Por: Pablo Tigani*
En la Argentina es necesario ratificar la frase que el pueblo
hizo propia. Es inaudito que ni los partidos políticos, ni hasta el momento, los
organismos de DDHH hayan organizado una jornada de repudio por lo acontecido en
Brasilia. La población argentina debería movilizarse en apoyo a la democracia
en la República Federativa de Brasil. ¿Qué va a pasar si se pasa por alto esta
locura? ¿Los mismos jueces que metieron preso a Lula, van a investigar a los personajes
furiosos y sus instigadores? ¿No es la UCR
la que había impulsado a los organismos de Derechos Humanos para crear una
comisión parlamentaria que juzgara los crímenes cometidos por la
dictadura cívico militar?
LOS MEDIOS PERMANECEN IRRESPONSABLEMENTE DESBOCADOS
No se pueden ignorar los gravísimos peligros que resultan de la
contaminación comunicacional. La distinción entre la verdad y la
información que recibimos es cada vez más difícil de establecer. Debido a la
grieta, del lado oficialista funciona una censura inclemente que elimina la
realidad hasta el contorno, incluyendo las noticias que provienen del exterior,
que llegan solo en pequeñas cantidades y rigurosamente expurgadas. Las
informaciones y los comentarios de los portales y la televisión están
orientados en un mismo sentido por las consignas de los medios hegemónicos y
del partido Juntos. La opinión depende de allí más que en ninguna parte, de los
instrumentos de difusión masivos, y estos conducidos por la ley de la ganancia.
Tienden a complacer el gusto de las audiencias indignadas y a orientarla en el
sentido de sus prejuicios.
Admitida la tendencia natural de la gente de a pie a la
simplificación, basta con darle “zócalos” tan altisonantes como sea posible,
soportes sensacionalistas y demagógicos; de allí a caer en una estampida
colectiva no hay más que un paso que se está siempre por dar y, este fin de
semana se dio nuevamente.
En Brasilia el domingo había catervas en la calle, de las que
tienden a aislarse y suprimir todo punto de vista diferente, toda comprensión disímil
y aun, todo conocimiento de la razón opuesta. Una versión de Revolución Federal
incontable, infinita.
Actuando impúdicamente desde hace muchos años, los medios
hegemónicos y sus satélites, las corporaciones gansteriles y los jueces
corruptos, crearon un clima psíquico colectivo propicio para que se den estampidas
como la de Brasilia o el intento de homicidio de Cristina Kirchner.
LA HERMANDAD DE BOLSONARO Y MACRI
“Mi hermano, tenemos prácticamente los mismos ideales”. Así comenzó su discurso el ex presidente de Brasil, Jair
Bolsonaro, luego de la reunión bilateral en Casa Rosada con Mauricio
Macri. Queremos lo mejor para nuestros pueblos” (INFOBAE, 2019)
¿Andarán dos juntos si no están de acuerdo? - Ponerse de acuerdo significa estar unánime en un
asunto entre dos o más personas. Algunos miembros del Macrismo hicieron publica su adhesión
a la reelección de Bolsonaro.
Ayer el canciller Santiago Cafiero advirtió sobre la
“radicalización de las derechas antidemocráticas en la región”. “Trump en
Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil y lo representa Macri en Argentina”, remató.
LA VIOLENCIA ES LO PEOR PARA TODO
Aunque no es positiva la frase: “todos son lo mismo”, es
cierto que no existen gobiernos perfectos. Pero todo, no es lo mismo. El actual
gobierno argentino está muy lejos de las expectativas que había despertado al
asumir, pero mandó aviones de Aerolíneas Argentinas para traer vacunas, mientras
la oposición salió a la calle a quemar barbijos y a decir que la pandemia
era un invento. Muchos salvaron sus vidas gracias a las vacunas, y otros murieron
de COVID por seguir la corriente “anti vacuna”, incluyendo los mismos lideres
agitadores. Ellos sucumbieron ante la realidad. Los más delirantes lastimaron
a golpes a un periodista, maltrataron, rompieron el camión de exteriores de un
canal, y nos obligaron a contagiarnos a toda costa con su exposición. Para
Bolsonaro también era una “gripecinha” y “los brasileros buceaban en las zanjas”.
Pero indaguemos lo que para Bolsonaro y Macri es, “lo mejor
para los pueblos”. La inversión y los negocios. En el caso del perfil de ex presidentes
“neoliberalismo de prepo”, borraron con el codo lo que escribieron con la mano.
