Ni los fundamentalistas creen hoy
que los planes de austeridad van a lograr generar mas confianza y reducir los
spreads de deuda de Portugal, España, Italia, Irlanda y Grecia. A esta altura
es obvio que los efectos recesivos de los planes draconianos aumentan la incertidumbre
acerca de la posibilidad de cumplir con las metas previstas de reducción de los
déficits fiscales. Supuestamente la reducción del déficit de Portugal, España,
Italia, Irlanda y Grecia iba a contribuir a una baja de los spreads de deuda. ¡Que
esperanza! Ese cuento ya lo escuchamos los argentinos, de boca de los dos últimos
ministros de la Alianza.
En Europa desde la crisis, cada vez que se anunciaba
un plan de austeridad fiscal con su correspondiente salvataje o “bail out”, los
spreads de la deuda de Portugal, España, Italia, Irlanda y Grecia bajaban. En
aquellos momentos los mercados valoraban más el compromiso fiscal y la reducción
de las necesidades de financiamiento que los efectos recesivos que los planes
de austeridad suelen ocasionar. Es mas, daba la impresión que el establishment mundial no estaba muy seguro
que pudieran ocasionar recesion.
En Argentina 2001 los mercados entendieron
que la falta de crecimiento termina en devaluación y default. Los planes de austeridad
están llevando al caos social a Europa, con caídas del PBI pronunciadas. La profundización
de la recesión implica menos recaudación, y esta situación impide que los
gobiernos cumplan con las metas de reducción de los déficits, lo que termina minando la confianza de los mercados.España anunció medidas de austeridad por 27.000 millones de “Euritos” (como dicen en los españoles), con el objetivo sincero de cumplir con la meta de reducción del déficit fiscal desde 8,5% del PBI hasta 5,3% este año. No obstante, como estas medidas de gran severidad intensifican la caída del PBI en 2012, los ingresos fiscales se verán afectados, los bancos de inversión anticipan que, en vez de realizar ajustes presupuestarios por €27.000 millones, el gobierno español tendrá que realizar recortes por unos €60,000 millones para cumplir con la meta de 5,3%. En otras palabras, hablamos de un ajuste de mas del doble de lo que estaba previsto. El plan de rigor, lleva a un derrumbe del PBI, que conduce a la urgencia de apostar a medidas aún más agresivas, retroalimentando un círculo vicioso como el que nosotros experimentamos en Argentina desde el “blindaje” del ex presidente Fernando De la Rua. Los mercados temen que los problemas fiscales no tengan salida, porque huelen una explosión de rebeldía política y social a este tipo de ortodoxia mística, mortificante de los pueblos. El clima por momentos es tenso, la caída del PBI es consistente con nuevos aumentos de las ya intolerables tasas de desempleo. Para colmo de males los países de la periferia europea no tienen forma de compensar la contracción de la demanda interna con un eventual aumento de las exportaciones. La demanda domestica se vera nuevamente agravada por los proximos planes de ahorro en el gasto publico. En cualquier circunstancia Portugal, España, Italia, Irlanda y Grecia requieren volver a sus monedas y aplicar una devaluación que contribuya a restaurar la competitividad perdida y los equilibrios macroeconómicos, progreso que por el momento se ve cercenado por la existencia de un tipo de cambio fijo (el Euro, como los argentinos tenían en la Convertibilidad el 1 a 1 con el dolar)
En mi opinión, si los spreads de deuda de Portugal, España, Italia, Irlanda y Grecia no ceden (como le sucedio a la Argentina); mi libro EQUAL (ver en este mismo blog) que compara la crisis Argentina de 2001 con la de estos países, ha de convertirse en un texto de consulta creciente, aunque no me alegro de haberme anticipado en la observacion de las coincidencias que hoy son obvias.