jueves, 7 de junio de 2001

Megacanje

Para: AMBITO FINANCIERO
"MEGACANJE"LA REINGENIERÍA FINANCIERA DE LA DEUDA

El Sunday Times, de Londres, encabezaba el artículo como "El día que el mundo perdió el crédito". México tenía que pagar u$s 10.000 millones de dólares a los Bancos cuando Silva Herzog le dijo a Paul Volcker: ¡México está en quiebra!
Desde entonces "la deuda externa" ha ocupado una buena parte de la literatura de los países emergentes.
Se ha tratado infatigablemente de analizar causas y efectos de este dilema, con el propósito de atenuar sus consecuencias. Fue así como tuvieron que diseñarse distintos modelos e instrumentos financieros para poder hacer frente al peligro de incumplimiento y mantener el equilibrio del Sistema Financiero Internacional.
La gestión de la deuda en los mercados financieros internacionales agrupa dos grandes bloques de propuestas heterogéneas, que pueden clasificarse en: i)Operaciones de renegociación, refinanciación y reestructuración y, ii)Operaciones de Salvataje con Ingeniería Financiera.
Estas últimas hoy están jugando un rol protagónico voluminoso, jamás imaginado solo dos décadas atrás.
Su originalidad para reestructurar el perfil de las obligaciones y obtener nuevos bonos con propiedades más deseables, se ha convertido en una práctica de cada año (esta vez dos veces en un solo semestre).
Dejando de lado en esta nota, como se ha llegado a la situación actual, hay ciertas cosas que son evidentes.
La volatilidad de los precios de la deuda de los países emergentes a partir del efecto "Tequila" es una de ellas. La verdad es que con la globalización de los mercados y el devenir de la "casino economy" se ha creado un polo de demanda especulativa espectacular. Consecuentemente derivó en un aumento de productos financieros pomposos, pensados para gestionar el riesgo de los acreedores.
Por otra parte, la tecnología actual ha posibilitado que las instituciones financieras, además de haberlos creado, manejen sus precios y determinen las necesidades de coberturas de riesgo de sus clientes.
Es así como en este Megacanje, se unen las necesidades de acreedores y deudores. Estamos ubicados en una sub-categoría instrumental denominada (Debt for Debt Swap)o permuta de deuda por deuda. Se trata de un canje de Deuda de Bonos que vencen en los próximos cuatro años, por Bonos de nueva creación que vencen desde el 2.006 hasta el 2.031, con condiciones de pago y características de inversión distintas.
La suma de ofertas recibidas de conversión de deuda externa($32.00 millones), dentro del menú manejado por los bancos comerciales, equivale a 2,18 veces el promedio del tamaño conjunto de todas los tipos de swaps de deuda pública, del mercado mundial del período 1.987/89. (u$s 44.00 millones)
La velocidad de aprobación del "SEC " (Securities and Exchange Commission), quien tiene a su cargo el control de las ofertas públicas, fue el paso previo de un maratónico "road show" que comenzó en la Bolsa de Bs. As. presentándose luego en Londres y New York. Cavallo, su equipo y hasta algunos gobernadores provinciales de la oposición apostaron todo en esta delicada coyuntura.
El Megacanje consiste básicamente en disminuir las necesidades de financiamiento de los próximos cuatro años. Produce una rebaja en el pago de cupones (intereses), capitalizándolos de antemano, evitando el roll over permanente y despejando la incertidumbre que paraliza la economía real.
El cálculo aproximado, es que solo en el 2.002 disminuyen las necesidades de financiamiento en U$S 4.500 millones de dólares. Se reduce un 24% la exigencia de atención de la deuda hasta el 2.005, (aproxi U$S 17.000 millones)y despeja la captación de fondos para el Sector Público Nacional de los otros U$S 57.000 millones que necesitará obtener cuando conjuntamente se reabra el mercado de colocación de deuda voluntaria.
La impresión en el exterior era que Argentina enfrentaba riesgos muy altos de refinanciación. Era por eso que su tasa de deuda de corto plazo superaba largamente las tasas de largo plazo. Como muchas cosas en nuestra economía del mundo del revés, la yield curve de la deuda estaba exactamente reversa.
El resultado adecuado, debería implicar una baja sustancial del "riesgo país".
Si bien se espera en las próximas semanas una tendencia hacia la baja, no es improbable que la excesiva prudencia de los mismos analistas e ingenieros financieros, provoque algún remezón circunstancial.
No obstante, lo más refutable del canje, podríamos vislumbrarlo en las tasas a pagar en el lapso venidero, siempre y cuando se inicie un camino de crecimiento que posibilite cumplir con las amortizaciones comprometidas. Podría no ser así.
La tasa de riesgo país, depende de la solvencia fiscal intertemporal y de la tasa de crecimiento del PBI.
La duda es que al fijarse una tasa excesivamente alta, va a impactar negativamente las proyecciones de la solvencia fiscal intertemporal, lo cual obligará a generar un superávit primario de difícil consecución, visto el camino estratégico seleccionado, a requerimiento del actual contexto sociopolítico.
Para un país como el nuestro, la tasa procedente no debería ser del 15,5%. Se aplica un costo exagerado, que incrementa el peso de la deuda y dificulta de antemano un eventual "up grade". No digamos tan ambicioso como el "Investment grade" que procuraba el gobierno en Diciembre de 1.999, pero mejor que el actual "BB" en "Creditwatch".
Dada la tensión que hemos soportado por la convicción externa que podía venir un "default", los beneficios del canje han de superar momentáneamente los costos. Esta es la verdadera respuesta a la pregunta - ¿Cuánto nos costó evitar la sospecha permanente de la avenida del default?
Esta estrategia que reside en ganar tiempo, debe ser utilizada con eficiencia o las consecuencias serán graves, solo representará la postergación de una crisis desconcertante y de alcance desconocido.
En voz baja, digamos que si el plan no acompaña; el próximo SWAP que deberá encarar la ingeniería financiera, dependerá de la capacidad de absorber pérdidas de los participantes actuales. No cabe dudas, en ese escenario, una nueva Mega operación tendrá que realizarse con fuertes tasas de descuento en sus valores nominales.

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