Creo que la conjunción entre las políticas de formidable expansión monetaria y de subsidio liso y llano del sistema financiero puede generar una inflación fulminante, después de sacar a flote la economía de Estados Unidos, Reino Unido y Japón.
No existe experiencia a nivel mundial de una combinación de instrumentos de política económica como las actuales por lo cual, el optimismo o el pesimismo sobre el futuro, lucen aleatorios, están ligados más al estado de ánimo o preferencias que a certezas científicas.
-¿Por qué seguimos escuchando a los expertos y sus predicciones?
Existe una tendencia humana a proyectar las cosas hacia el futuro, hay una necesidad evolutiva en el hombre que en el economista y empresario se encuentra sobredimensionada. La capacidad de realizar proyecciones hacia el futuro: (what if!) (¿que pasaría si...esto o aquello...?) y, practicar el juego contrafactual, donde podemos dejar que las simulaciones sean las que vayan a default, son muy tentadoras. Luego son las inferencias de los economistas y los politólogos que hacen pronóstico y las que mueren cuando estos no aciertan. A favor de las proyecciones diré, es posible que a veces los países eviten colapsos, pero otras veces, los experimentan sin merecerlos. La profesía auto cumplida, la confesión permanente de un supuesto escenario catástrofe que finalmente se provocá (Teoría de la reflexibilidad de Soros). En el orden científico, usado correctamente, en lugar de reacciones viscerales, la capacidad de proyectar con eficacia nos libera de la selección inmediata y de primer orden, a diferencia de otros métodos más primitivos que eran vulnerables. El hecho de proyectar nos permite alterar el futuro, la sociedad descansa sobre la especialización. Los médicos consultan de autos a sus mecánicos, los mecánicos consultan de salud a los médicos y muchos pronosticadores científicos consultan gurús-especialistas en adivinación...-.
Aunque los pronósticos corregidos del FMI con respecto al crecimiento de Argentina difieren hoy 4 veces (400%) con los que difundió hace 6 meses, tenemos una tendencia natural a escuchar al FMI. Leemos informes del "bailouteado" JP Morgan, y si estuviera operativo escucharíamos también a Lehman Brothers; porque son, o eran "expertos". Incluso escuchamos expertos en campos donde posiblemente no existan expertos, por ejemplo: expertos en crisis como la actual.
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