Mi tesis doctoral trata la crisis de gobernabilidad de 2001. Un proceso
de tecnocratización, donde se rompió la coalición de gobierno, las capacidades
presidenciales menguaron y De la Rúa (desde ahora DLR), en lugar de
reconstituir la gobernabilidad a partir de los partidos políticos, transfirió
poder hacia sus ministros tecnócratas. Eso, en vez de darle soporte a su
gobierno, terminó de erosionar su relación con los partidos y su liderazgo, y
lo condujo inexorablemente al colapso de su presidencia. Pero -¿Cómo responderían
los CEOS en comparación con los tecnócratas de DLR, frente a una crisis como la
que ha sufrido Argentina en2001? - No lo sabemos.
Las coyunturas criticas, los procesos sociales de deterioro prolongado
pueden devenir incrementales, involucrando cadenas que pueden significar
hipótesis aun más fuertes que 2001. Sin
embargo es muy pertinente que varios actores políticos y economistas hayan
traído el 2001. Las rutinas de investigación imbricadas nos
permitirían elaborar hipótesis para seguir debatiendo y aprendiendo. Hay que
decir que cuando hablamos de 2001, estamos tratando un caso restringido y
temporal. No se puede generalizar, pero se puede aprovechar, para establecer un
punto de partida para el debate.
Nada menos que O‘Donnell teorizó sobre la despolitización y el dominio de
la política por lo económico-financiero, y como esta despolitización requiere de un régimen que
controle a la población por la fuerza. Pero O‘Donnell reflexionó observando
dictaduras militares y hoy estamos en democracia, más allá de algunos brotes
preocupantes de intolerancia. Aunque es cierto que la represión podría ser una
opción creciente, prefiero pensar en cómo los tecnócratas de De la Rúa no fueron
capaces de ver los problemas políticos y sociales que enfrentaba el presidente.
Eventualmente los CEOS tampoco, allí podrían producirse coincidencias. Pero hay
mucha UCR y ex UCR en CAMBIEMOS. ¡Ah! En el gobierno de De la Rúa también había
UCR, ¡caramba! Durante 2000, el proceso de deterioro político fue funcional al ascenso
de los tecnócratas, quienes creían “sinceramente” en soluciones técnicas,
otorgándole menos relevancia a cuestiones institucionales, políticas y
democráticas. El “círculo rojo” condiciono a DLR, luego a Duhalde, y más tarde a
Kirchner. No está claro que DLR haya podido resistir presiones. -¿Podrá Macri?-
Una crisis-tomando de la psicología-es un “estado temporal de
trastorno y desorganización”. El deterioro se inicia, se extiende y luego deviene
pico de crisis; por ejemplo, por un presunto hecho de corrupción. Recuerde la
Banelco. Luego sigue y llega el pico de la crisis: “estallido”. A esto sumemos
las derivaciones reales macroeconómicas en manos de los tecnócratas de DLR, aunque
allí había amplias ventajas sobre la impericia del equipo económico actual. Uno
podrá no coincidir en nada con López Murphy y Cavallo, pero claramente no eran
Dujovne y Caputo. En 2001 las decisiones economicistas debilitaron a un gobierno que gano
con 48%, y comenzó a caer fuerte, acelerándose la dinámica de la crisis y,
finalmente llevándola al colapso”. Más tarde, la solución de la
crisis llegaría de la mano de la reconstitución de la política y sus
instituciones, a esto se deben referir Duhalde y Zaffaroni.
La movilización popular del 21F ha dejado claras dudas en materia de
gobernabilidad, allí repiquetea el sonido de 2001. Cuando Cristina y los presos desaparecen de la TV,
los actuales periodistas militantes se quedan sin libreto. Con el 21F, poco se
pudo hacer en términos de marketing de camioneros alcohólicos. No los hubo, no
hubo desorden, ni peleas. Es que la caída del presidente en las encuestas,
demuestra que la gente recuerda a un camionero hoy demonizado, que hasta hace
poco comía asados e inauguraba monumentos de Perón con el presidente.-¿Moyano
es bueno o es malo?-La masa se marea. Los medios también quedaron mal parados.
No se puede poner a la sociedad a optar entre dos amigos. Moyano se convirtió estos
años en invitado frecuente de TN, ha sido muy bien tratado por la prensa relacionada
al presidente. Es raro.
Al ir consolidándose una oposición, surge evidente la disminución de
poder de los grupos “dialoguistas”. Además en 2018, salvo para Vidal, para los gobernadores
no hay mas plata, no será tan fácil seducirlos. El gobierno ya no logra generar
la división que lo sostuvo, ha perdido esa ventaja tan valiosa. La oposición ha
demostrado una enorme capacidad de confrontar en la calle, ya la experiencia de
diciembre fue contundente. Los sucesos de fin de año impidieron la reforma
laboral, llevaron a la suspensión de las sesiones ordinarias del Congreso y
neutralizaron el avance de las reformas estructurales. Ya no es Zaffaroni el
que teme por otro 2001, Guillermo Nielsen economista referente de Massa (hasta
hoy un complaciente acompañante del gobierno)
dijo: “El Gobierno se endeuda a mansalva y habrá una crisis de deuda”.
Que lo diga el reestructurador de la deuda argentina. Ayer el ex presidente
Duhalde dijo: “La situación es muy parecida a la de 2001,
coincidentemente con Christine Lagarde (FMI) quien advierte que los
países deben prepararse para el cambio de paradigma. Ya no habrá tantos
dólares, y las tasas por los préstamos subirán.
