La Reserva Federal, se enfrenta desde Julio a la necesidad de “barajar y dar de nuevo”, recalculando la política monetaria que iba a implementar, al enfrentar una situación distinta que la que tenia prevista. En el primer bimestre había dejado de inyectar liquidez, creyendo que la labor ya estaba concluida con el saneamiento del sistema financiero. Así las cosas, comunicó la cancelación de los programas de liquidez del semestre trágico, teniendo en cuenta que los datos del PBI y el consumo se encontraban en franca recuperación.
Recuerdo el comunicado de prensa del “Comité de Regocijo del Pueblo de Springfield”, que a fines de Abril expresaba que los niveles de actividad se fortalecían, y mejoraban los datos de empleo (ver notas anteriores) Luego se atrevieron a subir las tasas de interés, el dólar comenzó a apreciarse frente al Euro y el Yen; y las bolsas comenzaron nuevamente su ascenso. En este momento el paisaje es bien diferente en todos los aspectos mencionados y, obviamente en la política monetaria que ha de aplicarse. Como dije hace algunos unos meses, la FED fue demasiado optimista y aun sigue sin blanquear alguna probabilidad asociada de ocurrencia de una reincidencia recesiva, su pronóstico dice: “tenemos bajo crecimiento, con una inflación demasiado baja”, es lo mismo que decir: “prepárense a ver el segundo quantitative easing” Avisó en Agosto que iba a invertir en Treasury Bonds, los ingresos de las amortizaciones de capital de los títulos hipotecarios en su poder. Ya en Septiembre, en el primer día de otoño, el Comunicado de Prensa fue consistente con esa lúgubre estación, opinando que la inflación estaba en niveles inferiores a los que el Comité juzgaba apropiado frente al encargo de impulsar el empleo y la estabilidad de precios, y que se preparaba para otorgar una ayuda adicional. (Nadie reclama la independencia que se le solicita al BCRA?)
Las minutas de la semana anterior profundizan acerca de las herramientas monetarias que podrían aplicarse al segundo round de otro “quantitative easing”. El FMI dice que no hace falta, lo cual me confirman que lo harán, dado su nivel de error asociado a sus pronósticos.
Se viene otra compra de bonos del Tesoro como en 2009, y se recorrerán todos los caminos habituales para detener las expectativas inflacionarias. No pasara de Noviembre que esto sucederá, ya que las revisiones del crecimiento son a la baja y la inflación está según se dice: “demasiado baja” (Suena extravagante, se supone que la inflación es mala)
Dado que no existe espacio ni voluntad política para asumir los costos de aplicar una mayor expansión fiscal, las tasas de interés volvieron a bajar, el dólar se volvió a devaluar frente a las grandes monedas, y las bolsas y los precios de los commodities empiezan a “burbujear” Es obvio, dinero a costo casi cero, para que me compre lo que quiera. Si las cosas siguen este rumbo, Mercedes Marco del Pont-“la desarrollista”, se constituirá en una economista “ultra ortodoxa” frente al nivel de activismo que ha de aplicar la FED.
Volví a leer un paper con la perspectiva que tiene Ben Bernanke, acerca de los objetivos y herramientas de la política monetaria en contextos de baja inflación, y ahora me explico como lo ha hecho poner colérico aun al moderado “maestro” de la diplomacia monetaria, don Alan Greenspan.
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