Durante muchos años la industria de los “analistas de riesgo y consultoría catástrofe” floreció, pero el fervor que azuzaba a los mercados se marchitó al comenzar este otoño; corporaciones multinacionales redujeron sus departamentos y comprimieron significativamente los gastos en servicios de consultoría externa. Es que finalizando el primer trimestre del año asistimos a un panorama económico sereno, no hubo salto de la brecha cambiaria ni fuerte caída de las reservas, ni desplome de las expectativas; como en algún momento vaticinaron muchos “analistas el mercado”, sino, todo lo contrario. El manejo de la política económica de Kicillof y la sintonía monetaria de Vanolli, lograron atenuar los pronósticos de 400 días de desequilibrios inminentes.
El pánico de una crisis macroeconómica por falta de dólares o por nominalización ascendente de las variables nunca sucedió y dejó en cambio un escenario donde estos riesgos disminuyeron hasta lo impensado en el corto plazo. El Gobierno se aseguró la transición con el swap de monedas con China (el que no servia para nada o nunca llegaría), hubo financiamiento externo adicional con bonos de YPF y bonos de la Ciudad de Buenos Aires. El dólar blue se mantiene calmo en $12.72, el BCRA sigue abasteciendo la demanda de dólares-ahorro para quienes estén en orden con la AFIP. Hasta hay cierta euforia financiera en los mercados de bonos y activos producto del efecto: “Massa se cae, Macri no existe, el proyecto sigue y no explota nada”, todo esto contribuye a la estabilidad de corto plazo que estamos viviendo. También se moderó la inflación que iba a superar el 50%, y a pesar del fortalecimiento del dólar a nivel global, la caída del precio de las commodities y la depreciación del real brasileño, nada alteró la situación en la coyuntura.
El ahora candidato y ex ministro de economía de Cristina, el muchacho de la 125, dice que no hay un fenomenal atraso cambiario, que incluso un dólar libre estaría en la mitad de la brecha actual, otros ya piensan que el dólar no será problema para un eventual sucesor. Mientras que el nivel de actividad, se desacelero en 2014 (2013 se creció entre 3 y 4%), parece que ya muestra alguna mejoría de pronostico en los próximos dos trimestres.
Luego de la marcha del 18F y la fallida de Nelson Castro, el humor social ha mejorado, la última encuesta de Management & Fit, dice que ha habido un giro positivo en las expectativas sobre la marcha de la economía: la expectativa negativa sobre el futuro económico que en septiembre era de 62.2%, ahora se redujo a 36.3%.
La gente percibe que con la moderación de la inflación y la recomposición salarial en paritarias que se avecina, el poder adquisitivo de sus ingresos podría mejorar, dando algún impulso al consumo; cuando poco tiempo atrás surgían temores de cualquier accidente económico que iba a golpearles el bolsillo.
En este contexto, gana el optimismo, parece que el Gobierno confía en que puede llegar a la elección en un clima económico más favorable aun, y cree que protagonizará una transición apacible, sin referencias en la historia económica reciente. En este contexto, hoy el Frente para la Victoria tiene encuestas donde aventaja a la alianza PRO-UCR, 40% y 28% de los votos, en ese orden, Massa ha quedado distanciado, sin duda han aumentado las chances electorales de un triunfo del oficialismo. Si la elección se polarizara, las simulaciones de segunda vuelta sugieren que hoy se impondría el FPV sobre PRO-UCR holgadamente, porque el voto massista en gran medida retornaría al FPV en una segunda vuelta. Las encuestas recientes reflejan que hay más gente que prefiere la continuidad con cambio (2/3), que cambio sin continuidad (1/3), lo que nutre mas las chances del FPV. En otro orden de cosas, el Gobierno también obtuvo conquistas en plano judicial: la Sala 1 de la Cámara Federal decidió que no continuará con la investigación de la denuncia de Nisman por encubrimiento, como lo habían solicitado los fiscales Pollicita y Moldes, y el Tribunal de Casación, parecería en cambio que podría terminar fallando a favor del Gobierno declarando constitucional el acuerdo con Irán.
Desafortunadamente el declive de “la industria de pronosticadores catástrofes” no trajo consigo la disminución de amenazas, importuna el paro del 31 de marzo, hay que seguir lidiando, a los riesgos habrá que reducirlos, economía aprendió a administrarlos, solo hay que asegurarse contra “amenazas novedosas”, una especie de espantajo que surgió, durante el verano.