Por Pablo
Tigani*
Lo más importante. El sendero fiscal, por sus implicancias sociales y políticas en el corriente y el próximo año. Pero entre los que proponen desenlaces inmediatos, disputa una legión de individuos que no tiene la solución, porque no existe ninguna opción clara en una reconversión de deuda insólita, sin antecedentes y que puede implicar efectos futuros ruinosos. Lo cierto es que en la Argentina vivimos repletos de mentes con tabúes y prejuicios que impiden analizar debidamente el asunto. Aun si la decision fuera no pagar los vencimientos, durante muchos
meses, la negociación no cesaría. Algunos lo ignoran.
La realidad es
que no existe ninguna posibilidad de condonación de deuda o repudio de la misma
y, nos encontramos en medio de una situación inédita. “Patear el tablero”, como
algunos sugieren requeriría la rendición incondicional del FMI.
Aceptar cualquier imposición, requeriría la rendición sin condiciones del Gobierno argentino. Eso no va a
suceder. De hecho no se aceptó la reforma laboral, ni una nueva previsional, ni
reformas estructurales, ninguna de las acostumbradas recomendaciones de la
receta estándar de la entidad. Para que se entienda, solo después de 6 años de
guerra y 60 millones de muertos los alemanes capitularon incondicionalmente. Las bombas atómicas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki fueron la razón
por la cual Japón se rindió y la Segunda Guerra Mundial finalizó. En
una negociación nadie se va del todo satisfecho, pero tampoco abandona. Lo que
caracteriza al buen negociador reside en su capacidad de potenciar opciones
creativas, todo lo contrario de lo que proponen los robots de izquierda y de
derecha.
Independientemente
de la discusión de los términos legales de la deuda con el FMI y la contraída
con acreedores externos de la Argentina, existe en primer lugar lo que se llama
“gestión de activos”. Y tiene cuatro conceptos básicos: Hallar deudores que
paguen altas tasas de interés y tengan bajas probabilidades de incumplimiento.
Adquirir títulos de alta renta y bajo riesgo. Reducir el riesgo diversificando
y, nivelar la necesidad de liquidez frente a mayores rendimientos de activos
menos líquidos.
Lo segundo es la “gestión
de la adecuación del capital”. Esto es, la protección de los accionistas o
países miembro de las entidades financieras públicas o privadas, refiere al
hecho de hacer que la inversión sea segura. En el caso de un organismo
multilateral de crédito-más allá de su condición de prestamista de última
instancia-, la elección depende del estado de la economía del país prestatario y
los niveles de confianza que ofrece, en términos de riesgo de insolvencia
fiscal intertemporal. Argentina 2001 no fue el caso y nos soltaron la mano. Podríamos
preguntarnos acerca de que clase de controles internos hubo, cuales son los límites
de exposición, el valor en riesgo, las pruebas de estrés, etcétera. Es obvio
que ni el FMI, ni los acreedores internacionales hicieron bien su trabajo con
la Argentina entre 2016-2019.
¿Por
qué tanto trabajo de negociación en las ultima horas?
Es que la deuda pública detiene la acumulación de
capital y coloca en riesgo la estabilidad haciendo extremadamente difícil
manejar la política monetaria, para el país que se quedo sin crédito en enero
de 2018. En la Argentina los déficits siempre
fueron un problema cuando generaron acumulación de deuda. En 2019, era
extravagante la acumulación 2016-2017-2018. Esta es la cognición de la
consecuencia de la crisis financiera macrista. El FMI-como centinela del
sistema financiero internacional-tuvo oportunidad de expresar los temores, en el
momento oportuno, cuando la Argentina alcanzaba los déficits gemelos más altos
de los últimos 35 años (2017). El Gobierno estaría obteniendo espacio
fiscal para-por lo menos-estabilizar la deuda. Hay que ir generando superávits-tipo
2003-2005- para pagar los intereses y hacer crecer la economía hasta
entonces.
El
hecho de la tardanza del Gobierno de Cambiemos en estabilizar la deuda pública,
hizo que esta fuera cada vez mayor y los pagos de intereses, inauditos. La
pesada herencia de los déficit 2016-2018 se financió con una deuda de alrededor
de USD 100 mil millones más que en 2015. Hoy para estabilizarla, el Gobierno necesita
experimentar un superávit primario igual a los intereses que hay que pagar por
la deuda existente. Esta es la razón por la cual se está tratando de negociar “a
la baja” la carga de intereses con el FMI, que ya consiguió con la deuda en
mano de acreedores privados. Sucesivamente, cada uno de los próximos años la
generación de superávit primario deberá ser suficiente para cubrir los pagos de
intereses y financiar mayores gastos para sostener la reactivación de la
economía, para que con una tasa de crecimiento mayor, se pueda bajar la
relación deuda/PBI, aun volviendo a los mercados en forma parcial, para
financiar proyectos de inversión.
La RP (Restricción Presupuestaria) del sector público
en relación con el PBI
¿Cómo
es la evolución de la tasa de endeudamiento?[1]:
La
diferencia entre estas dos ecuaciones es la presencia de (r-g) comparada con r. Si el déficit primario es 0, el nivel de deuda
aumentará a una tasa igual a r. Si el PBI crece, el cociente entre deuda y PBI subirá
más lentamente; progresará a una tasa igual al tipo de interés real menos la
tasa de crecimiento de la producción (r-g). Si la g>r, r-g es
negativo y, la tasa de endeudamiento no sólo crecerá a un ritmo más lento, sino
que disminuirá año contra año.
