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viernes, 27 de julio de 2018

2001. FMI, Tecnocracia y Crisis


Esta investigación es extraordinariamente oportuna e indicada para analizar y comparar ciertas cuestiones del contexto actual. Vemos como ex funcionarios de los gobiernos de Menem y la Alianza: Dujovne, Sturzenegger, Frigerio, Patricia Bullrich, Hernán Lombardi, por mencionar algunos; ellos son, ascendidos y repetidos  “technopols”.- Protagonistas ya, de otra crisis financiera y el regreso al FMI. El trabajo considera el fracaso de la presidencia de Fernando De la Rúa (1999 - 2001), que terminó anticipadamente con una renuncia inevitable en medio de la crisis económica, social y política más grave que recuerde la democracia argentina, hasta este momento. Para hacerlo, se analizo el caso a partir de la teoría de las élites tecnocráticas en el gobierno. La ciencia política ha investigado, con diferentes enfoques, acerca del ascenso de las élites tecnocráticas al poder, o el rol que desempeñan en la implementación de reformas neoliberales. Pero se ha escrito menos acerca del fracaso de los tecnócratas, o de su rol en las crisis de gobernabilidad. Periodizando el gobierno de De la Rúa, observando sus medidas de ajuste y sus gabinetes, comparando su fase de tecnocratización con la de Carlos Menem y la reciente crisis global, y analizando en contexto las estrategias del gobierno y sus resultados, se llega a la conclusión de que el papel que jugaron las élites tecnocráticas tuvo incidencia en el desenlace fatal de la presidencia de la Alianza. Se suele fantasear que encomendar a los economistas de formación técnica y orientación neoliberal es el camino para obtener confianza y recibir “lluvias de inversiones”. Pero la despolitización y delegación a la tecnocracia que precede al FMI, agota sus escasos recursos de credibilidad y legitimidad. Esto cuestiona algunos supuestos de ciertas teorías de las élites tecnocráticas democráticas a partir de los noventa: la evolución de la crisis mostró que el gobierno de la Alianza dependía de una base de gobernabilidad suficiente, y que la figura de los “ministros incondicionales al FMI” o los “amigables” presidentes del BCRA, no pudieron evitar el derrotero.
Los intentos de introducir reformas neoliberales por parte de nuevos partidos liberal-conservadores, grupos sociales, factores de poder y aún sectores del electorado partidarios de ese tipo de reformas económicas, no cesan. Pero ni el presidente Macri, ni los ministros Aranguren, Etchevere, Dietrich, Caputo, vice-ministros Quintana, Lopetegui son tecnócratas.
En defensa de aquellos tecnócratas se dirá que se los ha acusado de muchas cosas, pero no de ignorantes. La experiencia “Cambiemos”, parecería una tentativa de reconstruir el neoliberalismo desde otro lado. No sabemos mucho aun, se trata de un fenómeno en marcha. Hoy no encontramos una palabra que forme parte de la jerga académica para definir esta inexperiencia, porque CEOCRACIA es una alusión irónica que no forma parte de la jerga académica.

miércoles, 31 de enero de 2018

ELITES TECNOCRATICAS, “TECHNOPOLS”, “CEOPOLS”


