Es una tradición europea y latinoamericana, pero el conflicto entre derecha e
izquierda no aplica a los EE.UU., ni tampoco a la Argentina. Al igual que en
Argentina (los peronistas y radicales), los demócratas estadounidenses no
reflejan la izquierda, aunque con ese objetivo macartista se haya citado a
Roosevelt entre los pobres y morenos, los sindicatos de obreros (que no son de izquierda), los intelectuales
del noreste y las minorías étnicas; una vibración muy parecida a lo que ha sido
el peronismo en sus orígenes.
Pese a esto, los demócratas, como los peronistas y radicales se dividen entre “sensibles a la derecha” y “sensibles a la izquierda”, con variedad de actitudes que van de los extremos al centro de sus partidos, claramente enmarcados dentro del sistema capitalista.
A esta altura usted ya esta advirtiendo que los radicales y los peronistas tienen un espejo donde mirarse, y así es; estos partidos tienen aparatos enormes antes que conjuntos ideológicos definidos de izquierda o derecha. Es más, la infundada derecha peronista esta más cerca de la demo liberal derecha UCR, que de la imaginaria izquierda peronista. En ambos países (EE.UU.-Argentina) se agregan pequeños partidos socialistas y comunistas, con bajo peso electoral.
Este carácter bipartidista, comparado con los estándares europeos estructurados y desarrollados, ha traído últimamente tanto en USA como en Argentina, autonomía de electores respecto a sus partidos, y ascenso al poder de cómicos y deportistas, desde Miguel del Sel, Fabian Gianola; hasta Castrilli. En los últimos años se han sumado también personajes religiosos como el rabino Bergman.
Dada la confusión de algunos de estos recién llegados a la política argentina, que realizan declaraciones nazi-fascistas, creyéndose liberales franceses, me permitiré una digresión. Aun un demócrata estadounidense si es progresista, nunca leyó a Marx, y al igual que George W. Bush, cree que Evo Morales es un monstruo, simplemente por prejuicio.
También el debate, se plantea menos técnico que “moralista” en estos últimos tiempos.
El conservadurismo en la Argentina no es ni siquiera un partido, en este
momento no logro conformar una coalición, sino una efervescencia de
reivindicaciones anti Kirchnerista, diseminadas y especializadas.Pese a esto, los demócratas, como los peronistas y radicales se dividen entre “sensibles a la derecha” y “sensibles a la izquierda”, con variedad de actitudes que van de los extremos al centro de sus partidos, claramente enmarcados dentro del sistema capitalista.
A esta altura usted ya esta advirtiendo que los radicales y los peronistas tienen un espejo donde mirarse, y así es; estos partidos tienen aparatos enormes antes que conjuntos ideológicos definidos de izquierda o derecha. Es más, la infundada derecha peronista esta más cerca de la demo liberal derecha UCR, que de la imaginaria izquierda peronista. En ambos países (EE.UU.-Argentina) se agregan pequeños partidos socialistas y comunistas, con bajo peso electoral.
Este carácter bipartidista, comparado con los estándares europeos estructurados y desarrollados, ha traído últimamente tanto en USA como en Argentina, autonomía de electores respecto a sus partidos, y ascenso al poder de cómicos y deportistas, desde Miguel del Sel, Fabian Gianola; hasta Castrilli. En los últimos años se han sumado también personajes religiosos como el rabino Bergman.
Dada la confusión de algunos de estos recién llegados a la política argentina, que realizan declaraciones nazi-fascistas, creyéndose liberales franceses, me permitiré una digresión. Aun un demócrata estadounidense si es progresista, nunca leyó a Marx, y al igual que George W. Bush, cree que Evo Morales es un monstruo, simplemente por prejuicio.
También el debate, se plantea menos técnico que “moralista” en estos últimos tiempos.
La personalidad de Macri no ha logrado amalgamar a los peronistas, porque no representa casi nada, el entorno peronista disidente no lo expresa, pero no lo respetan. Sin embargo su conservadurismo autoritario y arrogante le hace pensar que De la Sota o Moyano deberían someterse a su autoridad. Para lograr un conservadurismo populista, fue necesaria una figura como Menem, de extracción e historia partidaria PJ. sin un Menem, la coalición neo conservadora se ha dispersado, desprecian a Melconian, subestiman a Scioli, se pelean con Massa, etcétera.
“La llegada de un Carlos II-segundo-”, no esta a la vista. Ni recreando un partido radical alvearista conservador, pro campo; ni integrando el peronismo ostensible a la derecha, con los referentes neo conservadores periféricos al PJ.
En una sociedad de derechas diseminadas, las consignas peronistas que coincidieron con las de las masas progresistas, están intentando ser suplantadas por la exaltación de la inseguridad, la corrupción, accidentes de trenes; típicos de la derecha anestésica estadounidense; y es por eso que perdieron 2 veces frente a Obama; y en Argentina van frustrando cada intento de encontrar a un Menem.
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