Por Pablo
Tigani*
“La recuperación de la economía argentina es sorprendente”, dijo el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, en su última columna de opinión del prestigioso portal Project Syndicate. El economista planteó que la recomposición del mercado interno argentino es resultado de las políticas del Estado para fortalecer la economía real. “Dado el lío que heredó, el gobierno del presidente argentino Alberto Fernández a fines de 2019 parece haber logrado un milagro económico”.
“En
general, toda superioridad da derechos a la desigualdad (discrepancia-desavenencia…)
en razón de su preeminencia”. (Aristóteles-La Política). Pero aun así, no es el
caso de Juan Carlos de Pablo. Aunque tienen la misma edad (78 años), sus vidas
profesionales, académicas y de investigación, han transcurrido en “ligas muy diferentes”.
Un
acontecimiento desgraciado. Juan Carlos de Pablo dijo que el premio Nobel
Joseph Stiglitz dice “huevadas” cada vez que elogia la economía y a Martín
Guzmán. Sobre Stiglitz redobló la apuesta: “Es un caradura que está en la joda”.
“Los únicos que le damos pelota somos los argentinos y el Papa”
(indirectamente trató de “pelotudos” a los argentinos-como nos tiene
acostumbrados-y al Papa). Grave para un católico romano, egresado de la
universidad denominacional.
ANÉCDOTAS DE UNOS MUCHACHO QUE QUERÍAN CULTIVARSE
Cuando
éramos recién recibidos fuimos a una conferencia en el Consejo Profesional, a
escuchar a un orador. Una especie de “abuelo de Melconian” de aquella época-precursor
de la pura risa y el sarcasmo que dijo: “en las invasiones inglesas le deberíamos
haber tirado flores a los ingleses, en lugar de aceite y agua hirviendo”. Al
año siguiente en Córdoba-Congreso del IAEF-se me ocurrió interpelar a Federico
Zorraquin quien en su exposición propiciaba las tasas de interés fuertemente
positivas. Era gerente financiero de Saccol, una industria de 80 años que languidecía
luego de 7 años de Martínez de Hoz, Lorenzo Sigaut (padre), Roberto Alemann,
Dagnino Pastore y otros ilustres que alcanzaron: “crecimiento cero”,
“endeudamiento extravagante”, “inflación de 3 dígitos”, apreciación del peso
absurda, luego “devaluación interminable”, destrucción del aparato productivo, el
salario y el empleo.
Este
empresario había comprado otro Banco para sumar al suyo (“Comercial del Norte”)
+ el nuevo “Español” -y era sponsor oficial del evento. Don Federico estaba
visiblemente ofuscado con un jovencito del montón que le preguntó si las
empresas de su grupo habían crecido con “tasas reales positivas o negativas”…,
balbuceó una respuesta poco convincente pero muy pendenciera. El Cavallo (heterodoxo)
en Córdoba jugaba de local y saltó imprevistamente para defenderme, argumentando
a favor de la baja de tasas, la industria, etcétera. Acto seguido me invitó a
retirarnos de la sala. “Lealtad de potrero”, me fui con Cavallo-porque me respaldó
en un auditorio que me era muy hostil-. Al salir del recinto, pase por el baño
y en el urinario a mi lado estaba Juan Carlos De Pablo, quien me miró desde
allá arriba-es muy alto-y me dijo: “nunca vayas a necesitar trabajo y le tengas
que pedir a Zorraquin”. No le conteste nada, porque él era un hombre grande y
famoso, economista estrella de los medios durante la dictadura cívico-militar.
Neustadt y Grondona lo llamaban todas las mañanas, y todos lo íbamos escuchando
en el auto, rumbo a la oficina.
