El freno de mano sigue puesto. No removerlo en un tramo corto puede no ser significativo. Pero si continúa instalado, las pastillas de allí abajo se escaldan y el desgaste es excesivo. Es necesario reconocer el actual estado de tensión entre la lógica democrática de un Gobierno popular y los métodos utilizados en los cuatro años del viaje de egresados del colegio de San Isidro. Sus nociones de Gobierno consistieron en crueldad, egoísmo y codicia de ganancia deshonesta, fetichismo de mercado, expresiones y acciones de segregación, fobia anti sindical; como característica. Inmediatamente -ya desde la oposición-expresiones insensatas de arrebato adolescente, aun de personalidades políticas sexagenarias. Asistimos a un negacionismo que nos asombra con su desprecio por la vida-el derecho humano más precioso-. Hasta el momento se siguen violando principios éticos universales como la verdad, la misericordia y la paz. Aquellos que destruyeron la reputación y el lema de un buen colegio: “Misioneros de la Vida y la Esperanza”, en complicidad con quienes liquidaron lo que quedaba del partido centenario y, ciertos desinformadores rústicos indocumentados, desestabilizadores full-time, que se atreven a sugerir autoritarismo, están poniendo la democracia al rojo vivo.
EL
DÓLAR BLUE Y LOS GOLPES DE MERCADO
La
embestida de la oposición intentando un golpe de mercado en el último trimestre
2020, fracasó, pero parece que quiere regresar. Además en tres días ganaron
13%, lo mismo que conlleva seis años de espera en un país desarrollado. Los
embates contra el Ministro de Economía se llevaron un chasco categórico con la
reestructuración de deuda privada y la evolución de las variables macro, pero
no se quedarán de brazos cruzados. El módulo
Ministerio de Economía ha demostrado un nivel de seriedad incomparable con las experiencias
anteriores. Los economistas refractarios pusieron en tela de juicio las
habilidades de Martin Guzmán, que además coordina el BCRA y quedaron muy
comprometidos. Están guardados hace unos meses. Hoy tienen que reconocer que la prudencia de Martin los ha
dejado en ridículo. En el primer
trimestre del año, el Tesoro no requirió financiamiento monetario del BCRA. Y si bien el Central emitió para
comprar dólares en el mercado oficial, la base monetaria no aumentó porque fue posible absorber pasivos de la entidad y
vender títulos dolarizados contra pesos serenando las brechas cambiarias, que
se mantuvieron estables hasta hace tres días hábiles. Incluso la semana pasada se observaba una importante reducción del
exceso de oferta de pesos.
El nivel de profesionalismo en el manejo monetario y
la compostura cambiaria hicieron esfumar
el escenario de hiperinflación que auguraban en casi todos los medios de
comunicación un sinnúmero de protagonistas del gran elenco estable.
Dos
tercios de las necesidades en dólares se solaparon con reservas, el
remanente de la demanda del sector privado alcanzó con la oferta de reservas
del BCRA en el mercado cambiario, sirviendo
también los pagos de la deuda pública. Mientras
tanto, buena parte de los vencimientos
de deuda con organismos multilaterales
se resufragó. Pero ya doblamos el codo y tomamos la recta de campaña. La
economía y el dólar blue son objetivos permanentes de tiro al blanco.
PARA
REPOLITIZAR HAY QUE DESNATURALIZAR LA TURBA DE LINCHAMIENTO
El
ingreso de la esfera privada en la política presupuso la despolitización de un
gran sector de la vida social, económica y cultural, hasta afectarlas de una
manera inédita. Todo había dejado de ser imparcial, pero más que nada la
justicia. Ha quedado demostrado que la democracia y el neoliberalismo argentino
son básicamente incompatibles, porque la democracia elimina las
despolitizaciones características de los gobiernos neoliberales argentinos que
se aíslan de los reclamos populares.
La
política del Frente de Todos implica una ampliación de la agenda para incluir
los asuntos de toda la sociedad. Después de cuatro años de ocultamientos, negociados
y naturalización de la financiarización con garantías jurídicas, todo vuelve a
ser político. Cuando los asuntos retornan para ser políticos, las sinrazones y
su invisibilizacion comienzan a estar apremiados.
el freno de mano, EL CONGRESO Y EL PODER JUDICIAL
El
Frente de Todos llegó con el freno de mano puesto, pero ya no podrá morderse la
lengua. El remanente del régimen siente tanto desprecio por el advenimiento de
otra etapa popular, como los medios hegemónicos que persisten en realizar
operaciones para irritar a la ciudadanía constantemente.
