Las presidenciales de EE UU han sido históricas por muchas razones que no hace falta mencionar, simplemente analizando el perfil de cada candidato y sus antecedentes, el pueblo se ha expresado, no solo en términos cualitativos sino también, cuantitativos. La afluencia de votantes fue extraordinaria y el triunfo del candidato Demócrata, abrumador.
De todos modos, el tiempo en que se realizó esta elección, no solo en EE UU sino a nivel global es histórico por la situación económico financiera local e internacional. Al día siguiente a la elección, la Bolsa de New York le dio el recibimiento al presidente electo con una serie de malas noticias que provocaron 5% de caída (de todos modos fue toda una expresión de los mercados al Dr. Obama).
El día anterior el gobierno había inyectado alrededor de 140 mil millones de dólares que en 24 horas se deglutió la máquina picadora de carne, que parece no saciarse nunca.
Es probable que en Enero, cuando el nuevo presidente jure, se encuentre en medio de la mayor y mas profunda crisis financiera de la historia, y una recesión severa que afectará ya no solo a los propietarios de casas con deudas hipotecarias, pero a los usuarios de tarjetas de crédito que tendrán dificultades para pagar y una fuerte restricción crediticia que cambiará la forma de vida del americano promedio. Las proyecciones del índice de desocupación para el próximo trimestre aumentan, se calcula que habrá entre 35 y 50% más de gente buscando empleo, sin conseguirlo.
Apenas comience a gobernar el presidente Obama, deberá aplicar un paquete de medidas que permitan amortiguar la caída violenta del consumo. Desde medidas fiscales de estímulo, suspensión de ejecuciones hipotecarias, impulso a la obra pública para crear empleo, subsidios de desempleo, créditos fiscales, salvataje de empresas automotrices, subsidios de todo tipo para evitar las enormes pérdidas que mostrarán los balances de las empresas. Sin dudas habrá moratorias, permisos para dejar de aportar impuestos sin penalidades, y podrán modificar la ley de quiebras con mayoría demócrata en el Congreso.
Durante las elecciones Obama dejó entrever que los contribuyentes no pagarían el salvataje de los bancos, ni les darían a los presidentes y ejecutivos de las entidades financieras paracaídas de oro. Se van a formar comisiones de revisión del salvataje para evitar o prevenir manipulaciones.
Comienzan las regulaciones de todo tipo, se extenderán las facultades de la comisión de valores (SEC) y la FED (El Banco Central de EE UU). Por supuesto con mayoría Demócrata en el Congreso, los representantes han de establecer propuestas sobre regulaciones que apuntarán a la energía, salud y medicamentos. Además se inyectará financiamiento a la atención médica estatal y la seguridad social.
Se viene una redistribución del ingreso de magnitud, impulsada por la política fiscal, donde unos ciudadanos pagarán mas impuestos, para que otros paguen menos.
Aunque no apruebo el aborto y creo solo en dos sexos, Obama no es socialista como deslizó su contrincante; no obstante "en campaña" ha demostrado que escucha a la gente. De todos modos , en la cancha se ven los pingos. Los Demócratas pueden ser tan conservadores como fue Bill Clinton por ocho años, cuando el Consenso de Washington impuso “el pensamiento único”, pero lo cierto es que ese esquema no funcionaría hoy, en ninguna parte del mundo.- ¿Quién aplicaría la libertad incondicional de los mercados, luego del irresponsable comportamiento de los ejecutivos avaros, y los jugadores compulsivos? ¿No fue el exceso de flexibilidad lo que estableció el marco apropiado para llegar a la crisis financiera? - El afán de los operadores por hacer dinero nunca se sacia, los excesos son el resultado natural; la falta de control es funcional al atajo que conduce al delito.
Aún en los Estados Unidos, el pueblo dijo basta de falacias; vamos a detener el abuso de confianza y la corrupción, nosotros creemos en la libertad y la iniciativa privada, pero tampoco comemos vidrio.
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