Evidentemente
sigue siendo un operador influyente, en un entorno ideológico de una pobreza
intelectual extrema. Escribía en el diario La Nación (actualmente de Macri,
según Esmeralda Mitre), dirigió un periódico de un empresario textil devenido
dueño de aeropuertos y sponsor de estos economistas elaborados. Fue biógrafo de
su vecino de Libertador y Tagle-el segundo Cavallo, de la Convertibilidad-, en el
libro “Pasión por Crear”. Pertenece al grupúsculo de economistas ricos,
exterioriza sin ruborizarse su ideología antinacional siempre útil “para vender
informes y conferencias en Argentina”.
Fantino
lo elogiaba mucho en el programa donde compartía mesa con D’Alessio y otros
servicios, o servicios de comunicadores, de donde supo bajarse a tiempo. Su
figura ha suscitado siempre la simpatía del remanente neocolonialista y las
corporaciones que tanto se ha esmerado en cuidar. Su síntesis son las
expresiones sobre Stiglitz y Guzmán, es socio vitalicio del club FMI, dotado de
honorarios de las corporaciones, liberal en economía, no tanto en política (como
dijo Alberdi sobre la Constitución), defensor del campo, las multinacionales y,
como dije, sostenedor de la influencia de principios de siglo pasado, traductor
y asistente doméstico de la cultura occidental, no tan cristiana (digo por el
Papa).
Fue,
y es barra brava de los equipos contrarios a la Argentina. Sus dichos lucen inocentes,
pero tal vez sean instintivos. Frecuentemente maltratando lo popular, lo
nacional, estas posturas lo llevaron a eternizar su presencia e influencia
sobre bancos y empresas. Con habilidades de comediante mediático-aunque paso
por el sector publico-luego ha sido comentarista
de tango, porque nunca se atrevió a tomar el bandoneón en sus rodillas. Sigue minimizando
a quienes no puede igualar-lo vimos hacerlo con Aldo Ferrer durante la
dictadura-, como no lo haría con el joven Martin Guzmán o Joseph Stiglitz. Abatiendo
todo ideal soberano, desdeñando nuestras costumbres, acervo cultural, social,
histórico y político. Usualmente me resultó curioso que economistas académicos de
apellido español de la guía: Rodríguez, Fernandez, López (Murphy), De Pablo…presumieran
de anglos. Pero algo aprendimos de Jauretche cuando hablaba de cipayos, o del
“malinchismo”, una actitud de aquellos mexicanos que prefieren lo extranjero por sobre lo nacional, viene
de Malinche quien fue la
hija de un cacique mexicano entregada
a Cortés.
Se dirá a favor de De Pablo que aunque encarna el
modelo antropológico neoliberal, ha concebido desde sus inicios un estilo
discursivo agreste, nunca tiene un power point, ni ha llevado puesta una
corbata. Lo separa del resto, una cierta respetabilidad de los que intentan
emanciparse de sus orígenes. Siempre fue el más entretenido de las audiencias
modo: “doña Rosa” y es precursor de una escuela de difusión científica
que-aunque sesgada-hay que valorar. Si bien no se esmera demasiado, es un
profesional mucho más preparado que casi todos los nuevos bufones del
establishment. Al reaparecer, tal vez pretenda llenar el vacío dejado por las
lumbreras amenazadas por el descredito de sus pronósticos. Ellos han devenidos nuevos
technopols, políticamente reaccionarios y socialmente regresivos. La lista de
technopols, profesores y egresados de la universidad que formó a de Pablo, es
interminable. Cambiemos se ha dado el lujo de desprestigiar técnica, ética y
moralmente a tan noble casa de altos estudios.
¿Qué logroS TIENE Stiglitz?
Stiglitz es premio Nobel, escribe en el portal
Project Syndicate y nació en Gary, Indiana (donde vivía gente mucho más pobre
que en Villa Luro), inteligente con conciencia de clase. Doblemente inteligente
y noble. Cuenta que la familia le inculcó desde niño el valor de hacer lo
correcto. Su madre era una maestra blanca en una escuela pública con mayoría de
niños afroamericanos. Su padre le habló de la importancia moral y jurídica de
pagar las cargas sociales del servicio doméstico: Stiglitz dice que eso le
ahorró muchos problemas en su confirmación ante el Senado para presidir el CAE.
