Por Pablo Tigani*
Para desdramatizar, empecemos con una explicación financiera local del inefable “blue”. Esto no implica que “la timba” deje de estar de “parabienes”, porque la cuenta siempre la pagan los mismos.
Hoy
(21/01/2022) el “blue” vale $219 en las cuevas. El 25 de octubre de 2020, cotizaba
a $195. Esto indica un aumento de 12.80% en 16 meses. Una tasa anualizada de
9.6% con una inflación anualizada de 50%-a mano alzada-, el que apostó al dólar
perdió 40% frente a la inflación. Fue mucho más grave lo que sucedió en octubre
de 2020, donde un dólar blue de $195 tenía un poder adquisitivo 40% más alto
que hoy.
Los
inversores que se quedaron con dólares blue a $195 en octubre 2020, hicieron un
pésimo negocio porque si hubieran escogido constituir un certificado de
depósito a plazo fijo, hoy hubieran convertido sus dólares de $195 en dólares
de $308.
Tampoco
sucedió lo que describió el 25 de junio 2021 un economista para TN, que pensaba
en una paridad como si estuviésemos en convertibilidad y le daba $2.000. Otro
economista del PRO vaticino un dólar
poselectoral: octubre/noviembre a $400.
Con
respecto al contexto mundial, la FED va a subir la tasa de referencia y, eso
hace que el dólar remonte en todo el mundo. Los bancos centrales han sido muy
laxos, estamos en presencia de una política monetaria insostenible, excepcionalmente
expansiva, vamos hacia una normalización de la política monetaria en los principales
bancos centrales del mundo.
En
términos políticos (internacionales), negociamos con el FMI en el límite de un
vencimiento y, algunos periodistas especulan o desean “no pagarle al FMI”, como
si fuera la mejor opción. Hay un periodismo utópico que sueña con “no pagar” ya,
los 731 millones del próximo viernes que totalizaría en febrero unos 1.100
millones con intereses. Negociar un mal acuerdo es mejor que “saltar al vacío”,
aunque además, la invitación de Georgieva a reestructurar deudas a largo plazo
porque es el momento, constituye toda una definición. En el sector privado
puede haber explosiones simultáneas en diferentes sectores, sin roll over de
las deudas.
Las
reservas brutas del BCRA son entre USD 39.000 millones y USD 40.000 millones,
las netas son muy bajas. El gobierno anterior dejo USD 9.000 millones de (RIN)
antes de la pandemia, y un difunto importante dentro del armario 2020-2023. Solo
al FMI ya le pagamos u$s 5000 millones entre 2021, desde entonces; hubo
pandemia 2020, 2021 y 2022. Para esta
columna y para muchos colegas las reservas del BCRA son todas, para tener en
cuenta en momentos de ataques especulativos.
Si bien las reservas internacionales netas (RIN), representan el monto
de activos de reservas en
poder del BCRA, menos los pasivos externos de corto plazo (los que vencen en menos
de un año), expliquemos que ninguna empresa tiene en la caja fuerte, el primero
de enero, todo el dinero liquido que necesita durante todo el año, hasta el 31 de diciembre. Pero
atención; si “los cambistas que echo Jesús del templo” huyen del peso y no
sueltan dólares, el blue se complica. Si bien el “blue” no tiene nada que ver
con los precios internos, siempre habrá especuladores que aumentan “por las
dudas”.
En
cuanto a la negociación con el FMI, mi experiencia en el sector privado, con
mas 40 paquetes de deuda renegociados, me indica que la estrategia escogida es
negociar “al límite”. Demarcación de tiempo, metas de dignidad y, con un
meticuloso sentido de la sensatez.
Dado
que las dos partes (Entidad y País) son responsables del desastre, tiene que
encontrar un punto de acuerdo. Recuerde que para el FMI no existe Macri ni
Fernandez, existe Argentina. Y, para Argentina no existe Lagarde (mala) y
Georgieva (buena). Eso lo dejamos para narración. Pero si es cierto, que ningún
banco puede previsionar el 60% de su cartera de crédito sin quebrar. Y eso le
pasaría al FMI, antes que salgan los países miembros a ponerle el pecho a la
tragedia.
Esto
no impide que “el club de la desestabilización” reúna todos estos datos, los
introduzca en una licuadora de cerebros y con 10 o 15 millones de dólares por
día, en un mercado chico, le inyecte combustible con publicaciones de beligerancia.
Tal vez intenten disparar el famoso “blue”, si los inversores en plazo fijo se impresionan
y emigran sus pesos del banco a la cueva, al vencimiento de sus “plazo fijos”.
El Gobierno debe tomar sus recaudos.
(*) Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en
universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en
Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani
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