Krieger Vasena, Alsogaray, Dagnino Pastore, Alemann, Martínez de Hoz, Cavallo; pero Macri, llego a Presidente.
En los estudios de los regímenes políticos latinoamericanos hay una problematización del rol de las élites tecnocráticas en los gobiernos. Una de las reflexiones pioneras fue la del politólogo argentino Guillermo O’Donnell en su investigación sobre el estado burocrático- autoritario. Desde sus primeras elaboraciones, el autor utilizó esta categoría para referirse a regímenes socialmente excluyentes, producto de golpes de estado con control y represión de la participación política de los sectores populares, en los cuales los actores principales de la coalición emergente son los tecnócratas de alto nivel. Estos tecnócratas, dice O’Donnell, entran en estrecha asociación con los capitales extranjeros. Los casos que inspiraron al autor en su conceptualización del estado burocrático autoritario fueron la dictadura iniciada en Brasil a partir de 1964, la Argentina de las dictaduras de Onganía y Lanusse entre 1966 y 1972, la dictadura de Pinochet, iniciada en 1973 hasta 1990 (aunque abarcó sus primeros años), y el proceso similar en Uruguay. Naturalmente, la dictadura cívico-militar argentina entre 1976 y 1983 también entró en esta caracterización del autoritarismo burocrático.
Estos roles tecnocráticos serían consecuencia de la relación entre Estado y Sociedad que emana del régimen.  De esta forma, la relación entre los roles tecnocráticos y la deriva autoritaria parece inevitable. El ascenso de los empresarios nacionales acaba produciéndose, pero sólo cuando la garantía de estabilidad económica y política a corto plazo ha asegurado grandes inyecciones de capital extranjero. Esto último podría explicar (el cómo) las inversiones extranjeras no llegan, y (porqué) se sigue registrando una constante fuga de capitales locales.
Una conceptualización alternativa a la de O’Donnell es la de Jorge Domínguez (1997). Realizado años después, democratización regional mediante y ya en plena década de reformas económicas neoliberales. Aunque no tan influyente como el trabajo señero de O’Donnell sobre el estado burocrático autoritario, lo de Domínguez es representativo de una camada de investigadores de la ciencia política latinoamericanista que asumió el reto de pensar el rol de tecnócratas y élites económicas en el contexto de un régimen democrático competitivo. Académico de Harvard, define a un tipo de economistas, a los que llama “technopols”, que han cumplido un rol importante en la vida política y en la liberalización política y económica de varios países. Los “technopols” asumen un papel de especialistas, técnicos o científicos capaces de generar y persuadir sobre políticas, a partir de sus ideas. Permanecen políticos-economistas agentes de cambio, si son capaces de entender la política nacional y si se les permite ser abiertamente “pols”, sin llegar a ser “marionetas”. No es el caso al presente, donde la intromisión de los CEOS y las vacilaciones del presidente, presionado por “el círculo rojo” y el “Foro de Davos”, hace que luzcan empleados públicos Senior, cuando uno recuerda los mencionados en el titulo de cabecera. Sin que el desprestigio que llevó a los macroeconomistas a la degradación post De la Rúa sea un obstáculo, estos tecnócratas