La
pregunta del millón es, si la tasa de endeudamiento, dadas todas las demás
variables, tenderá a estabilizarse o a divergir. Para eso se debe resolver:
Donde:
·
Yt es la tasa de endeudamiento
·
β es (1 − r − g)
·
A es (Gt − Tt)/Yt
Si
suponemos que el Estado incurre en déficit (superávit) primarios en relación
con el PBI, que son constantes a lo largo del tiempo, que (Gt − Tt)/Yt
es constante y, también suponemos que r
y g son constantes; antes de
resolver la ecuación, sabemos que pueden surgir principalmente dos casos:
El
caso normal: La mayoría de las veces g<r.
La ecuación es una línea recta cuya pendiente >1. El caso más exótico, aunque
es menos frecuente, puede ocurrir que la g>r
y, en ese caso, la ecuación forme una línea recta cuya pendiente es
igual a (1 + r − g) <1. La línea recta que representa la ecuación tiene una
pendiente menor que la recta de 45°, que tiene una pendiente igual a 1.
Caso (a)
·
g<r
·
Gt − Tt>0
La dinámica del cociente entre la deuda y el
PBI a largo plazo, si g < r y,
si el país que tiene una deuda pesada incurre en déficit primarios (Gt – Tt> 0), la tasa de endeudamiento aumenta alejándose aún más
del equilibrio.
Caso (b)
·
g<r
·
Gt − Tt<0
La dinámica del cociente entre la deuda y el PIB a
largo plazo, aunque g <
r y, si la deuda inicial es positiva, la tasa de endeudamiento
disminuye con el tiempo si el gobierno genera superávit primarios adecuados (Gt
– Tt < 0).
Caso (c)
·
g>r
·
Gt − Tt>0
En la dinámica del cociente entre la deuda y el PBI
a largo plazo, si g > r,
la tasa de endeudamiento converge hacia el nivel de equilibrio a pesar de la
presencia de déficit primarios (Gt – Tt > 0).
Caso (d)
·
g>r
·
Gt − Tt<0
En la dinámica del cociente entre la deuda y el PBI
a largo plazo, si g > r
y, el gobierno genera superávit primarios (Gt – Tt < 0), la tasa
de endeudamiento siempre converge hacia su nivel de equilibrio (Blanchard, Amighini y Giavazzi).
¿Por qué en los responsables de la política económica del
gobierno de Cambiemos no tomaron medidas para equilibrar el presupuesto?
Porque
al principio se tomó deuda sin ningún tipo de precaución, teniendo en cuenta el
bajo nivel de endeudamiento y más tarde-como dijo Macri el comentarista: “yo
les dije: cuidado con la deuda porque un día los mercados no te prestan mas y
sonamos”-. En realidad fue para evitar perder las elecciones de medio término
en 2017, que crearon semejante adefesio.
¿Cómo
reducir una deuda insustentable?
Para
hacerlo habría que generar suficientes superávits primarios como los de Néstor
Kirchner, para lo cual el gobierno inicialmente debería subir los impuestos y
retenciones, dado que el contexto post pandemia va a requerir el esfuerzo de
los que más pueden. Habrá que recurrir a la financiación monetaria en forma muy
baja y controlada y, acordar en estas últimas horas espacios fiscales o suspender cada pago de la deuda en su
totalidad o en parte, en función de las posibilidades. La decisión de quién
debe pagar los estragos de una elevada deuda es una decision coordinada de
redistribución de la renta y la riqueza. Una situación social como la que
Argentina enfrenta, hace que el ajuste fiscal sea social y políticamente
inviable por el lado del gasto.
El Teorema de Maradona y el uso de la mentira como
arma política que no cesa
La
brecha que separa “el conocimiento” de “la creencia”, hace que ciertas
incongruencias sean posibles en este momento. Maradona dijo: “Los boludos son
como las hormigas, están por todas partes”. Las renovadas amenazas de los
comunicadores que no creen que nada este fuera de su campo para aconsejar, los hermosos
jóvenes idealistas que son utilizables para entronizar al enemigo
estadounidense que amenaza la armonía social, los chantas que insisten con la
venezuelizacion, los lobistas del elenco estable o la hinchada del FMI, las
tensiones internas que la gente no discierne entre académicos versus
profesionales esclavizados por honorarios. La preexistencia de la degradación
moral de la presidencia Macri, las críticas peripatéticas al Premio Nobel
Stiglitz, los disparos de contagios de COVID, la sequia, la suba de la tasa de
interés de la FED, la amenaza de una guerra en Europa, hacen la cosa más
difícil con el FMI. Pero quizá lo más sorprendente de toda esta esquizofrenia
sea se normalización.
Lo
importante es no dejarse dominar por el pánico, porque una cosa es segura, ante
nuestros ojos está ocurriendo un cambio extraordinario, lo que hasta ahora era
imposible plantearle al FMI en una negociación, se volvió posible.
(*) Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en
universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en
Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani
▫
[1] El déficit presupuestario en el año t puede expresarse
como: Todas variables están expresadas en términos reales: B
= todos los bonos y letras emitidos por el Estado que están en manos del sector
privado. R = tipo de interés real (constante). Gt= Gasto Público en
bienes y servicios en el año t. Tt=
Impuestos menos transferencias en el año t
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