El
intento de Alberto Fernandez por unir a las dos partes eminentemente
antagónicas fue desafiante, en medio de una pandemia. Sin embargo todo sigue
igual, llevamos cinco trimestres consecutivos adicionales, después de 13 años
de periodismo de guerra (Julio Blanck). El Congreso reapareció para ser la
herramienta adecuada, dar legitimidad y legalidad a las acciones de Gobierno.
El Poder Judicial que actuó como soporte del Poder Ejecutivo mirando para otro
lado, debería retroceder a su lugar y dar paso a la verdadera democracia republicana
y representativa. Está claro que todas las encuestas-oficialistas y anti
oficialistas-rechazan la actuación del Poder Judicial. El Congreso debe
eliminar todo vestigio de doctrina jurídica basura, como la que ha consentido
la presunción de culpabilidad, en lugar de inocencia. Humillaciones con reality
show incluido, encarcelamientos sin juicio, espías ilegales, y nombramientos de
jueces de la Corte por decreto, entre otras aberraciones.
El
Presidente Alberto Fernandez deberá replantearse si la radicalización de esta
guerra abierta es el camino por el cual su forma de proceder, pluralista y
consensual, ha traído más tolerancia, mas solidaridad y entendimiento, o es la
ratificación de la dimensión del antagonismo que lejos de negar la totalidad es
intrínseca a ella.
Se
consiguió hacer tiempo esperando unos resultados relevantes de la iniciativa
amigable. También se sobrelleva con cierta resignación el ritmo y la dinámica
de considerable cantidad de funcionarios aparentemente apáticos, pensando que
su comportamiento constituía una experiencia superadora. Pero, -¿Cuál es la
moraleja?-
LA DEVOCIÓN
DE LAS CACEROLAS
Volvimos
a escuchar la devoción de las cacerolas, espoliadas por los medios hegemónicos,
expresando su repudio porque la justicia federal suspendió las clases en la
ciudad. Una explosión de histeria minoritaria, que no muestra otra cosa que el odio
desnudo y la rebeldía hueca hacia un Gobierno que no le es afín. Como durante
la “125”, la división no es entre ricos y pobres, sino entre “ellos y
nosotros”, entre quienes se auto perciben “gente como uno”, convirtiéndose en
seguidores de quienes los niegan e ignoran y, otros que se miran en el espejo
aceptando su propia realidad.
La
deliberación sin limitaciones sobre cuestiones de Gobierno, se oponen al
requisito democrático de establecer fronteras entre quienes ganan las
elecciones y quienes las pierden. El consenso en una sociedad democrática es la
expresión de una hegemonía, no la inclusión “del todo”. Cuando Juan Domingo Perón
dijo en 1972: “vuelvo desencarnado, como prenda de unión nacional”, un periodista
le preguntó si eso incluía a todos y, empático, con su meridiana claridad el tres
veces presidente expresó, “naturalmente que todos es imposible”. No existe el
consenso sin exclusión, la contradicción es permanente y a esta altura luce
insuperable. Buen intento. Ejercer el pluralismo y el dialogo, pero ya vemos.
El
estado de la cuestión, en plena explosión de la pandemia determina que es
imposible aplicar un modelo de democracia deliberativa donde todos se sienten
conformes.
Es
la oposición y no el oficialismo quien ha decidido que para lo político solo
existe la posibilidad que han adoptado desde el comienzo: Confrontación,
antagonismo. Y en realidad tienen razón. La democracia, consiste en construir
una identidad entre los gobernantes y los gobernados. Si el pueblo de la Nación
Argentina va a gobernar, porque vivimos en democracia, es necesario determinar
quienes pertenecen al pueblo, para enfocarse en sus problemas y demandas, desligándose
de las limitaciones sosegadas y pacientes autoimpuestas para con una minoría
iracunda.
(*) Profesor de Posgrado UBA. Máster en Política
Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6
libros. @PabloTigani en twitter