se presentan como los otrora famosos, “imparciales y desideologizados”-y no soportan que se les cite neoliberales-. Aparentemente postulan políticas racionales, como decíamos, autodenominados “macroeconomistas profesionales”, trabajan en equipo junto a CEOS que “del mismo modo que ellos aparentan ser neutros”. Cambiemos imaginaba poder operar a través de diferentes enfoques y aportar sus símbolos a la vida nacional, sin rigor filosófico. Lo cierto es que en solo dos años, la escasez de convicciones es precisamente el problema. La avenida Cambiemos es de “mano única”, aunque con unos cuantos carriles, donde los vehículos se vienen cruzando y componiendo  una inconcebible ensalada.
Estos “seres atemporales” con alto entrenamiento técnico, dice Domínguez, han estado allí siempre, y han participado en una diversidad de culturas y sistemas políticos, combinando y logrando sortear la tensión entre sus conocimientos expertos, las habilidades políticas, la administración, e incluso sus pasiones, en una proporción necesaria para el contexto en el que se lo requiera. La continuidad de la presencia de los technopols se ve en el gobierno de Macri indiscutiblemente, están en la superficie Sturzenegger, Prat Gay, Frigerio, Dujovne, Melconián, Losteau, se complementan con la “antigua novedad” de los CEOS: Macri, Quintana, Lopetegui, Aranguren, Cabrera, Ibarra,  Etchevehere; por esa suerte de reconocimiento a sus habilidades y a su capacidad para integrar equipos. Resquicio y reencarnación de Salimei, Krieger Vasena, Martínez de Hoz, los hermanos Alemann, pero para ser justos, menos favorecidos por la providencia. Esta particular mezcla de técnicos y ejecutivos de corporaciones devenidos  políticos, está vinculada a la implementación de un espíritu confuso de reforma ordo-neoliberal “a la colombiana” -obviamente no “a la alemana”-. Los implementadores alemanes eran Konrad Adenauer (Canciller) y Ludwig Erhard (Ministro de Economía) con normativa jurídica alemana, no reglas del Consenso de Washington para países emergentes.
Lo cierto es que los technopols, estas figuras públicas supieron hacer de la economía y el negocio algo político. Referido a los technopols Domínguez tiene en mente, entre otros, a Domingo Cavallo, el patriarca de la mayoría de los economistas presentes; los technopols han hecho las políticas económicas aceptables para el público, sobreviniendo luego el quiebre de la convertibilidad, la caída de un gobierno democráticamente elegido, y el default de la deuda pública. La dominancia económico-financiera que había sido experimentada en la década previa, desde el peronismo y con Menem, se había dado en un contexto de sólidas bases de gobernabilidad política. Con De la Rúa y la Alianza no funcionó. La pregunta del millón es:-¿Será posible lograr el éxito de la tecnocratización y los CEOS si se resquebraja la coalición política Cambiemos?-. Porque justamente los technopols empresarios en el ministerio de economía durante las dictaduras, y la tecnocratización de los economistas de De la Rúa, invariablemente contribuyeron-en alguna medida-a las crisis de gobernabilidad de la historia argentina; la ultima de la democracia subiendo la apuesta desde el principio al agrietar la Alianza que terminó con la renuncia del ex presidente De la Rúa.

