…Queremos que nos digas cuando serán estas cosas, cual será la señal de tu regreso, y del fin del mundo?...Ustedes tendrán noticias de que hay guerras aquí y allá, pero no se asusten, pues así tiene que ocurrir; pero sin embargo, aun no es el fin… (Evangelio de San Mateo Cap.24, verso 2-6) La Biblia.
En estos tiempos, según el “best seller” de todos los tiempos; deberíamos estar preparados para escuchar sucesiones de acontecimientos negativos. Y estamos despertando cada día escuchando, aprendiendo de periodistas devenidos en expertos en tsunamis, terremotos, energía nuclear, frío ártico, alimentos escasos, agua contaminada, en fin; todos presumen de especialistas, pero no han podido pronosticar, las guerras, ni las calamidades, hambre y destrucción que estamos viendo.
En la economía podemos decir que las subas en los precios de los alimentos están dejando disminuir dramáticamente el horizonte de esperanza de vida. En los países de menor grado de desarrollo económico, donde vive la mayoria de la raza humana, se están padeciendo sufrimientos inimaginables para un habitante de la Ciudad de Buenos Aires.
La crisis acontecida con epicentro en los EE.UU., ha dejado millones de personas sin trabajo, y aun no se ha producido el ajuste exigido por el FMI y el BCE en Europa.
Los conflictos en Medio Oriente y África del Norte, se llevan vidas inocentes que ni siquiera saben porque están en guerra.
Y por si todo esto fuera poco, Asia es conmovida por el desastre ocurrido en Japón, país desarrollado y rico donde hoy día, millones de personas comienzan a temer por la falta de agua potable y alimentos contaminados por la radiación.
Todo esto elevó la incertidumbre económica, quedan pocos lugares del planeta donde ir en busca de aire fresco para los inversores.
Aquellos que piensan en abstracto, quieren aferrarse a una probable recuperación de la economía desarrollada, que estaba en marcha a principios de 2011, pero ahora esta hipótesis esta siendo desafiada y ha disminuido sus chances en solo unas pocas semanas.
El riesgo Japón, el petróleo a 100 dólares, los alimentos en alza, la situación de los países árabes en el límite, me hace pensar que estos son, “principios de dolores de parto”
Al mismo tiempo, gracias a Dios; en la Argentina asistimos a un “boom” de consumo, fuerte expansión del PBI y nivel de inversión creciente. La inflación existe, pero está estabilizada en los mismos niveles desde hace un año. El aparentemente débil modelo argentino, viene sorteando todos los pronósticos temibles que nunca recibieron países como EE. UU., Irlanda, Grecia, Portugal, Japón, Libia y Egipto. Países que hoy están enmarañados.
En un mundo que tiembla; muy lejos de las zonas de conflicto bélico, con abundantes reservas de agua y alimentos y, paradójicamente saliendo del mayor default de la historia mundial; se levanta un país. Argentina que llega a una elección presidencial, más dinámica que nunca; con una inflación estable, que no afecto excesivamente la competividad, y además permitió que se fuera generando la mayor tasa de inversión, en relación al PBI.
“Argentina, un milagro de Dios, un refugio en medio de la tormenta mundial”
jueves, 24 de marzo de 2011
Milagro de Dios
Publicado por
Pablo Tigani
en
23:26
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