jueves, 23 de marzo de 2017

POLITICA Y CIENCIA POLITICA

El entorno Macri “polariza” con CFK y denuncia un supuesto complot destinado a evitar que complete su mandato, en lugar de recapacitar sobre los daños auto infligidos.
En realidad, la democracia es más que un presidente legalmente elegido. Durante su mandato este debe ser legitimado o puede perder legitimidad democrática (Rosanvallón), inclusive como vimos en Brasil, puede ser interpelado por el Congreso-por otras causas-, la Republica eventualmente dispone mecanismos Constitucionales. Recuerde que nuestra democracia es representativa y no delegativa (O’Donnell). No existe tal cosa como un cheque en blanco de la ciudadanía al presidente electo. Independientemente de lo científicamente político, luce extraño pretender representar a un jubilado ignorando cuanto gana.
Por ultimo, amenazar con represión luce patéticamente Delarruistico.
Nueva instalación mediática del entorno: “Al presidente lo quieren desestabilizar”. -¿Será una estrategia electoral, una auto-condenación o una expresión de deseos del presidente de regresar a vacaciones de 365 días?
Cristina Fernández mide bien en la provincia de Buenos Aires, y los que vivieron ambas experiencias de gobierno, tal vez en una provincia-con conurbano incluido-apuesten por ella en octubre, aunque eso no este muy claro todavía.
La gobernadora  Vidal aplica la misma estrategia macrista.  Otra “polaroid”: “Baradel versus Vidal”, aunque la llanera solitaria fue funcional a la nacionalización de la crisis, ese desenlace también nos remite a Menem y De la Rua; Scioli siempre tuvo limitada la discusión a su provincia. Al gobierno se lo ve temeroso, hasta una entusiasta como Mirta Legrand enmudeció al matrimonio presidencial en cámaras: “Ustedes no quieren ver la realidad”, espetó. Por eso Macri aplica una ensalada macroeconómica realizando concesiones crecientes en materia económica y social, acumulando deudas, posponiendo batallas y retrocediendo invariablemente cuando enfrenta tensiones. Juega a un juego que no domina, usando un ropaje que le queda fatal, y poco a poco se van disociando los actores, el discurso y las acciones de gobierno.
La realidad es que el criterio de evaluación de un gobierno no lo construye Mirta Legrand, sino que se establece en función del cumplimiento de los objetivos y la posibilidad de promover transformaciones. “Necesitamos 20 años para terminar con la pobreza hoy” (Macri), significa-en otros términos-“les aseguro que habrá pobreza por 20 años”.

A menos de dos décadas de la crisis política, económica y social de 2001, se puede afirmar que existen coincidencias que nos remiten a una curvatura indecorosa en las encuestas y mediciones de aprobación. Se patentizan incuestionables conformidades en cuanto a las condiciones políticas, y las consecuencias en la macroeconomía.

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