“No me mientas, Argentina”. Así encabeza la prestigiosa revista inglesa The Economist , lectura obligada en el mundo de la economía y los negocios internacionales (dice Clarín, que no miente)
La prensa oficial del establishment mundial se juega la última partida, el sistema se defiende a capa y espada, y son las corporaciones de medios más poderosas las que coinciden con los intereses empresariales que no desean que se promueva el debate. Todo vale con tal de suavizar la polémica y descartar las críticas sobre las desvergonzadas injusticias que causo un capitalismo salvaje con base en Wall Street. El sistema jurídico de los EE.UU. es muy poco democrático, esto avala la actual desigualdad entre sus ciudadanos. No hay sindicatos fuertes y solo el 7% de la fuerza laboral esta afiliada.
A los eruditos e investigadores les concierne el debate El debate es el emblema de un liderazgo intelectual e inteligente. Una sociedad avanzada debe someterse al análisis de las causas que promovieron la crisis 2008-2009, y en particular debe analizarse el rol y la relevancia del status actual de las instituciones financieras. A decir verdad, todavía la crítica acerca del ciclo que concentro mayor riqueza en la historia contemporánea es superficial, recién empieza. Es que los responsables de la educación-las universidades estadounidenses-quienes han engendrado y entrenando estereotipos crueles, implacables e insensibles; ejecutivos y funcionarios públicos, agentes y directivos de Wall Street y las demás “cities” de países emergentes, temen. Esos sujetos “brillantes” de las revistas de negocios que experimentada y conscientemente se han beneficiado con la destrucción de la riqueza pública, quieren que se mantenga el “statu quo”. Todo esto manifiesta claramente la falta de integridad y honestidad que fue impartida en las universidades.
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