El inconveniente importante de sus gobiernos fue que creían que siendo
obsecuentes con Donald Trump era suficiente. Pues, si no hay democracia,
previsibilidad y respeto pleno a los poderes de la Republica y las
instituciones de la Nación, no hay inversión.
Esto es “la democracia”, oportunidades para todos y todas, incluyendo para
la inversión y los negocios. No se consiguen inversiones con lawfare en Brasil,
ni tampoco con la pandilla que se va de vacaciones a conspirar a Lago
Escondido. La inversión es la llave de crecimiento a largo plazo. La historia argentina reciente nos muestra que, en
medio de la violencia de cualquier tipo, la inversión huye. Y es completamente
lógico y racional. Paradójicamente Alberto Fernández tiene un índice que da 50%
más de inversión a PBI que el gobierno “pro mercados” de Cambiemos.
Brasil y Argentina son dos ejemplos de lawfare, que al final
no es más que inseguridad jurídica e institucional. En nuestro país, las
empresas que costaban u$s 100 millones (2015), cuatro años más tarde (2019) su capitalización
bursátil no alcanzaba a u$s 60 millones. En 2015-2019 las inversiones se derrumbaron
y la recesión destruyó 24.000 empresas pymes y 800.000 puestos de trabajo. Los “libre
empresistas” triplicaron los “planes sociales”, aumentaron 50% el desempleo, el
país quedó ruinosamente endeudado, y los capitales especulativos que hicieron
su agosto huyeron con u$s 86.000 millones. Las consecuencias de la tragedia y
el saqueo van a perdurar por mucho tiempo en la Argentina.
en el ejemplo de Brasil vimos un futuro
previsible
Imagínese a Mauricio o Patricia, José Luis, Javier en el
poder... ¿Qué van a hacer? Ya se lo dijeron. Búsquelo. Pero tampoco se olvide
de Rodríguez Larreta y Morales (UCR), porque “Juntos”, tiene los mismos ideales,
como dijo Bolsonaro de Macri.
En la Argentina después de las PASO el ex presidente instó a
la violencia. Elucubró un bastonazo de intimidación cambiaría a través de la
mesa de dinero de un banco extranjero, con tal de echarle la culpa al futuro
gobierno de su concluyente derrota.
El domingo pudimos percibir dirigiendo a las turbas a los que
todavía no repudiaron “el atentado a la vicepresidenta”, al que quiere “quemar
el Banco Central, asiendo a golpes una maqueta”, a la que va a “entrar con
ametralladoras a la provincia de Bs As.”, el que pretende “meter bala”, la que dijo: “el que quiere estar
armado que ande armado y el que no quiere estar armado que no ande armado.
Argentina es un país libre”; o la postrimera “te rompo la cara” al
ministro de Larreta. A la Titanoboa cerrejonensis que nunca se deslizó por el barro, pero mistificó: “La gente en la calle dice
que se vayan, la gente en la calle dice los quiero matar”, alentando levantamientos.
Un ex presidente que cree textualmente que: “En el fondo, a todas
las mujeres les gusta que le digan qué lindo culo que tenés”, o la última: “el liderazgo tiene que bancarse las consecuencias del ajuste
y la represión”. Pues no. No los votamos para que nos peguen, ni para que rompan
más nada.
Cuidemos la paz. Miremos lo qué pasó en
Bolivia (“la hermana” Jeanine Añez, fue condenada a 10 años de prisión), Perú
(Castillo preso por intentar cerrar el Congreso como Fujimori, ahora en una
situación interminable), “el hermano Bolsonaro” habló de fraude en Brasil, y
provocó los espantosos asaltos vandálicos a los tres poderes de la república.
Son muchos los que estan indignados
de los mismos políticos
Es cierto que hay personajes y apellidos que se repiten
indefinidamente como si se tratara de monarquías hereditarias. Busquemos nuevas
alternativas y nuevos políticos que no estén corrompidos, que no sean ególatras,
que no estén pensando en sí mismos todo el tiempo. Que concluya la impolítica de
los sectarios y excluyentes dentro de un espacio que se dice peronista. Termínenla
con los ministerios “loteados” y las atornilladas de sillas en cargos públicos.
Finalicemos con la elección de ineptos, mafiosos, estafadores del Estado, pandillas
de gánsteres, saqueadores de riqueza del país, mentirosos que mienten hasta
cuando respiran; pero, sobre todo, que ninguna nueva elección, vuelva a
incluir a ningún violento. ¡Nunca más!
(*) Profesor
de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política
Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6
libros. @PabloTigani