La última campaña electoral presidencial fue la más extraordinaria de la historia en cuanto a los resultados del marketing político. Incluso si se la compara con el proceso que confirmó la fórmula De la Rúa-Álvarez. Sin embargo, la comercialización implica que después de publicitar y vender un producto, hay que entregarlo, obteniendo la satisfacción total del cliente.
A una semana de cumplirse los 100 días, el cuadro económico es el siguiente:
Fuerte caída de la actividad económica, duplicación de la velocidad inflacionaria, retracción del crédito, caída real de la recaudación y tensión cambiaria-2.000 millones de dólares en pérdida de reservas-. En un escenario de alta demanda de dólares, la contraparte de exportación y la entrada de capitales o, “lluvia de dólares”, no asoma. La mejora del clima de negocios, la eliminación de impuestos a la exportación, la reapertura de la economía y el acceso a 5 mil millones de dólares de financiamiento externo, no modificaron la situación.
El BCRA desaceleró la expansión monetaria, haciendo retroceder el crédito y debilitando el nivel de actividad económica. Los créditos al sector privado se contrajeron alrededor de 8 mil millones de pesos, cuando hace un año crecían 12.000 millones de pesos. La suba de la tasa de interés, hizo bajar el crédito comercial en más de 4 mil millones de pesos, y las financiaciones como Procrear y el programa de inversión productiva, cayeron 3 mil millones de pesos.
Lo más preocupante es que el BCRA colocó una formidable cantidad de LEBAC (Letras del Banco Central) a corto plazo. Esto significa que pidió préstamos en nuestros bancos, de dinero que como consecuencia no podrá llegar a las empresas privadas. Durante marzo vencen 254 mil millones de pesos; el primer día de marzo el BCRA tuvo que emitir 2.800 millones de pesos para el BNA (Banco de la Nación Argentina), porque el Tesoro le retiró sus depósitos. Es decir, el BCRA no emitió para el fisco, pero emitió para el BNA. Esta semana el BCRA subió la tasa de interés hasta el 38% y volvió a absorber pesos, endeudándose más, a corto plazo. El tema es que va a volver a emitir por mas de una razón, para financiar al Tesoro, para comprar divisas y para fortalecer su posición de reservas, y tal vez mas, porque tendrá que ponerle el pecho a los vencimientos de LEBAC. Recuerde que solo en concepto de intereses vencen 150 mil millones de pesos en 2016.
Los indicadores de actividad económica de enero y febrero muestran fuertes caídas; cae el consumo, la producción industrial y la construcción.
Se produjo un descenso de 3.3% anual en las ventas del comercio minorista en el primer bimestre del año, y la construcción comenzó mal en 2016. Los indicadores sobre actividad industrial también se desaceleran, en solo un trimestre estaríamos técnicamente en recesión. La producción de autos cayó 27% anual en el primer bimestre, se produjeron en los primeros dos meses 52 mil unidades, que representan 50% menos de lo producido en mismo periodo de 2013. El consumo privado tiene malas perspectivas, llega la actualización salarial, pero la política monetaria es inconsistente con la mejora del consumo.
En el mercado laboral se perdieron 107 mil puestos de trabajo en 2016, y previsiblemente las empresas no tomarán personal en el próximo trimestre. La caída del salario real es espectacular por la aceleración de la inflación.
El mejoramiento del clima de negocios, la flexibilización de restricciones para acceder a divisas y girar dividendos, pasa inadvertido, en su parte favorable a la inversión genuina. No existe ninguna mejora de los flujos de inversión extranjera, la demora de la inversión real, no ayuda. Aun los alumnos de primer año de ciencias económicas, saben que cuando la tasa de interés es elevada se aleja la inversión productiva.
Sigue la incertidumbre macroeconómica, todavía falta un programa fiscal y un programa monetario que de previsibilidad al inversor. Justamente en materia fiscal, el gasto devengado subió en las últimas semanas y acumula 33% anual de incremento. La recaudación mostró una fuerte caída real en febrero, al subir solo 26% año contra año-suba nominal-, bien por debajo de cualquier cifra nominal de inflación aceptada por el gobierno.
La inflación se aceleró, a un mínimo de 4% mensual. Marzo apunta a 5%, y todo indica que la inflación anual alcanzará 40/45%, mas allá del optimismo del ministro de Hacienda.
La gran novedad es que el dibujo sigue siendo una opción, el INDEC no arranca (reintegran y expulsan funcionaria clave, y su titular, lamentablemente esta con parte de enfermo). No es difícil comprender que la inflación, tiene que haber destrozado los indicadores sociales.
La novedad fue que el artificioso Ministerio de Hacienda informo el déficit fiscal primario correspondiente al año 2015, sumando el dato de enero de 2016, con una metodología que supera cualquier tergiversación pasada. Se debería haber computado el déficit por lo efectivamente pagado, sin computar la deuda exigible, en mi barrio, eso es “hacer mula”.
Conclusión: vence el plazo de entrega garantizada del producto, y los resultados pueden apreciarse: la inflación se duplicó, la actividad económica esta en caída libre, sube el desempleo y, los dólares no llueven. Si esta tendencia se consolida, 2016 se orienta a una caída de 2.5% del PBI, así nos da un promedio (no publicado) de consultoras privadas (80% afables con el oficialismo, 20% de reacios).
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