martes, 3 de enero de 2012

#Argentinos viajan

Con la tablita cambiaria de Martínez de Hoz y la Convertibilidad, los economistas afines a esos programas, nunca aceptaron como valida la comparación exclusiva de la evolucion de los precios relativos versus la depreciación de la moneda. Podria hacer nombres y sacar "papers" o revistas de epoca. A diez años del colapso económico, cuando los expertos de “exterior y cambios” de los bancos analizan el tipo de cambio real frente al dólar, pueden coincidir en que la paridad no se presenta seriamente amenazada. Para que se entienda esta perspectiva: suponiendo que el tipo de cambio nominal frente a la inflación extraída del promedio de las consultoras privadas fuese exacto, la comparación que surge tomando Diciembre de 2001 seria $1,18 x dólar. En términos reales esto significaría que la mega devaluación Duhalde/FMI (2002), sigue resistiendo por más de 10 años. ¡Que devaluación!
Dicen los especialistas en moneda y cambio que las pequeñas correcciones que realiza el BCRA morigeran la trayectoria de la brecha. No obstante digo yo que a nivel macroeconómico, la situación argentina es absolutamente diferente que la precedente al citado cataclismo. No entrare en detalles de como es grande la diferencia en términos políticos y sociales; una obviedad que a esta altura no merece aclaraciones.
Si bien el tipo de cambio real bilateral contra el dólar, medido a precios de Diciembre 2001 esta siendo evaluado por los más escépticos, ellos mismos dicen que el tipo de cambio multilateral se sitúa alrededor de $1,76. Cuando estos especialistas miden la relación con Brasil, observan que se mantiene un considerable margen cambiario frente al real brasileño-hoy ese numero traspolado a 2001 da $3,08-. Cuando la correlación en la mira es del peso con el Euro, vemos que esta se ubicaría cerca de $1,52.
Entonces hay concluir que, no existen indicios genuinos para afirmar que la paridad podría generar tensiones justificables.
La cosecha de soja-50MM de toneladas-; aunque con precios bastante por debajo de los máximos históricos, lideran a un sector agrícola que garantiza un flujo de dólares constantes. Ingresos que compensan el déficit comercial energético que en 2001 no teníamos (al contrario, teníamos superávit).
La relación reservas/importaciones es optima. El saldo de la Cuenta Corriente del Balance de Pagos sería aun levemente superavitario en 2011, habiendo alcanzando el record de 11 años consecutivos de ganancias.
En otro orden de cosas, hay que echar por tierra que el “supuesto temor” asociado a la ola de argentinos que viajan al exterior. Los lugares de veraneo en Argentina estan repletos. Esta vez no es por la ventaja del tipo de cambio o con el endeudamiento creciente por el credito facil. La gente que viaja lo hace con sus propios dólares, producto de salarios que han crecido y actividades que han prosperado como nunca (quiero decir: tanta gente junta y de diferentes estratos sociales que le fue bien). Si existen prestamos personales, hoy día están contraídos en pesos y con tope de tasas. Se espera que este año salgan del país 13 millones de personas-14% más que a fines de los 90-, sin pedir prestamos en dólares con sueldos en pesos, y con un 65% menos de desocupación que en 2001. Para perfeccionar las formas, hoy ya no está el cerrojo de la Convertibilidad, Argentina tiene una paridad que es administrada, tanto para evitar una apreciación nominal excesiva, como para acelerar un ritmo devaluatorio que afectaría los ingresos ciudadanos. Las empresas y los bancos tienen un balance de divisas impecable. Según el consenso promedio de las mediciones de las consultoras privadas, el tipo de cambio crece menos que la inflación, pero suelen NO explicar la incidencia que tiene el fenomenal aumento en el precio de los alimentos a nivel mundial. Esta situación es fundamentalmente la que impulsa al BCRA a administrar el tipo de cambio. La idea es equilibrar los perjuicios que la situación importada generaría en el bolsillo de los ciudadanos. Hoy los precios mundiales de los alimentos pasan largamente los precios que se registraban en 2001-algunos se duplican en dólares-, mientras que las tarifas de los servicios públicos en la Argentina son 50% mas baratas que en la Convertibilidad. Con solo mirar el cambio en los precios relativos registrado en nuestra economía, cualquiera puede explicar la diferencia que existe entre un gobierno preocupado por el bolsillo del ciudadano y otro por los tenedores de los 152 tipos de bonos en default que heredo el actual gobierno.
En conclusión, al cumplirse 10 años del dramático 2001, el tipo de cambio real y, la situación macroeconómica se encuentra a milenios luz de aquella experiencia deforme.





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