Mariana Heredia-destacada socióloga-identifica en la segunda mitad de los años 70 como se yuxtaponen procesos y fenómenos que hacen posible erigir a los especialistas económicos en autoridades públicas: la inflación, por un lado, como un fenómeno que desbordaba la realidad, como una especie de flagelo; y por otro, las malas prácticas económicas y malas decisiones políticas por parte de las autoridades. Recorrimos más de 50 años desde Krieger Vasena, más de 40 desde Martínez de Hoz y, otra vez intentamos la receta catástrofe. La inflación no cede, la mala praxis es denunciada aun por economistas de la misma ideología del equipo oficialista, todo ello sin contar la alarmante caída de la popularidad del presidente, debido a sus malas y sucesivas decisiones políticas.

viernes, 31 de marzo de 2017

RELAJAMIENTO "ECOZEN": ¿HACIA DONDE NOS LLEVA?


INTRODUCCION.

-¿Creció o disminuyó la deuda con respecto a la riqueza (PBI)?-¿Bajó la inflación?-¿Creció o disminuyó el déficit fiscal como porcentaje de la riqueza (PBI)?-¿Estuvo bien que el BCRA pagara tasas promedio de 30% en dólares-por efecto “dólar planchado”-y al mismo tiempo liberar el movimiento de capitales para entrar y salir del pais?-.
En economía un ejercicio de estática comparativa se utiliza para comparar dos situaciones diferentes sin tener en cuenta el lapso transcurrido entre una y otra. Es como comparar dos fotografías, una tomada en diciembre de 2015, un shock posterior y otra nueva foto en diciembre de 2016.
Un análisis dinámico en cambio, toma en cuenta el factor tiempo. Este enfoque permite ver la evolución de las variables a través del tiempo, como si se tratara de una película. Por ejemplo: observar la evolución del PBI (crecimiento), el nivel de empleo, el déficit fiscal y la deuda como porcentaje del PBI, inclusive pueden relacionarse las variables entre si, para establecer como evoluciona la macroeconomía.

