En la Eurozona, la comisión europea revisó al alza su previsión de crecimiento para 2010, a 1,7%, contra 0,9% antes de ahora. El PBI real de Europa aumentó en el segundo trimestre de 2010 a un ritmo anualizado de 3.9%, parecería una exageración, pero el crecimiento europeo fue arrastrado por Alemania, que publicó una suba sorprendente de 9% anualizada, tal vez la tasa más alta alcanzada desde la reunificación alemana, con la caída del muro de Berlín.
Después de la crisis griega y las perspectivas oscuras que se blandieron sobre la región, esta noticia ayudó a desembarazar el ambiente enrarecido. El anuncio por parte de las autoridades europeas de un plan de rescate para los países fiscalmente más comprometidos y, el hecho que disminuyera el riesgo de insolvencia del sistema financiero europeo al realizar los stress tests, construyeron los cimientos para retomar la dirección correcta, exhibiendo a un BCE que estaba controlando la situación de los bancos, y en particular su exposición a los riesgos soberanos de los distintos países, brindando mayor transparencia e información sobre el panorama actual de las entidades. Sin embargo la realidad, es que Alemania se está beneficiando de la recuperación de los países emergentes, y de la buena performance del comercio mundial, que sigue en expansión luego de recuperar casi todo lo dañado durante la crisis.
Los mercados del mundo recibieron sosiego ya que los bancos tendrán suficiente tiempo para cumplir con la norma acordada en Basilea, con periodos de transición que en algunos casos se extienden a enero del 2019 o más. Las acciones financieras experimentaron alzas por los nuevos requerimientos de capital aprobados, y la bolsa de Nueva York subió impulsada por los valores bancarios, luego del acuerdo de los reguladores para reformar el sistema financiero internacional. Los operadores parecen aplacados por el hecho de que el acuerdo de Basilea III, que no obliga a los bancos a captar enormes sumas de dinero inmediatamente, sino que les da varios años para alcanzar los objetivos reunidos en Basilea. Los directores de bancos centrales y los reguladores acordaron que entre el 1º de enero de 2013 y fines de 2018, la proporción de fondos propios de los bancos deberá alcanzar 7% de sus préstamos, integrando un respaldo que los proteja en caso de crisis. Las instituciones disponen de siete años para cumplir esas exigencias. Aun los bancos cuyo endeudamiento supera las exigencias de Basilea III, tienen mucho tiempo para cumplirlas, los otros disponen de hecho de capital excedentario. Al parecer, no habrá crisis bancaria inminente y se sortearán los problemas de los países con riesgos soberanos, por el momento. Pero si las locomotoras emergentes de China, India y Brasil disminuyeran significativamente el estímulo monetario al gasto agregado y ello afectara su nivel de actividad, disminuyendo la demanda externa por productos europeos, otro seria el pronóstico. Pero en general, con una serie de buenos indicadores publicados en China, se alejan los temores de recaída de la economía en la recesión.
La producción industrial china aumentó 13,9% en Agosto comparada con el mismo mes de 2009, y las ventas minoristas 18,4%, la FERRARI amarilla no se detiene.
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