jueves, 13 de octubre de 2011

Fuga de divisas

El deporte favorito de los alterados y enviciados fugadores de divisas, superó su marca previa, y paso de u$s 2,000 millones mensuales a u$s 3,000 millones en Septiembre.

Básicamente se trata de un cambio en el portafolio de riqueza de los agentes económicos que sustituyen activos en moneda local por moneda extranjera, como cualquier vecino que asegura su automóvil contra el granizo. No es que siempre este granizando arriba de un auto, pero el seguro de cambio en Argentina ha sido mas útil que el seguro contra el granizo, y los ahorristas funcionan como los músculos, aunque por un tiempo no hagan deporte, tienen memoria, cuando empieza la gimnasia, vuelven a ponerse activos.
Una parte del aumento de la compra de dólares podría ser aumento de ahorro público, mas una reducción de consumo, debido al escenario de mayor incertidumbre mundial. Claramente no es la incertidumbre preelectoral la de Argentina, ya que parece imposible que CFK pueda perder las elecciones. Sin embargo observando un poco de TV, identificara un trabajo extra de la insistente cizaña que se mezcla con el trigo, “para afectar la confianza pos electoral”, esta suma algo, para que los agentes demanden divisas.
A los “picaros” de siempre, muy frustrados porque sus candidatos le han hecho perder tiempo y dinero, sin resultado alguno, se les escucha decir por lo bajo: “4 años mas esta yegua!”… Pero además, a la mala onda vernácula, se le suman los problemas económicos de la economía real mundial, con los comportamientos erráticos de los mercados de capitales. Las plazas desarrolladas están más turbulentas que en ningún tiempo que yo recuerde. La incertidumbre es de cada minuto. Un día suben 4%, otro día caen 4%.
Hasta hace tres meses, Argentina coexistía con este nuevo fenómeno, soportando una fuga de divisas del orden de los u$s 2,000 millones mensuales, pero ahora que la crisis global se potencio, y la incertidumbre mundial, sumo a la fuga 50% mas, “por las dudas”.
La compra de dólares, también esta relacionada con las extraordinarias ganancias de las empresas en el país, que las realizan, compran dólares y esperan, “por si las moscas”.
De todos modos, la demanda de bienes y servicios esta muy firme, si las empresas no invierten para expandirse por unos meses, aumentando los precios mantienen el nivel de facturación.
El público tiene salarios mas altos y una parte de la clase media (tiene un miedo bárbaro, porque la pasó muy mal en 2001/2002), entonces lo relaciona y vuelve a ahorrar en dólares, ante el más absurdo cuento de viejas.
El BCRA vende divisas en el mercado spot y futuro, para estabilizar el tipo de cambio, con el objeto de desacelerar el ritmo de emisión monetaria, mientras sube las tasas de interés. En este escenario coyuntural, luce atinado y necesario afrontar la tensión en el mercado de cambios porque hay un “plus” de impacto positivo. Al desacelerar la demanda agregada, se modera la inflación, de cualquier forma la economía viene “a todo vapor”. Paradójico para quienes pedían enfriar la economía, es que la extravagante fuga de divisas aumenta la tasa de ahorro, y sus efectos indirectos inciden favorablemente en la tasa de inflación que tanto les preocupaba para los próximos meses. Las mediciones “masomenométricas” que indicaban las consultoras mas distinguidas, ya se atajan y, hablan de una posible disminución en el ritmo de crecimiento de los precios relativos, a 17/20% (antes 22/25%)
El consenso de pesimistas full time podría encorvarse si la inflación en 2011, finaliza en niveles de 20%, con un PBI que crezca 8%.
Para que no parezca que ya no existe ningún otro peligro-si baja la inflación-, hoy el tema instalado es: “faltaran dólares y no sabemos que cosa sucederá en 2012”. Como soy un optimista pero ya son las 3 de la madrugada, otro día le cuento, cuales serian los efectos benéficos indirectos de esa situación.

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