Nuestra fuente es absolutamente confiable y se encuentra en los más altos niveles de decisión. En 2020 la reestructuración de la deuda privada fue la segunda más exitosa de la historia, pero la renegociación con el FMI es disruptiva y se encamina a ser la más adelantada del mundo.
A
partir de ahora, deberíamos inaugurar un dialogo estimulante en la sociedad.
Podríamos iniciarlo con la pregunta: -¿Constituye un hecho auspicioso que los
conductores de la sociedad mediática actual ocupen la posición de los
profesionales y/o académicos?- Porque todo indica que necesitamos más
soluciones creativas y menos operaciones. Es obvio que las reflexiones del
Financial Times y el pensamiento del peronismo no tienen un parámetro común. Son
extraños el uno al otro, como una diagonal y el lado de un cuadrado.
Parafraseando a Platón, son dos concepciones que remiten una a la otra sin que
haya entre ellas ninguna relación.
Entre
la economía neo cuantitativista abstracta y la economía política no hay una
simple oposición que se pueda abordar con argumentos basados en una receta común.
Por lo tanto no se trata de una discusión, sino de una confrontación
intelectual y política. No existe ningún interlocutor del FMI-que luce un poco más
decente que en 2018-que pueda convencer al presidente de acordar cualquier
cosa. Los argentinos transitamos entre gobernantes que defienden los intereses
nacionales y otros políticos cooptados por las corporaciones que operan a
través de los medios afines.
Es
que el Financial Times el 31 de mayo de 2019, ya le había dedicado un duro
editorial al eventual retorno de Cristina Fernandez y el peronismo. El articulo
trasuntaba el temor de los acreedores privados sobre la eventual vuelta al
poder de la ex presidenta, prescribiendo: “Los argentinos deben rechazar el regreso del peronismo”. El editorialista
del periódico británico pidió a los argentinos que no se dejaran engañar por
Cristina. Remataba: “Una mirada al historial económico del peronismo debería
asustar a los votantes”.
Una
intromisión vulgar, de perspectiva improcedente e indocumentada por donde se le
observe. Empezando por recordar que el peronismo ha gobernado en cuatro
periodos, habiéndose habituado a ocasionar crecimiento del PBI, consumo, empleo
y, cancelado las deudas contraídas por Gobiernos “no peronistas”.
No parece
posible que el introvertido entorno de Cristina Fernandez le pase información a
un diario anglo. Mucho menos que le ofrezcan soporte a sus argumentos. Lo que
parece poco serio es un periódico traccionando velocidad a la negociación entre
un organismo multilateral de crédito y un país soberano. Recuerde que fue
Kristalina Georgieva quien dijo que, para acordar en mayo “hacen falta
esfuerzos de ambas partes”, dando a entender
que no cree que se pueda llegar a resolver antes de tiempo.
Es patético leer en semejante medio: “la
vicepresidenta y sus poderosos aliados en la administración izquierdista”. Da
un poco de “risita” como cuando
insisten en confundir a Rusia con la URSS. Hay que ponerse de acuerdo, Cristina
es una “jefa capa mafia” o es “La Che Fernandez”. Por otra parte, la retórica
vehemente de presentar a Cristina Fernandez como un monstruo ya lleva 14 años
sin éxito. Fue reelegida por tercera vez en el binomio presidencial. La verdad
es que sabían que Cristina es muy escrupulosa, y no cedería la oportunidad de
defender los intereses nacionales, bajo ninguna presión.
Está
en juego una extraordinaria cifra de deuda en un contexto mundial de volatilidad,
incertidumbre, complejidad y ambigüedad (VICA). Fue extremadamente insensato firmar
una deuda inconmensurable que sería cancelada en dos años. Alcanzar un acuerdo perentorio
ignorando la pandemia y sus efectos presentes y residuales en la economía internacional
sería temerario. Estamos en una emergencia, no es momento de apuros. Martín Guzmán, ha expresado que pretende
lograr un arreglo con el FMI en mayo, lo que ya representa un gesto de arrojo. Argentina
es el mayor deudor del FMI por voluntad del directorio del FMI, a Roberto
Cardarelli alguno le pedimos por escrito que no autorizara desembolsos porque
iban a causar un conflicto de magnitud a corto plazo. Creíamos que era mejor
que se blanqueara la situación lo antes posible. Hubieran negociado sin
pandemia, con Dujovne y Macri. Estando al borde del default desordenado, la
Argentina estaba inmersa en una profunda recesión y caos cambiario con riesgo
de quedarse sin reservas. Ese era el momento de poner orden con los
responsables, no de hacerle “tapaderas” para que huyan.
El
acuerdo de 2018 tuvo todo tipo de irregularidades. Se firmó de la noche a la
mañana sin pasar por el Congreso, cuando hacía 13 años que la Argentina no operaba
con el FMI. El FMI sabe que el crédito que le concedió al país fue indebido y
despedazó las “mejores prácticas” del organismo al financiar la fuga de
capitales más extraordinaria de la historia. Lo sabe perfectamente y no se
atreve a “hacer olas”.
