jueves, 4 de diciembre de 2008

La repatriación de capitales es inmoral, la fuga ¿es moral?


No cabe la menor duda que la responsabilidad moral de los profesionales debiera ser puesta en tela de juicio cuando se habla solamente de la “repatriación de los capitales”, sin hablar de la “fuga de capitales” previa, que genera la necesidad de persuadirlos a regresar.
Durante el transcurso de los últimos 35 años la sociedad argentina ha asistido impasible a una fuga de capitales que se convirtió en “el deporte preferido” de ricos y famosos, y capitales golondrina.
Mi motivación para escribir estas líneas reside en descubrir el entramado de estas “malas prácticas”, y a la vez llamar a la reflexión a la ciudadanía. NO para defender una medida “extraordinaria” que propone el gobierno, que considero MUY INJUSTA, pero que se origina como respuesta a una crisis financiera internacional inédita, en un país castigado y aislado del financiamiento, cuyos capitales en el exterior equivalen a la totalidad de su deuda externa.
-¿Cómo es posible que los portavoces de la queja, mayormente quienes nunca levantaron su frecuencia para acusar a los evasores de divisas, y además en oportunidades los alentaron; ahora levanten su voz para criticar la inmoralidad de la repatriación de capitales, sin que nadie se de cuenta? Resulta por lo menos sospechoso que aquellos irreprochables catequistas que aman un país sin inversiones nacionales, y no desean la recreación de una burguesía argentina; en cambio se desvivieron por un país rendido a las inversiones especulativas.
La protesta por este proyecto que se envió al Congreso, es de quienes tampoco aceptan una economía que se ocupe de los problemas sociales. La economía del “haz lo que te plazca” que prevaleció por mucho tiempo en el mundo; hoy requiere intervención y medidas extraordinarias para enfrentar la crisis. Generar inversiones para asegurar el crecimiento a largo plazo y distribuir los recursos creados en una nación, es trabajo de los gobernantes. Construir una economía atrayendo inversiones en un país que ha sido victima de la fuga de 125 mil millones de dólares, antes de la era K (Kirchner), es una tarea insoslayable. Es también trabajo de los profesionales que aman la verdad, generar un nivel de conciencia imprescindible que nos permita entender el momento histórico que estamos viviendo, sabiendo que no hay un punto de retorno al oportunismo especulativo, que fuera funcional a la fuga previa de los capitales que se espera repatriar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Grosso Pablín!