POLITICA FISCAL, ESTRATEGIA “ECOZEN” DE RELAJAMIENTO

La hipótesis que satisface la lógica macroeconómica del marco teórico vigente, implica equilibrar las cuentas fiscales y la política monetaria. Como suele escucharse, para convertirse en un “país normal”-normal es, satisfacer normas; cumplir normas no quiere decir “bueno” o “saludable”-. Argentina viene haciendo los deberes en materia monetaria al costo de duplicar la base monetaria absorbiéndola en Lebacs-gastando 13 mil millones de dólares de interés en 2016, pero debe ordenar sus cuentas fiscales, ya que tener finanzas públicas sólidas, es condición imprescindible para poder acumular capital en forma sustentable. En las universidades se educa y enseña así, sin cuentas superavitarias, los niveles de stock de capital y empleo no cuajan, por la necesidad emergente de incurrir costos de financiamiento crecientes con salarios reales decrecientes, lo cual conduce hacia menores niveles de producción y una calidad de vida en retroceso.
Lo cierto es que siguiendo esa lógica totalizadora, como no hubo progresos, no se puede pensar en una futura reducción de deuda, ni de prima de riesgo país. Esta es claramente la cuestión que viene a sumar problemas, al introducir un nuevo ciclo de endeudamiento progresivo con costos ascendentes.
El déficit fiscal primario se disparo alrededor de 61% en febrero último y, las metas fiscales trimestrales difundidas para todo 2017 no generan optimismo. Las proyecciones hasta el tercer trimestre del año incluido, lucen laxas. Para comparar, observemos que durante 2015 (ultimo año del gobierno anterior) y 2016 (primer año del actual mandato), el déficit primario acumulado de los tres primeros trimestres explicó alrededor de 58% promedio del déficit total del año, mientras que el déficit del ultimo trimestre representó el 42%. Si nos detenemos a observar las metas Dujovne 2017, podemos identificar una reversión importante, donde el 75% del déficit se concentra en los tres primeros trimestres. La idea es pasar de un déficit primario de $66 mil millones en el segundo trimestre de 2016 a otro de $136.500 millones en el segundo de 2017, esto implicaría un extravagante aumento de 105%. El aumento es descomunal y el episodio es fresco; esta claro que lo único importante es fogonear el gasto para apuntalar la campaña, por lo cual no es descabellado esperar que después de las elecciones se aplique un ajuste brutal. La “estrategia ecoZen” de relajamiento de las metas fiscales los primeros tres trimestres del año podría evitar la profundización del descontento social. Además de 2017, a simple vista, las metas 2017/2019 parecen sobreactuadas, y se podrían  sospechar inalcanzables. De acuerdo al programa fiscal oficial, los recursos totales del Sector Público Nacional se mantendrán en alrededor de 19.5% del PBI entre 2017 y 2019. De la reducción del déficit primario y la previsión de inflación proyectada que surge de los precios implícitos, se puede deducir que se debería ajustar significativamente la expansión del gasto público, respecto del año anterior. Eso socialmente no parece viable, dado el actual contexto social descripto-alto nivel de reclamación transeúnte-, a solo 15 meses de gobierno.
Un gobierno conservador, debería aplicar una poda brutal, realizando además un enérgico reajuste tarifario con -down sizing- una reingeniería radical (reducción de gastos-recuerde que en el concepto del presidente, el salario es un gasto mas) para limitar el déficit de las empresas públicas. En voz baja, el liderazgo del programa fiscal anunciado no exterioriza convicciones, véanse las bajas de funcionarios que se viene  dando. Las metas fueron presentadas por el ministro Dujovne, pero cabe destacar que el anuncio lo hizo sin la presencia de Peña, Quintana, Lopetegui, ni obviamente Macri. Esto encarna para el ministro “el costo de ser” un ministro que no estaba en los planes,  ni que tampoco testifica cuanto tiempo permanecerá en el cargo. Recuerde que el gerenciamiento esta a cargo de dos ex McKinsey: Quintana y Lopetegui. Según Wikipedia, la empresa que los formó, tiene un plan de carrera muy específico con una política "up or out" (o se promociona durante un tiempo determinado o se abandona la firma), tal vez esta cultura vuelva a manifestarse, como ya lo hizo antes con Constantini y otros funcionarios, considerados “blandos”. La inviabilidad social de ajustar más, anticiparía la tercera frustración del mismo enfoque en solo 36 años.
El programa fiscal Dujovne,  no tuvo tratamiento parlamentario, y por ahora no cuenta con apoyo político del Congreso ni de los gobernadores. Suponiendo que alcanzara las metas de reducción del déficit primario, el déficit fiscal global, que incluye el pago de intereses, no disminuirá entre 2015 y 2019. Las metas de disminución del déficit primario no involucran una reducción del déficit fiscal global-esto es, después del pago de intereses-, consecuentemente la estrategia comprende una ampliación de los niveles de endeudamiento. Mientas que el programa fiscal prevé una reducción del déficit primario, se mantendría un nivel elevado en términos históricos, implicando un incremento persistente del nivel de endeudamiento público. Ya comenzamos a pagar deuda con emisión de nueva deuda, el Tesoro coloco u$s 1.700 millones en Letes y $ 20.000 millones en Badlar, refinanciando Letes y Bonar que vencían en 2017.
