En octubre tenemos elecciones legislativas, como siempre, en la mitad del período presidencial. Pronto se definirán las candidaturas, y las coaliciones que competirán por el poder.
La política argentina no ha cambiado mucho, siempre se divide entre un oficialismo fuerte y una oposición débil y fraccionada. El oficialismo-si es peronista-, mas allá del ala que represente, en una situación como la actual hará concesiones dentro del partido; y la oposición anti oficialista se debatirá entre el hedonismo de sus próceres, y la necesidad de voltear a su "archi enemigo". Si algo caracteriza a la política argentina, es la dificultad de la oposición para entender el peronismo (ver notas de Febrero de 2008 sobre el peronismo y justicialismo). La situación de los demás partidos en cambio, luce obvia:
En el Partido Justicialista convive un sector que responde a Kirchner, y varias minorías que recorren el amplio espacio del movimiento, que adoptará como siempre, el posicionamiento más conveniente.
En la Unión Cívica Radical, la parte ávida de protagonismo liderada por Cobos, se pasó en forma abrupta y mañosa al oficialismo, viendo que este ganaba las elecciones. Hoy los divisores Cobistas, están divididos entre Cobos, Carrió, y el oficialismo.
El progresista ARI fundado por Carrió en 2001, comenzó a perder líderes que se pasaron al FPV, viendo a Carrió, que se oponía frontalmente a un gobierno que se parecía demasiado a lo que ella proponía previamente. Así las cosas Carrió, fundó un partido de centro derecha-dos en un lustro-, y dejó en libertad a sus diputados progresistas, que ya no eran funcionales a su nuevo y oportuno posicionamiento discursivo.
El Partido Socialista, con líderes santafesinos como Binner y Lifschitz, reflexivamente opositores, tienen también a Basteiro y Rivas de Buenos Aires que se unieron al oficialismo.
El PRO, con varios diputados como Argüello, Borocotó y Spátola, regresaron al peronismo, y mantiene buenas relaciones con sectores conservadores del PJ. La izquierda argentina, como casi siempre-desde la irrupción del peronismo en la escena nacional-, se encuentra en una situación enigmática.
Con este panorama, está claro que se repite el cuadro de siempre: “peronismo-anti peronismo”. Hubo un tiempo más claro aún en 2008, que se expresó desde,“el conflicto del campo” o “las cacerolas de teflón”. Pero la historia dice que “lo anti” no perdura, una vez logrado el objetivo, la situación vuelve a la realidad. Castells no tiene nada que ver con la Sociedad Rural Argentina, y aún Miguens se sigue haciendo buches, luego de compartir un mate que pasaba de mano en mano.
Las de octubre serán las primeras elecciones entre el FPV versus la sucesión del natural ciclo peronista. La definición del futuro, como siempre, está en el peronismo. Néstor Kirchner puede regresar de cuerpo presente como candidato a senador en las legislativas y/o como candidato presidencial 2011. La alternativa es: amenguan los K y regresa un justicialismo que gira estratégicamente hacia el pragmatismo. Esto podría inspirar a Carrió a fundar otro nuevo partido, el quinto que la contaría como militante en menos de 10 años, disputándole el record a su cófrade, la ex Tendencia Revolucionaria de la Juventud Peronista y Menemista, doña Patricia Bullrrich.
En este escenario probable se pone en marcha el “todos unidos triunfaremos”, mediante el “y como siempre daremos”-realización de internas-, siempre que no haya candidato clamor. El 2009, con o sin Kirchner, parece que todo pasa por el peronismo otra vez. En un eventual escenario de folklore peronista, porque Kirchner se endurece, Frankensteins peronistas saldrán del ropero, y harán coalición con Dráculas extra partidarios.
