Las mismas caras de siempre, nos explican las amenazas que acechan la economía, en forma pesimista; de ese modo pueden satisfacer a un jefe politico.
Parafraseando a estos "economistas brillantes": “estamos inmersos en una situación agobiante”.
Lo cierto es que cuando se les indaga acerca de lo que deberíamos hacer, no exhiben propuestas, solo engendros repetitivos. Sin embargo cumplen con el rol que se les asigna-explicita o tácitamente-por parte de sus jefes y los intereses que ambos representan. Guste o no, concitan la atención y los sentimientos más hostiles de los televidentes “no oficialistas”. Por supuesto que quienes miran TV saben que son "asustadores profesionales", lo confirma SU “década perdida”-han profetizado falsamente-. Van perdiendo; desde 2001 acertaron 2, de 15.000 pronósticos.
A partir que se demostró que era posible hacer políticas económicas y sociales para todos, solo piensan en destruir.
Aunque ya no es posible regresar a una "economía sin gente", siguen combatiendo como pueden. Es bueno que los televidentes hagan memoria que durante 2001 batíamos récord de transferencia neta de capitales hacia el exterior, antes del default y la salida por el parabrisas de “la Convertibilidad”. No menos importante para el gobierno, es recordar que Mayo de 2003, fue el momento adecuado para intentar una reingeniería radical de la economía argentina.
En forma consistente con la “década ganada”, es necesario iniciar una década de prosperidad, deberíamos dar lugar a otro momento adecuado, para soltar la excepcional capacidad y potencial que tiene Argentina.
Estamos asistiendo a otra inmejorable circunstancia coyuntural-la crisis de los países desarrollados-, que da lugar para enunciar estrategias creativas e innovadoras. Es el tiempo de “pasar al ataque” desarrollando estrategias originales, inéditas; nos merecemos un diseño argentino, un nuevo perfil comercial y financiero que presente una extrema oscilación de “los negocios de la Nación”.
Si los argentinos retomamos la iniciativa, dejaríamos atras definitivamente a los agoreros y sus mensajes amenazadores. Si revelamos proyectos originales que involucren al comercio exterior y las inversiones, podemos ser suceso. Pienso en países complementarios, con tecnología, expertos y ricos; podemos “brillar”.
Japon es un país adelantado-que no es conflictivo ideológicamente-, ellos necesitan crear, hacer nuevas alianzas comerciales, y pueden llevarnos “de la mano” a la zona geopolítica de mayor potencial.
En Argentina la población trabajadora es sumamente competente-en Japon lo saben-y estamos ansiosos por seguir progresando.
Siento pasión por construir un “modelo nacional y original”, que incorpore un concepto claro: “hay que mantener el rumbo, pero haciendo innovaciones”. Paradójicamente para continuar el itinerario sin arriesgar las conquistas logradas, hay que hacer cambios. Necesitamos realizar inversiones indispensables, son aquellas que nos permitiran seguir incorporando recursos humanos al mundo de la producción y el trabajo. Para eso hay que innovar, buscando a través de lo inédito. Si somos creativos las nuevas inversiones llegaran, los inversores siempre aparecen donde perciben potencial de crecimiento.
Ningún país puede proyectar un crecimiento verosímil, si no edifica cada día el entusiasmo de grandes y pequeños actores económicos. Creatividad y nuevos negocios; es lo único que promueve y establece la expectación de los agentes. Hoy Argentina puede promover desde el Mercosur a Japon; "el gigante dormido"
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