La economía argentina finalizó 2013 con una notable tasa de crecimiento (más de 5%), como anticipé en el primer programa del año en “A 2 Voces”-TN, www.youtube.com/watch?v=wViB9qZd6xY ; sin embargo no puede negarse que hubo una acumulación de desbalances que ya comienzan a ser atacados. Existen límites a la aceleración de los subsidios y la emisión para financiarlos, estos desequilibrios impactaron en mayor o menor medida sobre las expectativas, la inflación, el dólar blue, el déficit de balanza de pagos y la pérdida de reservas. Las distorsiones de precios relativos, especialmente la del tipo de cambio y los subsidios a los servicios públicos-no el nivel de gasto-, evidencian que el proyecto nacional y popular, necesita una actualización.
La designación
de Capitanich y Kicillof generó expectativas favorables, pero es obvio que cuando
un funcionario tiene que hacer cambios que no desea, suele ser durísimo (tuvo que devaluar y subir las tasas de interés).
Hubo un intento de insistir con soluciones microeconómicas, pera retomar los
equilibrios macroeconómicos, era ineludible, y sobretodo proyectar moderación
monetaria y fiscal; para “tapar la boca” de quienes hacen de estas cuestiones una
idolatría. Es muy difícil mantener el peso sobrevaluado, con restricción
externa y caída de reservas. Los países suelen atender sus necesidades
financieras colocando deuda en el mercado voluntario; pero la Argentina no
logra retornar a los mercados a tasas de interés razonables, ni remotamente. Entramos
en el año 14 sin poder colocar títulos-la
ultima vez fue en Octubre de 2000-. A pesar que las necesidades de financiamiento
del sector público son muy bajas-como las de Suecia y Suiza- (alrededor del 5% del PBI), el gobierno
tiene limitadas fuentes de financiamiento. Emite moneda o toma créditos “intra
sector publico”.
El proyecto
nacional y popular, ha tenido como objetivo, aumentar las prestaciones del
estado para mejorar la vida de nuestra sociedad, es por eso que el gasto
público creció en relación al PBI, no hubo ningún error, como dicen. Pero la
necesidad de cubrir el financiamiento fiscal con emisión- se agotó-aunque no explique el 100% del problema-.
Apresurarse a exteriorizar el acuerdo de precios fue una ingenuidad-ahora es obvio-, incitó a los
empresarios a subir los precios sin ningún tipo de disculpa. Para detener la disminución
de reservas se acordaron inversiones con empresas petroleras, se estrenó la letra
dólar link para que las exportadoras de cereales ingresen divisas, se subió el
impuesto a los vehículos y al turismo, se estrecharon los cupos de importación
y hasta las compras en el exterior por Internet; porque al pasar el tiempo, el control
de cambios que se aplico al principio, con la intención de frenar la baja de las
reservas, en el ultimo tramo estimulo el ascenso del “dólar blue” y la brecha. Luego
para contener el “blue” se vendieron bonos dolarizados-contradiciendo la pesificación de la economía-con el fin de
descomprimir la demanda de dólares y bajar el precio. Tengo que decirlo, el “blue”
fue muy fogoneado por “todas las voces, todas”, Kicillof no dice nada que
genere dudas, ni tampoco que no sepamos. La pregunta es, si ya sabemos lo que
son capaces de hacer y podemos describir la historia.- ¿Cómo es que llegan a
lograr birlarnos? –Ya sabemos que no estamos en 2001, la deuda externa y las
necesidades de financiamiento son muy bajas, no veo recesión, y la cifra de desempleo
es la menor de la década; eso si, los pagos de la deuda con reservas fueron muy
altos. La semana pasada se aceleró la devaluación del peso, se decidió flexibilizar la compra de dólares para
ahorro y disminuir (antes se
aumentó) el anticipo del impuesto a las ganancias. Obviamente, quienes quieran comprar dólares deben
justificar el origen de los pesos, además de coincidir el monto de dólares a adquirir con el nivel de ingresos de quien se
presente en ventanilla. El dólar pasó en un lapso corto de $6 a $8, esto es 33% más. Es evidente que si
bien-en su momento-se utilizó un
ancla anti inflacionaria y se evitó una sangría de divisas-al principio de las
restricciones-, estas
medidas se suponían que eran para dar tiempo a que llegaran otras medidas que
las reemplazaran, antes que disminuyeran las reservas, como sucedió. Financiar el gasto con emisión monetaria ya
no podía seguir siendo una opción única, ahora ya no es discutible. Es
necesario ayudar las expectativas-aunque
no nos guste-, pero también hay que generar incentivos en el mercado
financiero-si no pensamos nacionalizar la
banca o los depósitos-. Con la actual Ley de Entidades Financieras (casi la rediviva 21.495 de
descentralización de los depósitos y 21.526 reforma financiera de 1977, de la
dictadura), no se puede pagar 0,10% anual a los depósitos en dólares, ni
tasas de interés negativas en pesos, pretendiendo que los ahorristas continúen
dentro del sistema, eso representa un nivel de inadvertencia extrema, recuerde
que no tenemos acceso al ahorro externo. Si seguimos por esta “nueva senda”, necesitamos
recuperar el ahorro interno y atraer capitales argentinos fugados al exterior,
nunca ha habido semejante formación de activos externos. Estos son “los
comportamientos del sistema en que vivimos”, y las reglas que el gobierno
argentino-al que adhiero desde 2003- jamás se planteó
abandonar. Hasta aquí, se ha logrado lo máximo posible en términos de gobernabilidad
y justicia social-dentro del sistema-,
en un país conservador, mal que nos pese.
No hay comentarios:
Publicar un comentario