El fenómeno de “la crisis económica,
política y social” se incorpora oficialmente en la agenda de nuestro país,
después de la denominada “Crisis de la Convertibilidad”, y vuelve a
posicionarse con fuerza como tema de debate, remarcándose su asociación a los
pedidos de desregulaciones, y merma de controles e intervenciones del gobierno.
Desde 1994 las crisis financieras se incrementaban: México, Tailandia, Malasia,
Indonesia, Corea del Sur, Rusia, Ecuador, Brasil, y en 2001 Argentina. La
relevancia actual de analizar la crisis 2001, adquiere un interés inquietante
cuando regresan a la arena los protagonistas de aquella, con las mismas
propuestas. Todo esto se debe a que la ideología dominante por cuarenta años se
ha orientado desde los países desarrollados, como reflejo de la expansión de la
globalización de los mercados, y la expansión del capitalismo financiero (En el
“todo vale de los noventa” (frase de Stiglitz). En este entendimiento, la
situación financiera internacional se ha configurado desde 2008 como un
emergente del avance de “lo financiero” sobre lo político-igual que en
Argentina 1990-2001, y los actores a
cargo dan cuenta de ello.
En este marco, encontramos que la
diferencia para resolver los desequilibrios en los países desarrollados y
emergentes han perjudicado en mayor medida a estos últimos, y esto responde en
parte a la decisión de subordinar las políticas publicas a 9 de las diez reglas
del Consenso de Washington[1],
por ejemplo, en la Argentina, dejando paso a que los organismos multilaterales
de crédito, la tecnocracia y las “mejores practicas del mercado”, se trasformen
en el rumbo aceptado. Los avances registrados en las tasas de crecimiento del
PBI durante los noventa, se vieron contrastados con el aumento de la
desigualdad y la pobreza, debido al endurecimiento de las exigencias de los
organismos y lo que he denominado “el entorno neoliberal”[2].
El tema ha tomado especial protagonismo desde el inicio del nuevo milenio en la
Argentina, aunque fue perfeccionado cuando supero las fronteras de los países
emergentes, para concernir a los países desarrollados, lo que elevó la
incertidumbre de los países mas ricos desde 2008. La Argentina en 1998, asumió
el papel de “mejor alumno del FMI”[3], no
resguardando sus intereses nacionales, y adaptando sus políticas a los
requerimientos del Consenso de Washington, una década antes de ingresar al
mayor default de la historia mundial. Los riesgos no han menguado, algunas
propuestas del arco opositor proponen reediciones de experiencias que merecen
una respuesta académica de los cuadros del oficialismo.
[1] El Consenso de Washington incluye estos 10 puntos: 1.
Disciplina presupuestaria de los gobiernos. 2. Reorientar el gasto
gubernamental a áreas de educación y salud 3. Reforma fiscal o tributaria, con
bases amplias de contribuyentes e impuestos moderados. 4. Desregulación
financiera y tasas de interés libres de acuerdo al mercado. 5. Tipo de cambio
competitivo, regido por el mercado. 6. Comercio libre entre naciones. 7.
Apertura a inversiones extranjeras directas. 8. Privatización de empresas
públicas. 9. Desregulación de los mercados. 10. Seguridad de los derechos de
propiedad.
[2] Tigani, Eugenio Pablo, FMI, BCE, Fed, Treasury US, políticos
funcionales al marco teórico neoliberal, corporaciones internacionales , banca
privada de inversión y comercial, calificadoras de riesgo, nuevos profesionales
físicos, matemáticos, y sus nuevos productos derivativos financieros ofrecidos
por Wall Street, lobbistas de la desregulación de los mercados contratados por
las corporaciones para representar grupos de presión privatizadora en los
Congresos, mercados financieros internacionales-bolsas de valores-fondos de
inversión, capital de riesgo, private equity funds, hedge funds, fondos
mutuales de pensión, fondos buitres, corredores de cambio, fijadores de tasas
de interés y cambio-arbitrajistas-, sistema financiero en las sombras, comisión
de valores, especuladores, universidades formadoras y promotoras ideológicas,
buffetes de abogados top, economistas funcionales, consultores de alta
dirección extranjeras y locales, etcétera.
[3] IMF (International Monetary Fund), WBG (World
Bank Group) Boards of governors annual meetings, Washington, D.C., Press
Release No. 5, October 6 - 8, 1998, Statement by the Hon. CARLOS SAUL MENEM, President
of the REPUBLIC
OF ARGENTINA , at the
Annual Meetings of the Boards of Governors of the International Monetary Fund and
the World Bank Group
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