El fenómeno de las crisis financieras
se incorpora oficialmente en la agenda mundial, y por lo tanto en el ámbito internacional,
como una preocupación para los Estados de mayor grado de desarrollo económico y
los organismos multilaterales de crédito, después de la denominada “Crisis de Lehman
Brothers[1],
fue luego del “semestre trágico[2]”
que vuelve a posicionarse con fuerza como tema de debate, remarcándose su
asociación a las esferas de desregulaciones,
y falta de controles e intervenciones de los gobiernos. Desde 1994 las
crisis financieras se han incrementado en distintos países-México, Tailandia,
Malasia, Indonesia, Corea del sur, Rusia, Ecuador, Brasil, Argentina, su
relevancia actual, adquiere interés inquietante cuando Grecia, España,
Portugal, Irlanda e Italia (2010) comienzan a ser parte integrante de los
desequilibrios internacionales. Todo esto se debe a que la ideología dominante
por cuarenta años se ha orientado desde los países desarrollados hacia
los países emergentes, como reflejo de la expansión de la globalización de los
mercados, la expansión del capitalismo financiero (En el “todo vale de los
noventa” (frase de Stiglitz[3]).
En este entendimiento, la situación financiera internacional se ha configurado
como un emergente del avance de “lo financiero” sobre lo político, y los actores a cargo en los países
desarrollados dan cuenta de ello.
En este marco, la diferencia para
resolver los desequilibrios en los países desarrollados y emergentes han
perjudicado en mayor medida a estos últimos, y esto responde en parte a la decisión
de subordinar las políticas publicas a las diez reglas del Consenso de
Washington[4],
por ejemplo, para la región Latinoamericana en la década de los noventa[5],
dejando paso a que los organismos multilaterales de crédito, la tecnocracia y
las “mejores practicas del mercado”, se trasformen en el rumbo aceptado por
numerosos políticos, principalmente los adherentes al neoliberalismo (en
Argentina Menem, Collor de Mello en Brasil, Fujimori, Sánchez de Losada y
Gutiérrez; en Perú, Bolivia y Ecuador respectivamente). El FMI, el Banco
Mundial y aun el Banco Interamericano de Desarrollo, habían incluido y/o
adherido a la clásica receta ortodoxa, y a todo el resto del consejo del
Consenso de Washington, como factores previos a cualquiera de sus políticas de
asistencia financiera. Los avances registrados en las tasas de crecimiento del
PBI, se ven contrastados con el aumento de la desigualdad y la pobreza, debido
al endurecimiento de las exigencias de estos organismos y lo que denominare en
adelante “el entorno neoliberal”[6].
El tema ha tomado especial protagonismo desde el inicio del nuevo milenio,
aunque fue perfeccionado cuando supero las fronteras de los países emergentes,
para concernir a los países desarrollados,
lo
que elevó la incertidumbre de los países mas ricos. Fue en ese contexto que la Argentina,
asumió el papel de “mejor alumno del FMI”[7], no
resguardando sus intereses, y adaptando sus políticas a los nuevos
requerimientos del Consenso de Washington, una década antes de ingresar en el
mayor default de la historia mundial, en diciembre de 2001.
[1] PricewaterhouseCoopers International Limited, Lehman Brothers Bankruptcy, “Lessons learned
for the survivors Informational presentation for our clients”, August 2009
[2] Así se denomino el periodo comprendido entre el ultimo trimestre de
2008-con la quiebra de Lehman Brothers y el final del primer trimestre de 2009,
cuando la economía mundial, comienza a recuperarse del shock.
[3] Stiglitz Joseph E., “Los felices noventa, la
semilla de la destrucción”, Capitulo 6, Pág. 183, Ed. Taurus, Buenos Aires,
2003
[4] El Consenso de Washington incluye estos 10 puntos: 1.
Disciplina presupuestaria de los gobiernos. 2. Reorientar el gasto
gubernamental a áreas de educación y salud 3. Reforma fiscal o tributaria, con
bases amplias de contribuyentes e impuestos moderados. 4. Desregulación
financiera y tasas de interés libres de acuerdo al mercado. 5. Tipo de cambio
competitivo, regido por el mercado. 6. Comercio libre entre naciones. 7.
Apertura a inversiones extranjeras directas. 8. Privatización de empresas
públicas. 9. Desregulación de los mercados. 10. Seguridad de los derechos de
propiedad.
[5] Casilda Béjar, Ramón, “América Latina y el Consenso de Washington”,
boletín económico de ICE n° 2803, del 26 de abril al 2 de mayo de 2004
[6] Tigani, Eugenio Pablo, FMI, BCE, Fed, Treasury US, políticos
funcionales al marco teórico neoliberal, corporaciones internacionales , banca
privada de inversión y comercial, calificadoras de riesgo, nuevos profesionales
físicos, matemáticos, y sus nuevos productos derivativos financieros ofrecidos
por Wall Street, lobbistas de la desregulación de los mercados contratados por
las corporaciones para representar grupos de presión privatizadora en los Congresos,
mercados financieros internacionales-bolsas de valores-fondos de inversión,
capital de riesgo, private equity funds, hedge funds, fondos mutuales de
pensión, fondos buitres, corredores de cambio, fijadores de tasas de interés y
cambio-arbitrajistas-, sistema financiero en las sombras, comisión de valores,
especuladores, universidades formadoras y promotoras ideológicas, buffetes de
abogados top, economistas funcionales, consultores de alta dirección
extranjeras y locales, etcétera.
[7] IMF (International Monetary Fund), WBG (World
Bank Group) Boards of governors annual meetings, Washington, D.C., Press
Release No. 5, October 6 - 8, 1998, Statement by the Hon. CARLOS SAUL MENEM, President
of the REPUBLIC
OF ARGENTINA , at the
Annual Meetings of the Boards of Governors of the International Monetary Fund and
the World Bank Group
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