El
grueso de los pagos de la Argentina al FMI concurre en 2022-2023. Reprogramarlos
en forma creativa inaugura una nueva etapa del organismo, y aumenta la credibilidad
y la solvencia intertemporal. Un eventual involuntario incumplimiento pondría
sobre el tapete la irresponsable confianza que la entidad puso en la
administración anterior. Lagarde, Trump y Macri podrían estar en un banquillo
internacional. Las reservas netas líquidas del país caían en picada, las devaluaciones
se sucedían una tras otra-a pesar de los desembolsos-ya que la asistencia
estaba destinada a financiar la salida de los privados. Eran los inversores que
se iban luego de haber mercadeado en pesos con LEBAC y LELIQ. Después del
crédito del FMI que garantizo ganancias siderales y, del noveno default que
significo el “reperfilamiento Macri”, los inversores deberían ayudar. Sus
medios financieros, forzando al gobierno a detener la ayuda a los más
necesitados en medio de una pandemia mundial lucen obscenos. Todos están ayudando
a su gente, en todo el mundo.
Las
urgencias son malas consejeras, sino miremos el resultado de invertir en la
campaña de Macri. Es cierto que la Argentina gobernada por Fernández no está impaciente por salir a pedir
préstamos, sino todo lo contrario. Con el último Gobierno peronista el
desendeudamiento cayó de 173% del PBI a menos de 50% incluyendo los fondos
buitres.
El
peronismo es pragmático, y Guzmán es un académico que regresara a los claustros.
Piensa llevarse “el Caso Argentino y su creativa exitosa reestructuración de
deuda”. Se puede jubilar dando conferencias y escribiendo estas proezas. Puede
ser recordado como la antítesis de Cavallo. En realidad, daría para un trabajo
de políticas financieras comparadas. Vamos pensándolo.
No
es cierto que los funcionarios que mantienen conversaciones con la Argentina
estén preocupados por el progreso de las negociaciones. Los rumores son falsos,
antojadizos, y provienen siempre de la misma runfla que tiene como objetivo
desestabilizar. “A rio revuelto ganancia de pescadores”. Es su deporte favorito,
atacar a la Argentina cada vez que gobierna el peronismo. La razón es obvia, Perón,
Néstor, Cristina han mortificado hasta el ridículo a los autores de las
“mejores prácticas de los mercados y los organismos multilaterales de crédito”.
Porque no se sujetaron a los designios del supra poder financiero. Sabemos que
no son un buen ejemplo de sumisión para quienes lo advierten cataclismos y
caídas del mundo.
Citan
a un ex presidente del BCRA alineándose
a la repetida tradición, donde el poder ilustrado (Financial Times, The
Economist y otros medios) buscan supuestos filósofos argentinos para legitimar
sus exigencias. El hombre no debe estar orgulloso de ser citado para
reflexionar contra el país que le dio puestos públicos, lo hizo rico y famoso.
-¿Alguien cree que es una casualidad que un economista ejecutivo que trabajo durísimo
en el espacio del presidente Fernandez y Sergio Massa no integre el equipo de
Gobierno?- ¿Quién desconoce el atrincheramiento del BCRA en 2010? -Cuando se mantuvo
en vilo al país-auto ridiculizándose. Nadie sale bien parado de esas
escenificaciones para ir por la vida diciendo que es lo que se debería hacer.
Desde los noventa, los economistas han sido
reemplazados por animadores y modelos que estudiaron economía. Por
lo tanto es irrelevante lo que señale políticamente correcto, un bronce que
sonríe o el hermano del pájaro loco, sobre cuál es el momento ideal para
acordar con el FMI.
Un
latiguillo del 90% de la “prensa independiente de Argentina” es: “se perdió una
gran oportunidad”. Una retahíla gomosa: “Argentina necesita un programa
económico integral que establezca un sendero de crecimiento sostenido”. Lo que
quiere decir es: “Argentina necesita aplicar el modelo neoliberal”. Ya lo hizo
en tres oportunidades en 45 años. ¿Fueron en realidad tiempos mejores?
En
Argentina no se trata de interpretar lo que hace Martin Guzmán, sino de cambiar
el desastre que dejo “el mejor equipo de los últimos 50 años, el Messi de las
Finanzas, el periodista de TN y, las eminencias de las mejores universidades
estadounidenses. Campeones de ciclismo financiero: LEBAC al 38% con dólar
planchado y LELIQ 80% con inflación de 54%.
No
podemos apoyarnos en una reflexión del Financial Times, hay que ir a las
fuentes con más aciertos. Evidencias empíricas. Y, si se trata de filosofía
política-económica, a los intelectuales.
La
puesta en escena del Financial Times fue violenta y nos movilizo a investigar
con nuestras fuentes. No hay ningún parámetro en común entre ambas.
(*)
Profesor de Posgrado UBA. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en
Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani