El gobierno de George W. Bush sobre reaccionó con el salvataje generalizado, y también seguirá sobre reaccionando Barack Obama, al ver que la crisis no merma en el tiempo que los estadounidenses lo desean. El TARP y toda esa andanada de decisiones tomadas al borde del pánico por el Tesoro, la FED y distintas agencias gubernamentales, que se han hecho y se seguirán haciendo arrebatadamente para sostener la economía, serán contraproducentes a partir del 2010.
Las apariciones televisivas de Bush diciendo que todo va a ir mejorando no han traído tranquilidad a la población, que perdió la confianza. La gente que votó a Bush dos veces por el Partido Republicano, desconfió del candidato Mc Cain por carácter transitivo y, provocó "la sublevación de las urnas", teniendo en cuenta el significado y las connotaciones que tiene el perfil del presidente electo.
La industria del automóvil, asistida recientemente con 17 mil millones de dólares de los contribuyentes, está gravemente herida. La industria de la construcción, las inmobiliarias y los mortgages (español: hipotecas) continuarán cayendo. Las existencias de auto partes se amontonan y, las ventas caerán aún más drásticamente en 2009. Casi todos los indicadores económicos del año entrante tendrán un continente opaco y deslucido, cuando no apremiante.
No existen en EE UU ni en el mundo inversiones atractivas y confiables, ni siquiera el oro- refugio milenario-es seguro. El nivel de desaceleración económica y la falta de liquidez no ofrecen seguridad a la hora de preservar ahorros con rendimientos relevantes en metales preciosos. Por el contrario, en algún momento los actuales precios podrían caer en forma vertiginosa, como ya lo ha hecho el petróleo.
En los Estados Unidos habrá un repentino desplazamiento de las inversiones hacia los sectores rurales. El precio de los terrenos aptos para la actividad agrícola dentro de las 100 millas adyacentes a las ciudades, se incrementará rápidamente y, tal vez esa sea esta la próxima burbuja que algunos están tratando de adivinar. Muchas familias como las de Detroit dejarán sus ciudades con la ilusión de reinventarse en “la Familia Ingalls”. Una vuelta a la granja proporciona una alternativa de bienestar e ingresos, teniendo en cuenta el futuro de los alimentos en la economía mundial.
Con las cesantías que trae el down sizing “a la estadounidense” (inglés: bajar tamaño) y, teniendo a la vista los desbarajustes que han hecho los ejecutivos de alto rango, no existe probabilidad cero, que muchos directivos terminen en la calle.
¿Llegarán las huelgas a los Estados Unidos?
Los líderes sindicales de los países desarrollados no están preparados para traer soluciones a sus representados y, los trabajadores no están acostumbrados a afiliarse a las uniones de trabajadores para defender sus derechos y generar equilibrios conducentes, lo cual puede generar desbordes. Los trabajadores despedidos, luego del periodo de ayuda por desempleo no podrán mantenerse sin trabajo. Por esa razón los sindicatos existentes recibirán duras presiones de los afiliados para obtener reivindicaciones y, del gobierno para impedir que vayan a la huelga. A partir de una futura aparente recuperación de esta crisis, los problemas serán nuevos.
Las apariciones televisivas de Bush diciendo que todo va a ir mejorando no han traído tranquilidad a la población, que perdió la confianza. La gente que votó a Bush dos veces por el Partido Republicano, desconfió del candidato Mc Cain por carácter transitivo y, provocó "la sublevación de las urnas", teniendo en cuenta el significado y las connotaciones que tiene el perfil del presidente electo.
La industria del automóvil, asistida recientemente con 17 mil millones de dólares de los contribuyentes, está gravemente herida. La industria de la construcción, las inmobiliarias y los mortgages (español: hipotecas) continuarán cayendo. Las existencias de auto partes se amontonan y, las ventas caerán aún más drásticamente en 2009. Casi todos los indicadores económicos del año entrante tendrán un continente opaco y deslucido, cuando no apremiante.
No existen en EE UU ni en el mundo inversiones atractivas y confiables, ni siquiera el oro- refugio milenario-es seguro. El nivel de desaceleración económica y la falta de liquidez no ofrecen seguridad a la hora de preservar ahorros con rendimientos relevantes en metales preciosos. Por el contrario, en algún momento los actuales precios podrían caer en forma vertiginosa, como ya lo ha hecho el petróleo.
En los Estados Unidos habrá un repentino desplazamiento de las inversiones hacia los sectores rurales. El precio de los terrenos aptos para la actividad agrícola dentro de las 100 millas adyacentes a las ciudades, se incrementará rápidamente y, tal vez esa sea esta la próxima burbuja que algunos están tratando de adivinar. Muchas familias como las de Detroit dejarán sus ciudades con la ilusión de reinventarse en “la Familia Ingalls”. Una vuelta a la granja proporciona una alternativa de bienestar e ingresos, teniendo en cuenta el futuro de los alimentos en la economía mundial.
Con las cesantías que trae el down sizing “a la estadounidense” (inglés: bajar tamaño) y, teniendo a la vista los desbarajustes que han hecho los ejecutivos de alto rango, no existe probabilidad cero, que muchos directivos terminen en la calle.
¿Llegarán las huelgas a los Estados Unidos?
Los líderes sindicales de los países desarrollados no están preparados para traer soluciones a sus representados y, los trabajadores no están acostumbrados a afiliarse a las uniones de trabajadores para defender sus derechos y generar equilibrios conducentes, lo cual puede generar desbordes. Los trabajadores despedidos, luego del periodo de ayuda por desempleo no podrán mantenerse sin trabajo. Por esa razón los sindicatos existentes recibirán duras presiones de los afiliados para obtener reivindicaciones y, del gobierno para impedir que vayan a la huelga. A partir de una futura aparente recuperación de esta crisis, los problemas serán nuevos.