Luego de una desaceleración
muy importante, la mejora de la actividad llega de la mano del sector
automotriz, la recuperación de la demanda en Brasil, el menor impacto
estadístico de la caída de la cosecha y el impulso del turismo que revierte
aquel bajón operado por la erupción del Volcán chileno Puyehue en 2011. No
subestimo el aumento de la demanda local causado por la habilidad de ahorristas
y empresas que buscaron gastar pesos, en un contexto donde la brecha entre el
dólar oficial y el marginal sigue en torno al 35% y la tasa de interés redondea
15%. Aun
asumiendo la inflación que en promedio difunden las consultoras magicas*; la demanda de dinero hasta ahora,
se ubica en niveles históricamente muy elevados. Con una expansión monetaria
del 40% anual, la demanda de dinero se mantendría y la inflación en 2013 seguiría siendo alta-como dicen las consultoras magicas-, pero
estable. Si el BCRA quisiera hacerlo, podría esterilizar los
pesos absorbiéndolos, colocando Lebacs y
Nobacs, pero no existe vocación de subir las tasas de interés, teniendo en
cuenta las prioridades de crecimiento de la actividad, el empleo y el salario. El aumento en
la cantidad de pesos de la economía, resulta de la compra del excedente de
dólares, y el financiamiento fiscal que hace que el BCRA siempre manteniendo el
mismo nivel de reservas. Poner más pesos
en la economía, será la tendencia potencial para el resto del año, teniendo en
cuenta que hacia fin de 2012 coinciden las mayores necesidades de financiamiento en pesos y los mayores pagos
de deuda dolarizada. Con Europa y EEUU que no arrancan, es probable que la
política fiscal y la política monetaria sigan exhibiendo un sesgo expansivo en
Argentina. La estrategia es arriesgada pero sostenible no solo porque ahora la
Argentina puede generar pesos, sino porque además “la demanda de pesos” viene
acompañando. El
gobierno usufructúa tasas de expansión
monetaria, de inflación y de depreciación del peso equilibradas. Creo
que en 2012/2013: la demanda real de dinero crecerá, y la inflación no
se espiralizará. Yo asumo que el gobierno aplicara una política fiscal expansiva
aunque moderada, donde el gasto público crecerá levemente por encima de los
ingresos fiscales. Luego la demanda de pesos necesaria, llegara junto con el crecimiento del PBI
nominal. Cuando crece el nivel de actividad, también crece la demanda de dinero
para hacer transacciones.
Argentina ha podido
emitir a más del 30% con una inflación estable en torno al 22% anual (según el
consenso que circulan las consultoras privadas). Entonces ya no es infalible que
la demanda de dinero coincida y dependa exclusivamente de la tasa esperada de inflación y de la tasa esperada de devaluación. Tampoco es matemático que la gente
se queda en pesos y no compra cuando la tasa de interés nominal es mayor a la
inflación esperada. *Con 5 personas miden la evolucion de los precios relativos en un pais con 2,8 millones de Km.2