Si bien el grado de ejecutividad de las administraciones Kirchner ha tenido una dinámica desacostumbrada, no era fácil conjeturar que las extensiones serian comparables en términos de velocidad en la implementación.
Obviamente ha ayudado la urgencia procedente de los umbrales de una crisis mundial anunciada. Los pronósticos del “break through” oscilan entre el segundo semestre de 2012 y el primero de 2013. Así piensa desde la aséptica Lagarde (FMI) hasta el inefable Nouriel Roubini, pasando por Rogoff, Krugman, Stiglitz, quienes coinciden en que podría producirse un desenlace embarazoso, tras algún default soberano en Europa.
En la Argentina cada vez se hace más irrebatible el éxito de ocho años de aplicación de una política económica que produjo un verdadero “milagro económico” (porque salio del default; duplico PBI, consumo e inversión; triplico el comercio exterior, sextuplico las reservas, rebajo a menos de 1/3 el desempleo y a ¼ la deuda externa)
Al presente y según su lógica política (que obviamente no coincide con la de los economistas neo liberales); el gobierno está aplicando la anunciada “sintonía fina”, tratando de abordar las cuestiones que fueron concientemente postergadas, con el propósito de alcanzar todas las conquistas enumeradas anteriormente.
Teniendo en cuenta que el enfoque político del gobierno es nacional y popular, la profundización del modelo requiere mayores controles; y estos se haran, aun asumiendo que los censores invocaran posibles emanaciones de lava volcanica, tsunamis y otras catastrofes irreversibles.
Indiscutiblemente, las decisiones tomadas por el gobierno ya estan afectando la holgazanería del "laissez faire". Mayormente, en algunos extravagantes defensores de esta corriente (me refiero a empleados de comercio exterior y cambios; burócratas en general, individuos que no siendo ricos, defienden intereses que no les representan, simplemente por ignorancia, u holgazaneria). El sector privado sigue ganado dinero, como no lo había hecho en ningún periodo anterior del pasado contemporáneo.
En una economía de estas características, con un mundo en llamas; era previsible pensar una administración con más regulaciones y restricciones, para evitar que los objetivos alcanzados no se evaporen.
El sector privado se va adecuando a una economía de mayor laboriosidad, mientras los perezosos se siguen quejando, aunque nadie piensa en salirse de su negocio ni renunciar a su empleo.
Por último reconozco que el conjunto de medidas "hetero-ortodoxas", ha producido cambios parciales en la organización económica, pero ha tenido impacto positivo para el país en terminos de estabilidad. El sector empresario-en voz baja-sigue reconociendo que las expectativas son favorables.
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