sábado, 13 de marzo de 2010

Los medios y los bancos accionistas

Los medios de comunicación en general, ya no son medios, todos sabemos que hace tiempo se han convertido en canales de transmisión tácticos de estrategias diseñadas por diferentes intereses económicos y políticos. En la Argentina últimamente, se han convertido en un espacio irreemplazable de producción de acontecimientos relacionados con temas que afectan intereses económicos y políticos. De allí la enorme importancia de los actores mediáticos, y los periodistas. Desde los medios se construye una situación previamente producida, que luego se transmite como si fuera extraída de la realidad, y se simula como si nadie hubiese intervenido en su producción.
Recientemente ha sido aprobada una Ley de Medios-que aún no esta en funcionamiento- para irrumpir en la vida cotidiana de los argentinos, de acuerdo a una necesidad impostergable de la sociedad. Mientras tanto, seguimos enfrentados a quienes han descubierto la cultura de masas para introducir el signo de la anticultura y la decadencia. Recuerde cuales son los programas de mayor audiencia. Actores y conductores de emisión televisiva dispuestos a extender chismes y promover personajes, imponiéndoles a las grandes mayorías ciertos conceptos obscenos que antes estaban limitados a unos pocos interesados. El poder mediático se ha constituido en una suerte de anestesia política y económica que opera sobre la mente de los ciudadanos para convencerlos de cuanta mentira exista con tal de alcanzar un objetivo. Es obvio que en temas de política y economía, se elabora una idea o se prepara un complot, unificando las opiniones entre compinches, tanto para minimizar las grandes cuestiones, como para negar aspectos cruciales; mutando y manipulándole información a una población inexperta y pasiva, en general.
Desde el mundial del 78 en la Argentina, se ha practicado una influencia directa a través de la televisión sobre los espectadores. Si bien era obvio que desde entonces se ejercía un poderoso ascendiente sobre la opinión pública, Neudstat y Grondona paraban el país los días martes a las 22 hs., instalando un elenco estable de personajes que permanecería por más de 30 años diciéndonos que iba a suceder y que teníamos que pensar y opinar. Aunque la influencia de la TV operó acerca de como teníamos que pensar, lo más notable y desgraciado, ha sido el establecimiento de los temas sobre los cuales teníamos que hablar; o bien a través del ocultamiento, de cuales temas no teníamos que pensar y hablar.
Durante estos últimos dos o tres años, he llegado a la conclusión que un porcentaje importante de la población, no solo ha dejado de leer libros, sino definitivamente ha dejado de pensar, para dedicarse a ver televisión, o concurrir a cursos presenciales, para luego repetir las letanías hipnóticas que ven, escuchan y luego propagan.
La lógica comercial condicionada por la pauta publicitaria, nos pone delante de esperpentos impresentables y, una parte del periodismo ya se adaptó, generando una especie de auto censura, ya que en algunos casos, ni siquiera hace falta que le bajen línea desde las redacciones.
Si existe “el clientelismo político” y la manipulación para atraer a las masas, la prueba mas contundente de cómo opera la comunicación sobre un televidente, es el abuelo que habiendo recibido en estos años una jubilación que le cayó del cielo, sin haber aportado nunca a ninguna caja, es el mismo anciano que transmite su visceral odio a la presidenta por robarse la plata del Banco Central y comprarse un hotel en Santa Cruz.
La manipulación de los medios audio visuales, frente a la fragilidad del promedio de la gente, ha opuesto una fortaleza imposible de atravesar; pues, frente al aislamiento que padece una sociedad alentada al individualismo, se han constituido las bases para que todo el mundo que mira televisión o escucha la radio, repita lo que ha estado atendiendo, tomando luego partido en forma radical, como si de una idea propia se tratara.
¡Que Dios nos libre pronto de esta situación!

3 comentarios:

LilianaCoach dijo...

Estimado Pablo:
no creo que Dios nos libre si nosotros no nos preparamos para estar en los medios y estimulamos a nuestros jovenes a capacitarse y lanzarse a hacer cosas de valor en esos. Y menos si cuando alguien cristiano hace algo fuera de lo comun le damos tantos palos que lo ponemos en retirada hacia lugares menos hostigantes!
Sera que no tenemos nada que decir, que somos demasiado chatos o miedosos, o que?
Saludos y gracias por los aportes de siemrpe!
Liliana

yenny dijo...

Liliana, personalmente siempre creo que Dios nos puede librar, sobretodo cuando se trata de enfrentar fuerzas muy poderosas. Creo que los que "ya" están preparados, están en los medios y estimulan a los jovenes a capacitarse. Pero cuidado con impulsar motivacion "microondas". Lanzarse a hacer cosas es otra cosa. Esperpentos ya existen, no hace falta que copiando modelos, salgan a la palestra "los nuestros". Si creo que hay demasiada chatura; no creo que tengan temor.Cuidado con motivar Frankensteins.
Pablo

Giancarlo Cosentino dijo...

En realidad la tendencia mundial desde hace varios años es que el poder tome control de los medios y a travez de ellos controla y maneja el pensamiento de la poblacion, lamentablemente no ucede solo en Argentina aqui Berlusconi es dueño de mediaset que controla 3 canales de aire mas importantes en rating que RAI y ademas medios de comunicacion escrita y una parte del futbol, como veran es un nuevo estilo de gobernar, un mal comun. Saludos