jueves, 20 de enero de 2022

¿QUIEN ES JOSEPH EUGENE STIGLITZ?

 

Por Pablo Tigani*


 “La recuperación de la economía argentina es sorprendente”, dijo el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, en su última columna de opinión del prestigioso portal Project Syndicate. El economista planteó que la recomposición del mercado interno argentino es resultado de las políticas del Estado para fortalecer la economía real. “Dado el lío que heredó, el gobierno del presidente argentino Alberto Fernández a fines de 2019 parece haber logrado un milagro económico”.

“En general, toda superioridad da derechos a la desigualdad (discrepancia-desavenencia…) en razón de su preeminencia”. (Aristóteles-La Política). Pero aun así, no es el caso de Juan Carlos de Pablo. Aunque tienen la misma edad (78 años), sus vidas profesionales, académicas y de investigación, han transcurrido en “ligas muy diferentes”.

Un acontecimiento desgraciado. Juan Carlos de Pablo dijo que el premio Nobel Joseph Stiglitz dice “huevadas” cada vez que elogia la economía y a Martín Guzmán. Sobre Stiglitz redobló la apuesta: “Es un caradura que está en la joda”. “Los únicos que le damos pelota somos los argentinos y el Papa” (indirectamente trató de “pelotudos” a los argentinos-como nos tiene acostumbrados-y al Papa). Grave para un católico romano, egresado de la universidad denominacional. 

ANÉCDOTAS DE UNOS MUCHACHO QUE QUERÍAN CULTIVARSE

Cuando éramos recién recibidos fuimos a una conferencia en el Consejo Profesional, a escuchar a un orador. Una especie de “abuelo de Melconian” de aquella época-precursor de la pura risa y el sarcasmo que dijo: “en las invasiones inglesas le deberíamos haber tirado flores a los ingleses, en lugar de aceite y agua hirviendo”. Al año siguiente en Córdoba-Congreso del IAEF-se me ocurrió interpelar a Federico Zorraquin quien en su exposición propiciaba las tasas de interés fuertemente positivas. Era gerente financiero de Saccol, una industria de 80 años que languidecía luego de 7 años de Martínez de Hoz, Lorenzo Sigaut (padre), Roberto Alemann, Dagnino Pastore y otros ilustres que alcanzaron: “crecimiento cero”, “endeudamiento extravagante”, “inflación de 3 dígitos”, apreciación del peso absurda, luego “devaluación interminable”, destrucción del aparato productivo, el salario y  el empleo.

Este empresario había comprado otro Banco para sumar al suyo (“Comercial del Norte”) + el nuevo “Español” -y era sponsor oficial del evento. Don Federico estaba visiblemente ofuscado con un jovencito del montón que le preguntó si las empresas de su grupo habían crecido con “tasas reales positivas o negativas”…, balbuceó una respuesta poco convincente pero muy pendenciera. El Cavallo (heterodoxo) en Córdoba jugaba de local y saltó imprevistamente para defenderme, argumentando a favor de la baja de tasas, la industria, etcétera. Acto seguido me invitó a retirarnos de la sala. “Lealtad de potrero”, me fui con Cavallo-porque me respaldó en un auditorio que me era muy hostil-. Al salir del recinto, pase por el baño y en el urinario a mi lado estaba Juan Carlos De Pablo, quien me miró desde allá arriba-es muy alto-y me dijo: “nunca vayas a necesitar trabajo y le tengas que pedir a Zorraquin”. No le conteste nada, porque él era un hombre grande y famoso, economista estrella de los medios durante la dictadura cívico-militar. Neustadt y Grondona lo llamaban todas las mañanas, y todos lo íbamos escuchando en el auto, rumbo a la oficina.

Evidentemente sigue siendo un operador influyente, en un entorno ideológico de una pobreza intelectual extrema. Escribía en el diario La Nación (actualmente de Macri, según Esmeralda Mitre), dirigió un periódico de un empresario textil devenido dueño de aeropuertos y sponsor de estos economistas elaborados. Fue biógrafo de su vecino de Libertador y Tagle-el segundo Cavallo, de la Convertibilidad-, en el libro “Pasión por Crear”. Pertenece al grupúsculo de economistas ricos, exterioriza sin ruborizarse su ideología antinacional siempre útil “para vender informes y conferencias en Argentina”.

Fantino lo elogiaba mucho en el programa donde compartía mesa con D’Alessio y otros servicios, o servicios de comunicadores, de donde supo bajarse a tiempo. Su figura ha suscitado siempre la simpatía del remanente neocolonialista y las corporaciones que tanto se ha esmerado en cuidar. Su síntesis son las expresiones sobre Stiglitz y Guzmán, es socio vitalicio del club FMI, dotado de honorarios de las corporaciones, liberal en economía, no tanto en política (como dijo Alberdi sobre la Constitución), defensor del campo, las multinacionales y, como dije, sostenedor de la influencia de principios de siglo pasado, traductor y asistente doméstico de la cultura occidental, no tan cristiana (digo por el Papa).

Fue, y es barra brava de los equipos contrarios a la Argentina. Sus dichos lucen inocentes, pero tal vez sean instintivos. Frecuentemente maltratando lo popular, lo nacional, estas posturas lo llevaron a eternizar su presencia e influencia sobre bancos y empresas. Con habilidades de comediante mediático-aunque paso por el sector publico-luego  ha sido comentarista de tango, porque nunca se atrevió a tomar el bandoneón en sus rodillas. Sigue minimizando a quienes no puede igualar-lo vimos hacerlo con Aldo Ferrer durante la dictadura-, como no lo haría con el joven Martin Guzmán o Joseph Stiglitz. Abatiendo todo ideal soberano, desdeñando nuestras costumbres, acervo cultural, social, histórico y político. Usualmente me resultó curioso que economistas académicos de apellido español de la guía: Rodríguez, Fernandez, López (Murphy), De Pablo…presumieran de anglos. Pero algo aprendimos de Jauretche cuando hablaba de cipayos, o del “malinchismo”, una actitud de aquellos mexicanos que prefieren lo extranjero por sobre lo nacional, viene de Malinche quien fue la hija de un cacique mexicano entregada a Cortés.

