(Columbia University)
En una empresa todos los problemas tienen solución.
Lo único insuperable es “no vender”. NPC Intl., una de las mayores franquicias
de EE.UU., propietaria de Pizza Hut y Wendy's Co., se declaró
en bancarrota y solicitó la protección del Chapter 11 (Concurso de
acreedores). La empresa tiene alrededor de 1.200 locales de Pizza Hut y 400 de
Wendy's en todo EE.UU. El Grupo Aeroméxico anunció la aprobación por parte del Tribunal por el Concurso
preventivo solicitado el 30 de junio. La agencia Standard & Poor's ha bajado la calificación de crédito del
grupo de aerolíneas Lufthansa a “bono más basura” pese al rescate estatal.
La crisis económica inducida por el coronavirus provocaría
el cierre de más de 2.7 millones de empresas
y la pérdida de al menos 8.5 millones de puestos de trabajo en Latinoamérica
(Fuente: CEPAL). Según esta fuente la mayoría de las empresas de la región han
registrado importantes caídas de sus ingresos y están en aprietos para defender
sus actividades.
En una crisis económica nacional o internacional, todo
tiene solución porque los países no quiebran. Lo cierto es que la pandemia dejara un recuerdo desastroso.
La Organización
Internacional del Trabajo estima que el número de horas trabajadas cayó 4.5% en el segundo trimestre 2020 con respecto
al último trimestre 2019. Unos 130 millones de empleos a nivel mundial. Las
horas trabajadas cayeron 10.5% frente al trimestre anterior a la crisis. De los
2.000 millones de empleados informales que tiene el mundo, el 50% ha resultado fuertemente
impactado. La reducción de la actividad
económica por la pandemia ha provocado una caída del comercio mundial de
6.5% interanual en el primer cuatrimestre 2020.
El FMI imagina caídas de 8% en EE.UU. y Brasil, entre 10%
y 13% en la Eurozona y, más de 9% en América Latina. Solo China proyecta un
crecimiento del 1% en 2020.
En
los países prósperos, el déficit fiscal podría superar 17/18% del PBI en 2020, versus 3% que hubo en 2019, y que los paquetes fiscales son verdaderamente
formidables. En los emergentes, el déficit fiscal llega hasta 11% del PBI, contra
5% de 2019. La relación deuda/PBI
mundial, alcanzara 101% del PBI en 2021, resultando 20% más que en 2019.
La
deuda de los países avanzados aumentará a 130% del PBI, financiada a bajísimos
costos. La deuda de los países emergentes que promedia 60% del PBI, pagará
intereses mucho más altos. Resulta trágico que el costo de un país desarrollado
con una relación 1.3 (deuda/PBI), es 1/3 de lo que le cuesta a Argentina
sostener 92%.
Pero
hay mas, hoy los préstamos al sector privado pueden llevar a que la deuda
termine en concursos y quiebras porque los salvatajes tienen un límite que la
pandemia no adquiere.
-¿Qué es una pandemia?- Un brote
epidémico que afecta a extensas regiones geográficas.
¿Qué diferencia a la Argentina del resto de los países
que sufren?
Cuando
estalló la pandemia, en oposición a la crisis 2008-2009, llevábamos 77 meses
consecutivos de crecimiento y habíamos reestructurado la deuda exitosamente. En
2019 los argentinos estábamos otra vez en default (desde agosto). La inflación
interanual rondaba 55%, desde los 20/25% que estimaba la “Inflación Congreso”
en 2015. En enero de 2018 ya habíamos perdido el crédito internacional que
recuperamos 22 meses antes, razón por la cual hubo que acudir al FMI para que
desembolsara en menos de un año u$s 44 mil millones. El riesgo país no cambió
demasiado pagando a los fondos buitres, pero se había disparado en 2018/2019.
En el BCRA quedaban alrededor de u$s 11.000 millones de reservas netas (2 meses
de importaciones). En 2019 el déficit fiscal comenzó a dispararse por la necesidad
de estímulos que se efectuaron para mejorar la actividad antes de las
elecciones. Sucedía que había dos bases monetarias, una con más $1 billón en
LELIQ remuneradas al 80% al 10/12/2019.
En
diciembre 2019, el backing de convertibilidad comunicaba dólar de $168. Un
eventual error en el desarme de LELIQ u otra procedencia podía disparar la ya
desproporcionada relación deuda/PBI 92%-desde 44% en 2015-. Habíamos invertido
la proporción virtuosa de deber en pesos y ahora debemos en dólares, pagando
tasas de 7 y 8%. Los vencimientos se concentraban entre 2020 y 2023. La pobreza
llegó al 36% (INDEC), 40.1 (UCA), desde los 26% de 2015. Una tendencia
que se contradecía con la que registraban los países Latinoamericanos. El
desempleo finalizó por encima de 10%, desde 6.5% en 2015, incluyendo 124.000 nuevos
empleos públicos y un aumento de monotributistas sociales.
En
marzo 2020 acumulábamos 21 meses de recesión, caída del consumo, inversión y
desplome de las importaciones. En el periodo 2015/2019 el PBI per cápita cayó
11% (Fuente: paper Federico Sturzenegger) y, habían cerrado 24.000 empresas. En
3 años el gobierno aumentó las tarifas hasta 1.700%. La caída de la inversión a
PBI del periodo 2015-2019 fue de 15%, habiéndose derrumbado desde el pico de 23/24%
del periodo de los Gobiernos anteriores. El deslizamiento inicial comienza con
la histórica conferencia del 28 de diciembre de 2017 y entra en caída libre en
2018 y 2019 afectando a muchas empresas que vieron reducido sus patrimonios en
dólares. Entonces se extiende un alto grado de incertidumbre que fue creciendo
mes a mes.
La
fuga de capitales alcanzo u$s 95.000 millones en el periodo 2015-2019, mientras
en el último periodo de Cristina Fernandez 2011-2015 había sido de alrededor de
u$s 14.000 millones. La formación de activos externos (fuga) se produjo por las
megas devaluaciones que significaban pérdidas patrimoniales temibles del ahorro
argentino y enorme destrucción de riqueza de las empresas, como no se había visto
en 20 años.
La inestabilidad macroeconómica 2018-2019 y la
volatilidad que generaron los cambios recurrentes en las reglas de juego fueron
destruyendo la tasa de crecimiento potencial de la Argentina.
Esa
es la diferencia. Nada más.
La combinación de la pandemia, con un país extremadamente
debilitado y reducida capacidad para aplicar políticas de estimulo, aceleró el
deterioro macroeconómico condicionando la futura recuperación.
La situación
de la Argentina demanda que sus ciudadanos tomen consciencia de cuál era
la situación previa al Covid 19, para entender lo que pasa y lo que viene.
(*) Profesor de Postgrado UBA y de Maestrías en
universidades privadas. Presidente de www.hacer.com.ar , Economista Jefe de FECOBA. Máster en Política
Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. hacer@hacer.com.ar
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