Los ataques terroristas cambiarios en Argentina nunca se limitaron en sus intentos, ni siquiera ante un gobierno militar. Recuerde como se llevaron puesto a Sigaut y Viola en 1981. Luego en 1985 hicieron volar a Bernardo Grinspun-primer Ministerio de economía de la democracia-, a Juan Vital Sourrouille y así, a cada ministro de economía que la UCR designaba. A todos se les operaban acciones de terrorismo cambiario, aprovechando la debilidad de las reservas y el desequilibrio de las cuentas externas.
Al principio se encresparon contra un “patilludo” populista, en la campaña de 1989. Con Menem tuvimos una híper devaluación y la segunda hiperinflación, donde grandes grupos económicos ganaron fortunas a causa de los shocks cambiarios y monetarios que generaron los asesores de Bunge & Born, que todavía están andan sueltos por el mercado. El terrorismo cambiario que siempre habia sido intimidatorio, se había fagocitado a un gobierno popular antes de empezar, llevando a cabo previamente atentados demoledores.
Para inicios de 1991, un grupo de asesores y comunicadores operadores, alternaban en puestos públicos o eran asesores y gozaban de mucha influencia en el país. Sobre estos últimos descansaría la tarea de los próximos 10 años. Parecía que habían ganado para siempre y, no obstante perdieron, algunos sobreviven.
Mediante estas operaciones anteriores a 1989, en poco tiempo la economía ejercería el control total de la política. Muchos ejercían un culto a la personalidad de Domingo Cavallo, otros reverenciaban la ideología monetarista, y se convertirían en fundamentalistas de mercado. A la par que la influencia ideológica de estos terroristas crecía, sometían a la política en forma extorsiva.
Como táctica, los ataques cambiarios tienen un accionar violento, inclusive en el límite, recuerde que terminamos 2001 con muertos, saqueos y el bloqueo del dinero de la clase media, a través del corralito.
Durante el gobierno de Duhalde en 2002, devaluaciones brutales, con caída del salario y desocupación como nunca. No obstante los ataques cambiarios, no se hicieron esperar con las presidencias Kirchner, pues siempre se fugaron capitales, durante los 2 periodos. Primero los Kirchner eran comunistas, luego ladrones y ahora son "capitalistas de amigos"; la cuestión es que hay que llevarse el dinero afuera. El hostigamiento-de las consultoras del circulo de afinidad a la devaluacion-, al gobierno "K" fue constante, mediante pronósticos agoreros como: "dólar a 15 pesos”, “se cierra el out put gap”, “estalla la hiperinflación”, “colapsan los teléfonos por no aumentar las tarifas”, “volvemos a un default en 2007, 2008, 2009, 2010”; “nos quedaremos sin energía en 2004”, “una quita de la deuda de 70% no será aceptada”, “el FMI no reestructurara la deuda en 2004”, “no conviene pagarle al FMI en 2005", etcétera.
Lo cierto es que antes de los gobiernos Kirchner, cada vez que esta especie de Al Qaeda cambiario tenía éxito, había un shock en Argentina, que nos dejaba sin trabajo. Porque el país se paraba, se suspendían las actividades productivas y hasta inclusive estallaba la híper inflación-en dos ocasiones-.
Mediante este sistema se puso el país de rodillas y al borde de una guerra civil, varias veces; no creo que sea inteligente bajar la guardia. No nos hagamos ilusiones, no nos confiemos, el ejercito de “Al Qaeda cambiario” no ha entregado las armas, ahora mismo está animando a los mercados para que dure la sangría, mientras esperan agazapados su próxima operación.
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