miércoles, 17 de diciembre de 2014

LOS ECONOMISTAS TIENEN UN LIMITE INFRANQUEABLE



Lo repito cada tanto en las conferencias, pero producto de las políticas neoliberales en 2001, a punto estuvo la Argentina, de encaminarse a una revolución, fue así como primero llegaría la idea de realizar un cambio, con el fin de evitar la quiebra del sistema institucional. Los responsables del gobierno (políticos y economistas) no aplicaron políticas que dieran respuesta a las demandas que articulaban los movimientos sociales. Mas adelante, seria con las nuevas autoridades en un contexto de crisis general, que se adoptaron medidas que desarmaron el modelo económico existente, al tiempo que la declaración de “default”, rompió con el sistema financiero internacional privado (no con los organismos multilaterales de crédito), y se abrió una brecha de esperanza.
Las políticas de suspensión de ejecución de hipotecas, los mayores subsidios, los estímulos sancionados por el Congreso, hacían memoria de Lord John Maynard Keynes, quien dejó rápidamente de ser un teórico sospechado de cierta deformidad “socialista”, de aparente decadencia ideológica. Hay que decir que en buena parte, los mecanismos neoliberales, desde 2002 dejaron de estar presentes, permitiendo duplicar el PBI en una década, y generando 5.5 millones de puestos de trabajo-independientemente de los subsidios-, queda claro que se hizo lo necesario para moderar la caída libre de la economía (cuando en el ultimo trimestre de 2001 el PBI trimestral, se derrumbaba a una velocidad anualizada de mas de 30%). Para evitar el descalabro total, fue necesario aplicar una política monetaria ultra expansiva, complementándola con una política fiscal desinhibida hasta alcanzar el tope de la relación de endeudamiento (170 puntos del PBI), que actualmente es de alrededor de 45% del PBI (N. del R.: producto de lo que se dio en llamar, política de desendeudamiento, que no contempla el aumento nominal de la deuda-que por cierto creció, a una velocidad menor que el PBI-, sino la relación o cociente: Deuda/PBI).
Las crisis comienzan antes de hacer pico, la de 2001 ya afectaba fuertemente al sistema financiero, y también a la sociedad emergente de una recesión que conllevo 16 trimestres consecutivos de caída del PBI, y 17% de desempleo (luego superaría 22%), los discursos de los intelectuales que resistieron, recibieron poca atención, o fueron directamente descalificados irrefutablemente, ya que aun imperaba el “pensamiento único”.
Aun hoy es muy escasa la investigación de las Ciencias Económicas acerca de las verdaderas causas que provocaron la crisis financiera previa. Lo que luce indiscutible, es que en la Argentina los movimientos sociales establecieron un “limite”. Las demandas populares tuvieron un crecimiento exponencial y una incidencia decisiva, no solo en la articulación y ejecución de reclamos previos a la crisis, luego en el devenir, y posteriormente, influyendo en las políticas públicas, a través de una nueva dirigencia surgida desde sus filas. Como consecuencia del protagonismo de los movimientos sociales, la clase política tuvo que incorporar nuevos dirigentes con verdadero conocimiento de las demandas de la sociedad; y estos accedieron a cargos ejecutivos, presupuestos y gestión de políticas publicas; pero existe un problema irresuelto, los economistas que dan vueltas alrededor de los candidatos que miden, “no se enteran” que a una propuesta de ajuste le preexistirá un cerco que no se podrá traspasar. Es mejor que no lo intenten.


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