Lo más probable es que esto termine como sucede histórica y frecuentemente. No se lograría una reducción del déficit primario como la prevista y el déficit fiscal se mantendría a lo largo de todo período, en este caso, alrededor de 6/7% del PBI. El sistema financiero global continúa extremadamente líquido y la economía local recibe dólares prestados que sobran en todo el mundo. El país se encuentra en estanflación o recesión-estancamiento con inflación, y el presidente del BCRA dice que las expectativas de inflación se mantienen elevadas y la de febrero-abril será más alta. Si esa es la perspectiva, se viene una paritaria difícil con los sindicatos. Así las cosas, el nivel de endeudamiento del gobierno nacional continuaría creciendo hasta 2019, espoleado por un elevado déficit fiscal que impondrá un sendero irreversible, lo cual implicará asumir una dinámica fiscal comprometida en términos de sustentabilidad fiscal intertemporal. Luego se comenzaría a sufrir la aplicación de tasas altas, producto de la advertencia de las calificadoras de riesgo que nuevamente van considerar alto el riesgo de insolvencia fiscal intertemporal. Las proyecciones macroeconómicas del presupuesto 2017: crecimiento económico de 3.5%-asumiendo que el gobierno cumpliera las metas de reducción de déficit primario-, haría que la deuda pública neta aumentará de 22% a 38% del PBI desde final de mandato CFK. Hay que decir que la deuda pública neta no incluye las deudas intra-sector público (BCRA, BNA, FGS y Anses, etcétera).
Así aceptando los supuestos oficiales e incluyendo la deuda en poder de las agencias estatales, obtendríamos que la deuda pública bruta del gobierno nacional estuviera elevándose a 66% del PBI en 2020. Consecuentemente, si el ajuste del déficit primario no se cumpliera y el crecimiento económico fuera mas bajo hasta 2019, el déficit fiscal sería más elevado, el nivel de endeudamiento-si los mercados no titubean antes de prestar de nuevo-aumentaría aceleradamente porque las necesidades de financiamiento serían extremadamente altas. Bajo este escenario, el riesgo sería importante, definitivamente la estrategia de gradualismo en la reducción del déficit primario con un déficit fiscal constante, implicaría un incremento fenomenal del nivel de endeudamiento. Nuestra relación deuda/PBI, hoy solo es peor para Zambia, Senegal, Pakistán, Angola, Ghana, Sri Lanka, grupo de países al que pertenecemos en la categorización de la calificadora Moodys.
Sin querer lograr este objetivo, el programa fiscal presentado por Dujovne se constituye en un esbozo poco creíble y endeble, manifiestamente inviable por las razones expuestas.
Del BCRA solo diré que para que la inflación cierre en mas de 40% (record absoluto en dos décadas, segundo país de la región después de Venezuela) las ganancias de quienes invirtieron en Lebacs, costaron alrededor de u$s 13 mil millones de dólares-al cambio-en 2016. Si los tenedores de Lebacs (u$s 43.000 millones) decidieran que ganaron lo suficiente y comienzan a pasarse a dólares, sus tenencias totales equivalen a 85% de las reservas del BCRA. Si a ese supuesto catástrofe le sumáramos el riesgo que ofrecen los depósitos en caja de ahorro en dólares (u$s 15 mil millones) que se podrían reclamar en un día por mostrador, mas la cancelación de los poseedores de plazo fijo en dólares a cortísimo plazo (u$s 6 mil millones) retirando los depósitos, recordando 2001, o por cualquier episodio eventual como-salud del presidente, estado de animo del mismo o hastío por las presiones, las consecuencias son imprevisibles. En abril de 2001, el FMI estimaba que en 2002 Argentina crecería 4.4% (Cavallo y casi todo el equipo económico actual-no estaban todos los actuales economistas en el sector publico, pero muchos de ellos, si estaban- coincidía con pequeñas diferencia de decimales).
En octubre de 2001, días antes de la elección de "medio tiempo" (como la que se aproxima en octubre de 2017 ), unos 70 días antes de la renuncia de De la Rua, las consultoras privadas que hoy apoyan 100% al gobierno nacional, daban un pronostico de crecimiento para 2002 de 3.6%. Luego de la renuncia del ex presidente, en 2002 Argentina tuvo una caída del PBI de (-10.9%). Los pronósticos no son seguros y un “error” de 14.5% en la tasa de crecimiento nunca se había dado en el mundo. Hubo en aquel tiempo una pequeña minoría que predicaba en el desierto, refutando a los medios y los economistas amigos de Cavallo que siguen diciendo: “no vimos venir la crisis”.
 (Sigue en el próximo artículo: Parte segunda)