El “anti peronismo” no es un conjunto homogeneo. Radicales, conservadores, socialistas y otros, son la antigua Unión Democrática, que solo se une para enfrentar al peronismo sospechado de "Filonazi, Filotrotskista o Filomena Marturano". Los peronistas le llaman “gorilas”, los asociados se llaman a sí mismo“alianza X, Y o Z”. Cada uno de ellos tiene sus propios intereses u objetivos, pero todos dependen de una coalición para “seguir participando”.
La mayoría es capaz de taparse la nariz y aceptar un peronista que “saque los pies del plato”-al decir de Perón-. Tan fuerte es el rechazo para aceptar que el peronismo vuelva a ganar las elecciones.
El fracaso de la Alianza-donde Lilita Carrió hizo campaña para Fernando De la Rúa- pesará menos, que la hipótesis de un eventual triunfo del oficialismo para los "anti". El retorno del radicalismo depende del grado de egoísmo de sus “piantadinos*”. Finalmente la supuesta Alianza no es otra cosa que los radicales de la dispersión, con radicales fieles y un remanente externo que suma poco.
El PRO, depende de Macri, que exterioriza grandes dificultades de gestión en la ciudad-honrosa excepción del ministerio de Desarrollo Urbano-, quien a la larga podría ser absorbido por el peronismo más conservador.
El peronismo es pragmático y veloz, para las próximas presidenciales ya instaló a Scioli y Reutemann-devenir natural y cronológico de su histórica evolución interna-ambos candidatos exhiben una inmejorable imagen pública. Yo diría que la oposición tiene que ponerse las pilas.
La política argentina no ha cambiado mucho, siempre se divide entre un oficialismo fuerte y una oposición débil y fraccionada. El oficialismo-si es peronista-, mas allá del ala que represente, en una situación como la actual hará concesiones dentro del partido; y la oposición anti oficialista se debatirá entre el hedonismo de sus próceres, y la necesidad de voltear a su "archi enemigo". Si algo caracteriza a la política argentina, es la dificultad de la oposición para entender el peronismo (ver notas de Febrero de 2008 sobre el peronismo y justicialismo). La situación de los demás partidos en cambio, luce obvia:
En el Partido Justicialista convive un sector que responde a Kirchner, y varias minorías que recorren el amplio espacio del movimiento, que adoptará como siempre, el posicionamiento más conveniente.
En la Unión Cívica Radical, la parte ávida de protagonismo liderada por Cobos, se pasó en forma abrupta y mañosa al oficialismo, viendo que este ganaba las elecciones. Hoy los divisores Cobistas, están divididos entre Cobos, Carrió, y el oficialismo.
El progresista ARI fundado por Carrió en 2001, comenzó a perder líderes que se pasaron al FPV, viendo a Carrió, que se oponía frontalmente a un gobierno que se parecía demasiado a lo que ella proponía previamente. Así las cosas Carrió, fundó un partido de centro derecha-dos en un lustro-, y dejó en libertad a sus diputados progresistas, que ya no eran funcionales a su nuevo y oportuno posicionamiento discursivo.
El Partido Socialista, con líderes santafesinos como Binner y Lifschitz, reflexivamente opositores, tienen también a Basteiro y Rivas de Buenos Aires que se unieron al oficialismo.
El PRO, con varios diputados como Argüello, Borocotó y Spátola, regresaron al peronismo, y mantiene buenas relaciones con sectores conservadores del PJ. La izquierda argentina, como casi siempre-desde la irrupción del peronismo en la escena nacional-, se encuentra en una situación enigmática.
Con este panorama, está claro que se repite el cuadro de siempre: “peronismo-anti peronismo”. Hubo un tiempo más claro aún en 2008, que se expresó desde,“el conflicto del campo” o “las cacerolas de teflón”. Pero la historia dice que “lo anti” no perdura, una vez logrado el objetivo, la situación vuelve a la realidad. Castells no tiene nada que ver con la Sociedad Rural Argentina, y aún Miguens se sigue haciendo buches, luego de compartir un mate que pasaba de mano en mano.