Par empezar, en 1979 recibió medalla John Bates
Clark, premio otorgado al economista menor de 40 años más influyente de los Estados
Unidos. La lista de los artículos más influyentes en economía tiene 6 trabajos
de Stiglitz, honor que comparte con solo dos personas: Robert “Bob” Barro y
Eugene Fama. Para empezar Stiglitz, es uno de los economistas más influyentes
en el mundo, considerado “de la nueva economía keynesiana”. Sus aportes
permitieron, mejorar la comprensión de los orígenes del desempleo, a través del
salario de eficiencia, o el modelo Shapiro-Stiglitz. En 2001 fue premiado con el Premio
del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel, vulgarmente
conocido como Premio Nobel de Economía.
La investigación más famosa de Stiglitz es sobre
el screening, una técnica usada por un agente económico para
extraer la información privada de otro. Esta importante contribución a la
teoría de la información asimétrica le valió
compartir el Nobel, con George Akerlof y Michael Spence. Stiglitz fue uno de los creadores de la teoría de los mercados con
informaciones asimétricas, en la que dos o más agentes económicos involucrados
en transacciones puedan detener informaciones cualitativas o cuantitativamente
superiores con relación a otros, generando fallos de mercado. Es Licenciado por
la Facultad Amherst y doctor por el MIT. De 1965 a 1966 estudio en
la Universidad de Chicago donde llevó a
cabo investigaciones bajo la dirección de Hirofumi
Uzawa. De 1969 a 1970, fue
investigador Fullbright en la Universidad de Cambridge. Fue profesor en universidades de renombre, como Oxford,
Princeton, Yale, Harvard, Columbia y Stanford, y fue nombrado una de las
personas más influyentes del mundo por la revista Time en
2011.
Sus estudios se centran en finanzas públicas,
crecimiento, distribución del ingreso, teorías sobre mercados y eficiencias de
las economías capitalistas. Con Bruce Greenwald creó la Economía de la
Información, campo interdisciplinario entre economía, ciencia de la información
y comunicación que trata la información como bien de producción necesario a las
actividades del sistema capitalista postindustrial. Es pionero en los conceptos
de “moral hazard” o riesgo moral y selección adversa, utilizados por teóricos y
analistas políticos de todo el mundo.
Su trabajo ayudó a explicar contextos en los que los
mercados no funcionan y como la intervención selectiva del gobierno puede
ayudar a mejorar sus actuaciones. Crítico cuestionador de lo que llama “bases
ideológicas” que rigen la mayor parte de las decisiones económicas mundiales.
Actualmente es
profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York. También es uno de los
coordinadores del Committee on Global Thought, copresidente del Initiative for
Policy Dialogue, proyecto que ayudó a fundar, y presidente de la International
Economic Association.
Stiglitz participó en
puestos políticos, en la administración del presidente Bill Clinton como presidente
del Consejo de Consejeros Económicos (1995-1997). En el Banco Mundial, como primer
vicepresidente y economista jefe (1997 - 2000). Uno de los autores
principales en el Grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio
climático (IPCC). Es miembro de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. Escribió más de 40 libros (best seller en muchos
idiomas) y un centenar de papers académicos.
En los años noventa, cuando se dedicó a la
formulación de políticas, primero en el Consejo de Asesores Económicos (CAE) de
Bill Clinton y como economista Jefe del Banco Mundial, enfrentó a los abogados,
bancos de inversión y a las potencias económicas, para defender la causa del
ciudadano de a pie. Eso es lo que más le molesta a los abuelos y nietos de la
reforma financiera de 1977, formados individualistas, consumidores aislados,
interesados en dinero y empobrecidos culturalmente, quienes prefieren comediantes
dedicados a la economía por sobre los intelectuales brillantes.
(*) Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en
universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en
Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani
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