La gestión de la deuda en los mercados financieros internacionales agrupa dos grandes bloques de propuestas, que pueden clasificarse en: 1)Operaciones de renegociación, refinanciación y reestructuración y, 2)Operaciones de Salvataje.
Estas últimas hoy están jugando un rol protagónico, jamás imaginado.
Su originalidad para reestructurar el perfil de las obligaciones y obtener nuevos bonos con propiedades más deseables, se ha convertido en una práctica de cada año (esta vez dos veces en un solo semestre).
Sin dejar de lado, el aporte de intimidación que realizaron quirománticos economistas en los días previos al Megacanje; existen ciertos componentes incuestionables.
En primer lugar, la volatilidad observada en la valuación de deuda de países emergentes, a partir del efecto "Tequila". Indudablemente la globalización de los mercados y el devenir de la "economía casino" han creado "la punta" más abundante, la demanda especulativa, muy peligrosa. Consecuentemente sus derivaciones reforzaron una diversificada oferta de productos financieros, pensados para gestionar el riesgo de los "grandes jugadores internacionales"(hedge funds).
Por otra parte, la tecnología ha posibilitado que las instituciones financieras, además de haber creado los productos, manejen sus precios y determinen las necesidades de coberturas de riesgo adicionales de sus clientes.
Es así como en este Megacanje, se unen las necesidades de los bancos, los acreedores y los deudores.
A esta altura de la revelación de la operatoria, podemos ampliar diciendo que estamos ubicados en la sub-categoría instrumental denominada (Debt for Debt Swap)o permuta de deuda por deuda. Un canje de Deuda en Bonos, con condiciones de pago más extendidas y características de inversión diferentes.
La suma de ofertas recibidas de conversión de deuda externa (U$S 33.200M), dentro del menú manejado por los bancos comerciales, equivale a 2,26 veces el promedio del tamaño conjunto de todas los tipos de swaps de deuda pública, del mercado mundial del trienio 1.987/89(u$s 44.000M).
Pero: ¿A que costó hemos evitado la sospecha permanente del default?
El incremento de u$s 2.257M de esta Mega operación, intensifica el peso de la deuda y dificulta en lugar de ayudar el tan deseado "up grade".
Dada la tensión que hemos soportado por la persuasión externa y la presión local que regresaba el escenario de "default", los beneficios del canje han de exceder momentáneamente los costos.
Pero si el plan de reactivación simultaneo no funciona, -digamos en voz baja-; el próximo SWAP, dependerá de la capacidad de absorber pérdidas de los recientes suscriptores. No cabe dudas, un nuevo canje solo podrá realizarse con fuertes tasas de descuento nominales, tanto que no podrán siquiera cubrirse, aún con las "disparatadas" tasas transigidas.
*Pablo Tigani -Consultor de empresas
martes, 5 de junio de 2001
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