El panorama mundial se presenta más favorable de lo
esperado, el PBI mundial se acelera, crece como no lo hacía desde 2011-cuando
empezó la tormenta sobre CFK-, hoy los precios de las commodities agrícolas se
encuentran en niveles altos y Brasil se
estabiliza después de la depresión que verificaron sus “fundamentals” desde
entonces.
El sistema financiero global continúa extremadamente líquido
y la economía local recibe dólares prestados que sobran. El país se encuentra
en estanflación o recesión-estancamiento con inflación, y el presidente del
BCRA dice que las expectativas de inflación se mantienen elevadas y la de
febrero-abril será más alta. Si esa es la perspectiva, se viene una paritaria
difícil con los sindicatos.
Sigue siendo un problema grave la pérdida de
competitividad de nuestras exportaciones, el atraso del tipo de cambio real y
la fuerte demanda de dólares para atesoramiento, turismo y gastos por Internet
no se nota, solo por la coyuntural entrada masiva de numerosos prestamos que a
largo plazo están generando un endeudamiento extravagante. El atraso del tipo
de cambio real es consecuencia de una política macroeconómica inconsistente con
el dogma hegemónico totalizador que nos ha “devuelto al mundo”. Los colegas que
piensan igual que el gobierno-ya que se paran en el mismo marco teórico-,
critican el desbocado déficit fiscal financiado con deuda externa y altas tasas
de interés reales, que dicho sea de paso, conllevan una gran oferta de dólares-hasta
junio- y presionan a la baja el tipo de cambio. Pero: - ¿que pasaría si los
poseedores de Lebacs no renuevan y se pasan a dólares? - Según los últimos datos
oficiales el total de Lebacs es de $646.000
millones y los pases pasivos $182.700 millones. La sumatoria de esta deuda
supera las reservas del BCRA en un 4%. Súmele u$s 15.000 millones depositados en
caja de ahorro que se podrían ir en un día, mas u$s 6.000 millones que están a
plazo fijo y se podrían ir.
Con cualquier metodología que se utilice, el déficit
fiscal primario es más alto que el que dejó “el marxista de Kicillof”. Ni
hablar si se suma el déficit “financiero”, el de las provincias y el “cuasi
fiscal” generado por la fiesta de Lebacs del BCRA.
En inflación nos aseguramos el segundo puesto después
de Venezuela, pero duplicando las tasas en 2016, habiendo superado todas las
marcas del kirchnerismo.
Nuestra relación deuda/PBI, hoy solo es peor para
Zambia, Senegal, Pakistán, Angola, Ghana, Sri Lanka, grupo de países al que de
todos modos pertenecemos en la categorización de Moodys.
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