Las de octubre serán las primeras elecciones entre el FPV versus la sucesión del natural ciclo peronista. La definición del futuro, como siempre, está en el peronismo. Néstor Kirchner puede regresar de cuerpo presente como candidato a senador en las legislativas y/o como candidato presidencial 2011. La alternativa es: amenguan los K y regresa un justicialismo que gira estratégicamente hacia el pragmatismo. Esto podría inspirar a Carrió a fundar otro nuevo partido, el quinto que la contaría como militante en menos de 10 años, disputándole el record a su cófrade, la ex Tendencia Revolucionaria de la Juventud Peronista y Menemista, doña Patricia Bullrrich.
En este escenario probable se pone en marcha el “todos unidos triunfaremos”, mediante el “y como siempre daremos”-realización de internas-, siempre que no haya candidato clamor. El 2009, con o sin Kirchner, parece que todo pasa por el peronismo otra vez. En un eventual escenario de folklore peronista, porque Kirchner se endurece, Frankensteins peronistas saldrán del ropero, y harán coalición con Dráculas extra partidarios.
El “anti peronismo” no es un conjunto homogeneo. Radicales, conservadores, socialistas y otros, son la antigua Unión Democrática, que solo se une para enfrentar al peronismo sospechado de "Filonazi, Filotrotskista o Filomena Marturano". Los peronistas le llaman “gorilas”, los asociados se llaman a sí mismo“alianza X, Y o Z”. Cada uno de ellos tiene sus propios intereses u objetivos, pero todos dependen de una coalición para “seguir participando”.
La mayoría es capaz de taparse la nariz y aceptar un peronista que “saque los pies del plato”-al decir de Perón-. Tan fuerte es el rechazo para aceptar que el peronismo vuelva a ganar las elecciones.
El fracaso de la Alianza-donde Lilita Carrió hizo campaña para Fernando De la Rúa- pesará menos, que la hipótesis de un eventual triunfo del oficialismo para los "anti". El retorno del radicalismo depende del grado de egoísmo de sus “piantadinos*”. Finalmente la supuesta Alianza no es otra cosa que los radicales de la dispersión, con radicales fieles y un remanente externo que suma poco.
El PRO, depende de Macri, que exterioriza grandes dificultades de gestión en la ciudad-honrosa excepción del ministerio de Desarrollo Urbano-, quien a la larga podría ser absorbido por el peronismo más conservador.
El peronismo es pragmático y veloz, para las próximas presidenciales ya instaló a Scioli y Reutemann-devenir natural y cronológico de su histórica evolución interna-ambos candidatos exhiben una inmejorable imagen pública. Yo diría que la oposición tiene que ponerse las pilas.
*Personaje de historieta argentina.
2 comentarios:
1- ¿Me parece a mi, o está un poco oficialista el post?
2- El Peronismo No existe más.
3- Al parecer, dispararle a Carrió fué el objetivo de esta entrada.
¿Que es esto??
"Carrió, fundó un partido de centro derecha y dejó en libertad a sus diputados progresistas, que ya no eran funcionales a su nuevo y oportuno posicionamiento discursivo"
Vos pensás que los Kirchner son de Izquierda? o Peronistas? o Progresistas?
Es lo más ridículo que se puede decir.
1) Ni oficialista ni anti oficialista, es mi opinión.
2) Respeto tu opinión, aunque no la comparto en absoluto.
3) No. Carrió está hablando con el PRO y Lopez Murphy, los que quedaron en el ARI están ideologicamente a su izquierda.
Si, pienso eso. Los K son afiliados peronistas de larga trayectoria partidaria. Nestor K es el presidente del PJ, y Cristina K, la candidata del PJ que ganó las elecciones.
Los progresistas que conozco, aún en el caso mas extremo hablan de apoyo crítico. Las acciones de gobierno 2003-2009, me parecen progresistas. Gracias por tu tiempo y por compartir tu visión.
PABLO TIGANI
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