¿QUÉ PASÓ CON EL PRONÓSTICO DE CRECIMIENTO?

Las causas inmediatas y visibles de la crónica recesión y del estancamiento argentino son las políticas monetarias y crediticias restrictivas que reducen la demanda efectiva, la inversión y el consumo. Sin embargo, esta deliberada política recesiva tiene dos motivos subyacentes. El primero es la restricción externa y el segundo, derivado de ella, es la restricción inflacionaria (Marcelo Diamand, “Hacia la superación de las restricciones al crecimiento económico argentino”, Centro de Estudios de la Realidad Económica Nro. 4).
En febrero la industria cayó 6%. La industria de la construcción cayó 3.4%, la industria textil 22.5%, la industria alimenticia 4.2%, la industria automotriz 18.6%, la industria metal mecánica 8.5%, la producción de acero 9.3%, la refinación de petróleo 9.3%, los permisos para edificar 23.5%. Todo se derrumbó en forma interanual según el INDEC en febrero. Pero la noticia mas nociva ya había sido que la economía creció solo 0.5% en el último trimestre de 2016 con respecto al trimestre previo. También se contrajo 0.5% en enero de 2017 contra diciembre de 2016, cuando ya se había registrado una merma de 0.1% con respecto a noviembre de 2016. Así las cosas, los brotes verdes-eufemismo para referir un tímido repunte-no alcanzó para revertir la fuerte caída registrada en el primer semestre de 2016, con lo cual la economía terminó contrayéndose 2.3% en el año, en lugar de crecer 1.5% como pronosticó Prat Gay, junto a Lacoste y Caputo. Un pronóstico en base a medidas sueltas, incompletas, separadas del objetivo real, representa para un inversor la privación del conocimiento del plan integral, esto fue inadecuado y confuso, por eso las inversiones no llegaron. Este tipo de pronósticos no es fruto de un mal diagnostico,  sino de aplicación de medidas sueltas e inadecuadas, de doctrinas inadecuadas, falsas para un país que ya abrevó de ellas.  Todo esto fue falaz, y no permitió conocer las cuestiones tal cual eran, sino algunas cosas en forma fragmentaria. La imagen artificial que se viene transmitiendo, al ver los números que le dan soporte confunde a los inversores internacionales.
La presentación marketinera ilusoria, para la economía internacional es impropia, porque lo fantástico no cala el mundo de las inversiones y los negocios internacionales, como penetra entre nosotros a través de los medios. La presentación real de la economía no estaba en situación de presentarse, no estaba en circunstancias de explicarse, pues toda ilustración debe ser causal y no había nada preparado, solo marketing. El marketing intenta proyectar imágenes aparentes, a veces simuladas percepciones; pero aun así, estas no pueden ser vagas, imprecisas y ambiguas. De esta forma solo pudieron llegar préstamos caros porque sobran dólares en el mundo, pero no inversiones de mediano y largo plazo.
Para entender mejor esta cuestión, en el cuarto trimestre de 2016 la economía se contrajo (-2.1%) con respecto al cuarto trimestre de 2015. Con ese dato, el PBI era menor que durante el primer trimestre de 2011-fin del primer mandato de CFK-y el PBI per cápita cayó alrededor de 7% durante el mismo periodo.
Los resultados de las cuentas nacionales del cuarto trimestre de 2016 son, sencillamente lamentables. La recuperación del PBI fue mucho más moderada que lo que había apuntado el estimador mensual de la actividad económica agregada-EMAE- anticipando (+0.9%), equivalente a un alza de 3.6% anualizada, en lugar de 1.9% real (la mitad). Esta revisión redujo el arrastre estadístico del cuarto trimestre de 2016 para 2017, que aminoró el pronóstico de crecimiento a 2.5%, en lugar de 3%, según el REM amigo (REM-Relevamiento de Expectativas de Mercado- que el BCRA invita). A su vez, la demanda doméstica mostró una contracción interanual de 3.1% con respecto al cuarto trimestre de 2015. La mayoría de los componentes de la demanda doméstica cayeron en el último trimestre del año pasado, el consumo privado retrocedió 1% trimestral, mostrando una caída de (-1.5%) anual en 2016. La inversión bruta cayó (-1.5%) en el cuarto trimestre y completó así una baja de (-5.5%) comparado con el ultimo año de CFK. Un verdadero bochorno, teniendo en cuenta que la comparación se realiza entre el último año de un gobierno populista-que genera incredulidad-pero que le ganó al año “luna de miel” de un gobierno pro mercados, que supuestamente generaría un shock de confianza-. De este modo, la inversión bruta alcanza apenas el 14.5% del PBI a precios corrientes y, no solo resulta la más baja de toda la región, sino que es inferior a la del año de la recesión mundial de 2009 con (15.6%) a PBI, del gobierno populista.
El consumo público cayó 2.5% el cuarto trimestre de 2016, respecto del tercero. Pero lo más conmovedor de los desequilibrios fue el comportamiento de las importaciones.
Cuando en 2014 con Kicillof de ministro, tal y como ocurre en años recesivos, las importaciones cayeron (-11.5%), en 2016 con Prat Gay,  crecieron 5.4%, restándole 1.3% a la variación del PBI del año.
En febrero, según el nuevo INDEC la balanza comercial registro un déficit de u$s 122 millones y, las importaciones de bienes de consumo crecieron 11%.
La pregunta sería: -¿Para que devaluaron 50%?-
Considerar una caída de la economía con aumento de las importaciones, implica un cocktail industrial y social explosivo.
Sigue siendo un problema grave la pérdida de competitividad de nuestras exportaciones. El atraso del tipo de cambio real y la fuerte demanda de dólares para atesoramiento, turismo y gastos por Internet, es record, solo que no se nota por la coyuntural entrada masiva de numerosos prestamos que a largo plazo están generando un endeudamiento extravagante. El atraso del tipo de cambio real es consecuencia de una política fiscal inconsistente con el dogma hegemónico totalizador que nos ha “devuelto al mundo”.

ECONOMIA LABORAL

En ese contexto, “fantásticamente” la Encuesta Permanente de Hogares (EPH*) del cuarto trimestre de 2016 reveló una disminución de la tasa de desempleo desde 8.5% en el tercer trimestre de 2016, hasta 7.6% en el cuarto; sin embargo, esta aparente buena noticia se ve refutada a la hora de ver las razones de la baja. La realidad de la disminución del número de desempleados se debió a una fuerte caída de la oferta de trabajo. Alrededor de 150 mil personas dejaron de buscar trabajo desalentadas por el ciclo recesivo y al descenso de la demanda de empleo. Lo que pasó en realidad es que hubo menos gente demandando trabajo por el “efecto desaliento". Estamos ahora mismo ante una preocupante tendencia declinante de la oferta de trabajo, sin miras de mejora. Si se comparan los datos de la EPH que reflejan el nivel de empleo total en los aglomerados urbanos relevados, con los de la encuesta de empleo privado registrado del Ministerio de Trabajo que exhibía una paulatina recuperación del empleo privado formal desde agosto pasado, podemos concluir que hubo una importante destrucción de empleo en el sector informal, fundamentalmente en la Provincia de Buenos Aires.
Recapacitando, la morosidad en el despegue del crecimiento y la demanda de trabajo con el desmoronamiento de los sectores más intensivos en mano de obra como electrodomésticos, comercio, textiles, calzados, implican una renuente recuperación del empleo y de la oferta de trabajo.
Volviendo al análisis estático y dinámico aludido en el comienzo y, ahora evocando a Saussure, las dos imágenes dominantes son las del tiempo que fluye y el instante que inmoviliza. En nuestra economía serian comparación estática (2015 versus 2016), y una potencial proyección dinámica en este caso (2017-2020).
La comparación estática 2016 versus 2015 es sombría, la dinámica proyectiva hasta 2020, si todo sale bien y según los supuestos oficiales, es espeluznante. Imagínese si sale mal. Es imprescindible incorporar la dimensión temporal, teniendo en cuenta que aun hoy, los actores de la crisis financiera mundial de 2008 y los teóricos extranjeros y locales afines de Argentina 2001, siguen afirmando “no haber visto venir las trágicas crisis Argentina y mundial”.

* Encuesta realizada por el INDEC desde 1973. Hasta 2003, se realizaba 2 veces al año (mayo – octubre). Desde 2004 (4 veces al año - trimestral). Cubre 31 aglomerados urbanos. Durante los 90 se incorporó (una medición mas en el mes de agosto) En la actualidad se realizan (4 mediciones trimestrales). Encuesta basada en una muestra aleatoria bietapica. En la 1ra etapa, dentro de cada aglomerado, se selecciona una cantidad de radios censales. En la 2da etapa, se listan todas las viviendas. Los hogares que habitan esas viviendas son los hogares a encuestar. De la EPH surgen las tasas oficiales de empleo, desocupación, subocupación, pobreza y distribución personal del ingreso. La muestra de la EPH alcanza 100 mil hogares anuales. Suponiendo que hay 4 personas por hogar, tenemos información de sobre 400 mil personas. (Censo 2010) = 40 millones de personas y  aproximadamente el 88% vive en aéreas urbanas: El objetivo de las estadísticas laborales no es medir el trabajo que realiza toda la sociedad, sino aquellas actividades que pasan por el mercado y a las que se les puede asignar un precio.