La restricción externa se volvió embarazosa para nivelar la oferta y demanda de divisas; el quid de la cuestión es la fuga de capitales, que en los últimos dos años sacó del país más de 44.000 millones de dólares, equivalentes a 7 puntos del PBI anualizado.
El problema de una elevada salida de capitales es la inviabilidad de un rebote rápido de la inversión que acompañe el nivel de actividad en el corto plazo. La tasa de crecimiento depende del ahorro doméstico y externo, enérgicamente sobresaltados por la hostilidad de los agentes de los mercados antes de las elecciones.
No obstante los precios de los títulos públicos siguieron repuntando y el riesgo país cayendo, en parte acompañando la normalización de las condiciones financieras internacionales y cierto retorno del apetito por el riesgo. El riesgo soberano que se ubicaba en 1,245 basis points el 23 de junio descendió 224 puntos al viernes 10, mientras los precios de los bonos argentinos repuntaron fuertemente después de las elecciones.
El “Discount” o el “Par en dólares”, acumularon subas de 8% y 6,5% respectivamente desde el viernes (26) previo a la elección.
– ¿Mejoraron las expectativas? – En mi opinión mejoraron. Los mercados ya están descontando la aversión que les merecía la situación descrita. Los mercados esperan que se produzcan cambios de cara al 2011.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario