Necesitamos una incubadora y un fondo de inversión para emprendedores. El talento argentino está. Falta motivación y cabezas solidarias que amen al país y su gente. Podemos y debemos ser los mejores y después de triunfar, quedarnos en la Argentina
Cuando
en 2012 le enviamos esta idea a la presidenta, esperábamos que nos reciba, pero
nos derivó a Lino Barañao. Fuimos muy entusiasmados a la reunión. Inconveniente,
el ministro no estaba. Los jóvenes que nos atendieron subsecretario de y
director nacional eran agradables, pequeños como nuestros hijos y, aunque se
sentían entusiasmados, nos adelantaron que no tenían atribuciones de ningún
tipo.
De
haber prosperado, hoy la militancia política podría tener empresarios
nacionales y populares, porque no toda la juventud tiene que estar en un cargo
público cuando existe un proyecto político. Necesitamos “sangre nueva”, después
del intento fallido de Néstor Kirchner, que pretendió hacerlo con una burguesía
nacional indiscutiblemente viciada.
Parecía
que el proceso iniciado en 2003 no tenia retorno, pero era enorme la tarea que
faltaba completar, se necesitaban ideas y herramientas que permitieran no solo
consolidar lo realizado, sino también trazar nuevos caminos para continuar con
la “construcción económica” de aquel proyecto.
Había
que perpetuar la creación de empleo, e introducir y consolidar los negocios del
Estado argentino en el mundo. Innovación y creatividad, son las llaves para
retomar las altas tasas de crecimiento
que necesitamos para los próximos años. Es ineludible habilitar la apropiación
de la riqueza potencial que una vez consolidada, vemos marcharse fuera del
país. Riqueza que genere fuentes de trabajo para la juventud que fue invitada a
participar.
Soñemos otra vez
En
10 años podemos tener una pequeña pero pujante burguesía nacional, compuesta
por emprendedores con conciencia social, que festejen lo nuestro, y se
conviertan en empresarios exitosos que dejan de irse a vivir al Uruguay cuando
prosperan. En Argentina la gana, pero una vez “hecha”, se la llevan porque es
un país inseguro…
Los
surtidores de dólares tradicionales, lógicamente tienen sus objetivos no
alineados con el proyecto particular de ningún país. Acceder a mecanismos que generen capital propio
reducirá la dependencia de fuentes de financiamiento externas.
La
conexión de “Ciencia y Tecnología” con la vida real, luego de la costosa
repatriación de científicos, fue y es un deber. El trabajo realizado fue
extraordinario, pero interrumpido y destrozado. Demandamos objetivos de
“negocios país”, a mediano y largo plazo. Acariciamos la posibilidad de
fortalecer la biósfera de innovación, con una generación de “ejecutivos
argentinos”, percibimos el hecho de entrenarlos y verlos triunfar.
Generar
empleo y acumular capital es una tarea que tendrá resultados entre 5 y 10 años.
Hay que posicionar a la Argentina y a los argentinos como artífices de centros
de emprendedorismo e innovación en el mundo. Nos sobra talento. La creación de
una Incubadora y un Fondo Para Emprendedores permitiría
articular 4 o 5 iniciativas anuales, estableciendo
fuentes de trabajo y rentabilidad futura. Hay que hacer lo que normalmente los
hombres de negocios llaman “trade off” (Cambiar esfuerzo presente por beneficio
futuro). Esta es la forma que permitirá a la Argentina sustituir la semi
dependencia que hoy tiene con la producción primaria.
¿Por qué alentar u
na camada de emprendedores y nuevas empresas?
Porque es el momento,
porque los emprendedores son decisivos para “formar” una nueva e imprescindible
burguesía nacional. Los que blanquearon la cuarta parte de lo que fugaron, ya
están enviciados. Desarrollar empresarios con la historia e idiosincrasia
contemporánea, necesitara patrocinio del Estado. Hay que desarraigar 45 años de
una visión financiera, que procuró la ganancia de inmediatez novelesca.
Los emprendedores y
científicos son la materia prima de la innovación, porque no están limitados
por barreras mentales idiosincrásicas, aunque ambos necesitan entornos
convenientes para desarrollar proyectos y luego liderarlos cuando sean
empresas. Es que la experiencia empresaria y el financiamiento son elementos
críticos para el éxito, porque sin estos componentes no hay inicio ni
crecimiento; y entonces, aun los científicos están destinados al fracaso, en el
mundo de los negocios reales.
Los emprendedores de
espíritu (existen emprendedores sociales) pueden ir fácilmente a conectar los
esfuerzos que se hicieron en materia de productividad e innovación en Ciencia y
Tecnología. El motor de la economía Argentina necesita trabajar con 4
cilindros: Ciencia (1), que se convierta en Negocios (2), obteniendo
financiamiento (3), planes liderados por los mejores recursos humanos con
soporte de entrenamiento y experticia (4).
Si se pone en marcha ese motor,
los argentinos tendremos “el activo estratégico”. La política viene convocando
y albergando jóvenes desde 2002, pero ahora es hora de crearles espacios y
facilitarles oportunidades para que no se frustren. La militancia empresarial
no consiste en conectarse con una agrupación, necesitamos empresarios
militantes del futuro argentino, y para eso tenemos que incubarlos y
acelerarlos.
El crecimiento de la nueva economía
que se está reconfigurando, cierra con inversiones y gente trabajando. Pensemos
que los empresarios sean jóvenes y locales, capaces de crear empresas de rápido
crecimiento y alta capitalización. Fructifiquemos para invertir $1.000.000 y
proyectar una salida a la bolsa con capitalización de $200.000.000 entre 5 y 7
años, con proyectos altamente
reproductivos como lo fue Internet y otros portentos que disimulan haber sido
esponsorizados por el Estado norteamericano. Para eso es indispensable la
creación de un Fondo con apoyo periférico profesional y entrenado. Todos
sabemos que salir a colocar deuda para un emprendedor argentino, no es una opción.
(*)
Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política
Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6
libros. @PabloTigani