viernes, 21 de noviembre de 2008

¿Recesión, depresión, deflación?


Ya no se puede pensar en una desaceleración fuerte de la economía, sino en recesión y tal vez depresión. Al presente se trata de evitar que la economía mundial vaya hacia una depresión profunda y duradera porque los injustificados pronósticos optimistas –de los responsables y sus defensores mundiales-dicen que la recesión durará entre 18 y 24 meses. Estos ideólogos de las desigualdades intolerables dicen: “…las hipotecas subprime de alto riesgo ya son historia antigua, lo urgente es atender la recesión”… “la estructura que permitió que se produjeran estos hechos tendrá que ser rediseñada”…; como si no tuvieran nada que ver, haciendo caso omiso de dar cuentas por la responsabilidad en este verdadero desastre, exhibiendo sin pudor su discapacidad compasiva frente a los damnificados-la recesión mundial cobrará vidas inocentes-. La credibilidad hacia los pronósticos y razonamientos de estos predicadores es “cero”. La verdad es que EE UU está exportando una crisis fenomenal a todo el mundo, sin responsabilizarse por la aplicación de los estándares defendidos por los mencionados estólidos que favorecieron la globalización de los mercados.
Las economías emergentes sufrirán una desaceleración en su crecimiento, mucho más intensa de lo que se esperaba hace unos meses atrás. El fortalecimiento del dólar no ayuda, ni es sustentable en el tiempo. A mediano plazo la economía estadounidense tendrá que ajustar sus enormes déficit gemelos, y dado que nadie querrá financiar ese absurdo desfasaje, lo más probable es que el dólar inicie una tendencia a la depreciación, sin un tope determinado. La impertinente firmeza del dólar de corto plazo, se ve explicada en buena parte por un supuesto “vuelo hacia la seguridad”, gatillado por la crisis internacional que se va realimentando al absorber capitales de otras zonas. La fuga de capitales de países emergentes se mantendrá elevada, y el dólar históricamente ha sido el activo seguro por excelencia, refugio de los inversores más conservadores. El diferencial de tasas de interés que venía favoreciendo la valorización del Euro en detrimento del dólar, se verá reducido. Los Bancos Centrales del G7 alcanzarán los recortes de tasas de interés de la FED, elevando de este modo el atractivo del dólar.
La exagerada preocupación por la inflación, siempre amplificada en la Argentina por el enfoque monetario que pedía “enfriar la economía” hasta hace dos meses, ha desaparecido. En el mundo ya se habla de “deflación” abiertamente, se terminó la candonga de “la inflación” con que medran los profesionales del miedo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Porque se negó durante tanto tiempo?. El gobierno no entendio la real situación que se aproximaba, hay responsabilidad en minimizar los problemas, deben reconocerlo o bien deben decir que no estimaron bien. Hablo de Argentina.