
Todos estos inconvenientes no han sido resueltos, no existe decisión, no se ven reglas más claras para el futuro, esto es grave para una economía que hace énfasis en la confianza.
Cuando examinamos el desequilibrio global donde EEUU acumula deuda, mientras China y los países petroleros se exceden en reservas, la situación estructural parece estar muy lejos de solucionarse y, todavía no se observa ningún tipo de respuesta coordinada para que se modifique el “statu quo”.
Para EE UU, es necesario que China proceda a la apreciación del yuan desde hace 8 años, en función de un mayor equilibrio de su cuenta corriente que sigue siendo muy superavitaria.
Una restricción importante para la recuperación es el notable incremento del endeudamiento público de EE UU, UK y otros grandes países, como consecuencia de las peculiares políticas fiscales patrocinadas para descabezar el monstruo que representa esta crisis. Este perturbador incremento del endeudamiento público podría llevar a un aumento de las tasas de interés de mediano y largo plazo que atentaría contra la recuperación de la economía. El final sigue abierto.