Se dirá a favor de De Pablo que aunque encarna el modelo antropológico neoliberal, ha concebido desde sus inicios un estilo discursivo agreste, nunca tiene un power point, ni ha llevado puesta una corbata. Lo separa del resto, una cierta respetabilidad de los que intentan emanciparse de sus orígenes. Siempre fue el más entretenido de las audiencias modo: “doña Rosa” y es precursor de una escuela de difusión científica que-aunque sesgada-hay que valorar. Si bien no se esmera demasiado, es un profesional mucho más preparado que casi todos los nuevos bufones del establishment. Al reaparecer, tal vez pretenda llenar el vacío dejado por las lumbreras amenazadas por el descredito de sus pronósticos. Ellos han devenidos nuevos technopols, políticamente reaccionarios y socialmente regresivos. La lista de technopols, profesores y egresados de la universidad que formó a de Pablo, es interminable. Cambiemos se ha dado el lujo de desprestigiar técnica, ética y moralmente a tan noble casa de altos estudios.

¿Qué logroS TIENE Stiglitz?

Stiglitz es premio Nobel, escribe en el portal Project Syndicate y nació en Gary, Indiana (donde vivía gente mucho más pobre que en Villa Luro), inteligente con conciencia de clase. Doblemente inteligente y noble. Cuenta que la familia le inculcó desde niño el valor de hacer lo correcto. Su madre era una maestra blanca en una escuela pública con mayoría de niños afroamericanos. Su padre le habló de la importancia moral y jurídica de pagar las cargas sociales del servicio doméstico: Stiglitz dice que eso le ahorró muchos problemas en su confirmación ante el Senado para presidir el CAE.

Par empezar, en 1979 recibió medalla John Bates Clark, premio otorgado al economista menor de 40 años más influyente de los Estados Unidos. La lista de los artículos más influyentes en economía tiene 6 trabajos de Stiglitz, honor que comparte con solo dos personas: Robert “Bob” Barro y Eugene Fama. Para empezar Stiglitz, es uno de los economistas más influyentes en el mundo, considerado “de la nueva economía keynesiana”. Sus aportes permitieron, mejorar la comprensión de los orígenes del desempleo, a través del salario de eficiencia, o el modelo Shapiro-Stiglitz. En 2001 fue premiado con el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel, vulgarmente conocido como Premio Nobel de Economía.

La investigación más famosa de Stiglitz es sobre el screening, una técnica usada por un agente económico para extraer la información privada de otro. Esta importante contribución a la teoría de la información asimétrica le valió compartir el Nobel, con George Akerlof y Michael Spence. Stiglitz fue uno de los creadores de la teoría de los mercados con informaciones asimétricas, en la que dos o más agentes económicos involucrados en transacciones puedan detener informaciones cualitativas o cuantitativamente superiores con relación a otros, generando fallos de mercado. Es Licenciado por la Facultad Amherst y doctor por el MIT.  De 1965 a 1966 estudio en la Universidad de Chicago donde llevó a cabo investigaciones bajo la dirección de Hirofumi Uzawa. De 1969 a 1970, fue investigador Fullbright en la Universidad de Cambridge. Fue profesor en universidades de renombre, como Oxford, Princeton, Yale, Harvard, Columbia y Stanford, y fue nombrado una de las personas más influyentes del mundo por la revista Time en 2011.

Sus estudios se centran en finanzas públicas, crecimiento, distribución del ingreso, teorías sobre mercados y eficiencias de las economías capitalistas. Con Bruce Greenwald creó la Economía de la Información, campo interdisciplinario entre economía, ciencia de la información y comunicación que trata la información como bien de producción necesario a las actividades del sistema capitalista postindustrial. Es pionero en los conceptos de “moral hazard” o riesgo moral y selección adversa, utilizados por teóricos y analistas políticos de todo el mundo.

Su trabajo ayudó a explicar contextos en los que los mercados no funcionan y como la intervención selectiva del gobierno puede ayudar a mejorar sus actuaciones. Crítico cuestionador de lo que llama “bases ideológicas” que rigen la mayor parte de las decisiones económicas mundiales.

Actualmente es profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York. También es uno de los coordinadores del Committee on Global Thought, copresidente del Initiative for Policy Dialogue, proyecto que ayudó a fundar, y presidente de la International Economic Association.

Stiglitz participó en puestos políticos, en la administración del presidente Bill Clinton como presidente del Consejo de Consejeros Económicos (1995-1997). En el Banco Mundial, como primer vicepresidente y economista jefe (1997 - 2000). Uno de los autores principales en el Grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (IPCC). Es miembro de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. Escribió más de 40 libros (best seller en muchos idiomas) y un centenar de papers académicos.

En los años noventa, cuando se dedicó a la formulación de políticas, primero en el Consejo de Asesores Económicos (CAE) de Bill Clinton y como economista Jefe del Banco Mundial, enfrentó a los abogados, bancos de inversión y a las potencias económicas, para defender la causa del ciudadano de a pie. Eso es lo que más le molesta a los abuelos y nietos de la reforma financiera de 1977, formados individualistas, consumidores aislados, interesados en dinero y empobrecidos culturalmente, quienes prefieren comediantes dedicados a la economía por sobre los intelectuales brillantes.

(*) Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani

 

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