considera el “problemático” sobredimensionamiento del sector público argentino, ya que es una decisión política mantenerlo en la proporción de los niveles actuales.
Ya que las reservas del BCRA disminuyeron en forma importante en 2013, para moderar el sector externo el gobierno dispuso distintas medidas. En principio en las próximas semanas apunta a aumentar la oferta de divisas mediante varios instrumentos como los swaps con Goldman Sachs por u$s 2.000 millones, letras del BCRA acordadas con las empresas cerealeras para que liquiden divisas anticipadamente-ya ingresaron u$s 170 millones-, un adelanto de inversiones comprometidas por Chevron en Vaca Muerta por un total de u$s 940 millones, y la colocación del bono de YPF en mercados externos  de u$s 500 millones. Para limitar la demanda de divisas, intensificó la venta de títulos dolarizados a fin de bajar el famoso dólar “blue”, y las exageradas expectativas de ascenso. Al mismo tiempo aumentó del 20 al 35% el gravamen al turismo y los gastos con tarjeta de crédito en el exterior, aumentó impuestos internos a los vehículos a partir de $170.000, y limitó importaciones de automóviles y productos electrónicos. Axiomáticamente se adapta la aceleración del ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial, con el cual se desasocia un mayor retraso cambiario que, según el ministro de economía es del orden de 10/15% y representa una de las causas de la pérdida de reservas.
Las medidas mencionadas van a tener efecto positivo, ya desde la segunda semana de Diciembre se aquietó el declive de reservas.
Con esta estrategia, el gobierno apunta a llegar a los meses de Abril y Mayo sin merma en el nivel de reservas, para ese tiempo se producirá el ingreso de dólares que provienen de la cosecha gruesa. Obviamente estas medidas no resuelven el horizonte de mediano plazo, en términos de mejoras de fondo en el balance de pagos. Es necesario asegurarse que el “drenaje de divisas” no reaparezca después de la liquidación de la cosecha.
Pocos lo dicen-porque contradice su relato-, pero en el segundo semestre se pudo emitir para financiar al fisco, sin que se acelerara la inflación. Entre Septiembre y la primera semana de Diciembre el BCRA emitió $47.000 millones para financiar al Tesoro, sin embargo la base monetaria creció apenas $17.800 millones y la inflación se mantuvo en el mismo rango, aun soltando el “ancla” nominal del dólar oficial. En este contexto, se hace más necesario que nunca un exitoso acuerdo de precios y salarios, que aunque transitoriamente, podría actuar como ancla nominal, hasta que salgan a la luz las medidas de fondo que seguramente estará preparando el ministro de economía.


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