Sobre llovido, mojado; después
de la manifestación en la Av.9 de Julio, el presidente lanza el debate sobre el
aborto. Monseñor Aguer, arzobispo de La Plata, criticó
con dureza al presidente y su gestion por posibilitar un debate sobre el aborto, diciendo "Este es un Gobierno sin principios de orden moral y
natural". Con el Papa, ya
alcanzaban las críticas a las mentiras, la insensibilidad social, la bruja
ecuatoriana, el budismo zen, Sri Sri Raví Shankar y la masonería. La razón de
lanzar este debate sigue siendo “tapar la ausencia de buenas noticias”, hasta que
el campeonato mundial que comienza en junio, se lleve la atención de los
hinchas, los asistentes a recitales, los usuarios de subterráneo, y otros
grupos que elevan canticos contra la mama del presidente. En concreto, se busca
desviar la mirada del fracaso de la lucha contra la inflación, y las denuncias
de corrupción de Luis Caputo, Aranguren, Etchevere, Panama Papers, Correo
Argentino, etcétera, que comienzan a afectar al gobierno, como sucedió con DLR
y “la Banelco”.
-¿El discurso de Macri de
apertura de las sesiones ordinarias del Congreso trazará una estrategia para
2018, o será un nuevo conjunto de oraciones desorganizadas, en un lenguaje
precario, de ideas inestables, expresadas con las frases huecas de un
presidente sin destrezas oratorias?-¿Insistirá con la reforma laboral?-¿Le conviene seguir hablando de
corrupción? Porque la sociedad se va tornando menos tolerante con las denuncias
que afectan al gobierno-ya son muchas-: Los hermanos de Macri por los Panamá
Papers, el grupo Macri por la compra de parques eólicos; el reclamó a la AFIP para
que se levante el secreto fiscal del Ministro Caputo, y le den datos sobre sus
actividades “offshore”. Por ahora el gobierno solo decidió usar un fusible, el
saliente amenazante Subsecretario General de la Presidencia-Díaz Guilligan-por sus
depósitos en Andorra no declarados, aunque es el juez Bonadío quien investiga
la causa… Los diputados del FPV pidieron la lista de funcionarios con
inversiones “off-shore”. El reciente papelón del Ministro de Hacienda, la
impericia demostrada por un funcionario que actuó en un Banco privado que sale
a pedir inversiones cuando su dinero está en el exterior, han puesto de
manifiesto lo que yo señalaba desde esta columna hace tiempo. “Nadie confía en
alguien que desconfía aun de su propia gestión”. Transparency Internacional, coloca
a la Argentina con Kuwait, Kosovo, Islas Salomón y Benin. El Wall Street
Journal habla de lo difícil que es que Macri termine el mandato. CNN castiga
duro el endeudamiento y se burla de un economista oficialista en la cara.
A todo esto la respuesta del gobierno y el círculo
rojo es acelerar un juicio contra Cristina, para enfundar las espantosas irregularidades
tapadas por la prensa local. Mientras tanto, los sondeos muestran que ha
descendido el porcentaje de quienes creen que la economía se expandirá. De la
deuda record contraída por 133 mil millones de dólares, 108.000 los emitió el
Tesoro, de los cuales 76 mil en moneda extranjera. Durante el mismo periodo se
fugaron 82 mil millones de dólares. Alcanzamos un record entre 2016/2018,
Argentina es el mayor tomador de préstamos del mundo.
Se sabía que con DLR 2001, los intentos de introducir reformas
neoliberales por parte de partidos liberal-conservadores, grupos sociales,
factores de poder y aún sectores del electorado partidarios de ese tipo de
reformas económicas no iban a desaparecer. Lo que había entrado en crisis era
“el instrumento tecnocrático”. Por
lo tanto, los nuevos actores partidarios del reformismo neoliberal han adoptado
nuevas formas y estrategias políticas, desde un lugar distinto al de la
tecnocracia de 2001.
- ¿Desde qué lugar? -
No sabemos aún cuál, se trata de un fenómeno en marcha. Pero lo que SI sabemos
es lo que NO ES. No es una tecnocracia como la de 2001. Ni Macri, ni Aranguren,
ni Dietrich, ni Caputo, ni Quintana, ni Lopetegui, ni Etchevere son
tecnócratas. Un gobierno de empresarios y gerentes NO es una tecnocracia. Los
empresarios no llegaron al poder por sus competencias técnicas o su formación
académica, ellos vienen de la práctica corporativa, manejan poder desde su
acumulación de recursos en el mundo de los negocios. Sus críticos los acusan de
ignorantes, incultos, etcétera. En
defensa de los tecnócratas se los ha acusado de muchas cosas, pero no de
ignorantes o ineptos.
Algo nuevo se observa:
en lugar de despolitizar como la tecnocracia de DLR, utilizan a la política
como elemento de construcción de una nueva hegemonía. En los gobiernos
tecnocráticos militares y civiles hasta 2001, el discurso oficial era
economicista; estos empresarios en cambio hablan de Chocobar, del mundial de
Rusia, Venezuela, o de cualquier otra cosa, menos de economía. La experiencia
“Cambiemos” es una expresión más del fracaso del modelo tecnocrático de DLR. Luego
de aquello ni Acción por la Republica-Cavallo, ni Recrear-López Murphy, con
buenos caudales de votos continuaron tampoco. En cambio el PRO, se presento
como una tentativa de reconstrucción del neoliberalismo desde un lugar distinto
al de la tecnocracia. Hoy no encontramos una palabra que forme parte de la
jerga académica para definirla, porque CEOCRACIA es una alusión irónica y
despectiva que no forma parte del lenguaje académico. Pero ahora que lo
escribo, pensándolo bien, no encontrarle nombre, no poder definir académicamente
esta construcción que pretende reconstruir el neoliberalismo en la Argentina,
simbólicamente es escalofriante, …“no tiene nombre”.
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