Los argentinos estamos consumiendo un alud de
opiniones y predicciones acerca de la reestructuración de la deuda soberana. Muchos
tenemos acceso directo a banqueros y financistas de Wall Street, pero
paradójicamente son pocos los que apuntalan y pueden aproximar resúmenes francos
en forma desinteresada.
Una avalancha de notas periodísticas intenta
explicar excesivamente los pormenores de esta negociación convirtiendo la
noticia en “ensalada”. Algunos saben, otros tocan de oído, se nota mucho.
- ¿Cuántos ciudadanos podrán por ejemplo,
familiarizarse con la noción de valor presente, cupones, bonos, plazo, tasas y
equivalencias? - Se suman además, las operaciones de economistas y comunicadores
con posiciones fatídicas, aunque sin certezas a la hora de fundamentarlas.
Mientras tanto, podría ser que si se consolidara
un retroceso generalizado como respuesta definitiva, esta situación nos
conduzca a tener que aportar propuestas alternativas. Nada más. Obviamente.
Esto recién comienza. Por lo pronto los acreedores y el mercado de títulos
reaccionaron positivamente. En los hechos hubo un rally alcista en bonos y cayó
el riesgo país.
A
continuación una apretada síntesis de los más importantes diálogos hasta las 22
horas del viernes. a la pregunta: -¿Cómo estás viendo la propuesta?-
1) “Hasta hace unos días teníamos un reporte local
(NYC) que estimaba que el recorte del (principal) iba a ser de alrededor de 60%
y, los tenedores esperaban con cierto fastidio la propuesta de
reestructuración. Como tal, este ofrecimiento oficial parece más favorable de
lo que se esperaba. Sin embargo no se pueden descartar ruidos, porque es el
primer paso de negociación y existe la expectativa de que los tenedores reciban
algo un poco mejor”.
2) “Lo que veo es que ustedes se están
aprovechando de una mala situación”. “Take
it or leave it” (Tómelo o déjelo). A primera vista lo veo así,
pero tenemos que revisarlo mejor”.
3) “Lo que darían los nuevos bonos a las distintas “exit
yieds” (rendimiento de salida), para mí no alcanza, van a tener que agregar
algún cash sweetener (edulcorante en efectivo). Están los buitres dando
vueltas. Por eso si el Gobierno logra que el FMI haga un desembolso para
terminar de endulzar la propuesta, se puede llegar a cerrar. El FMI debería
tomar una quita de 10/15% y usar eso para terminar de cerrar el tema. Tiene que
tener alguna responsabilidad también, ellos nunca ponen nada. Ya los bonistas
están soportando una buena quita”.
4) “Más o menos, no nos queda otra” (banco muy
importante)
EN CONCLUSION
La propuesta no es agresiva ni el negociador es
una fiera. El ofrecimiento luce moderado y la negociación se hará con dignidad.
Claro que los acreedores estaban desacostumbrados a la sobriedad y el decoro. No
era el perfil del Gobierno que contrajo la deuda. Si bien recibir menos no
enamora a los tenedores de bonos, consideran que fue provechoso que se haya
emprendido el proceso de negociación de manera rápida. Duhalde y Kirchner se
tomaron su tiempo. No había experiencia. En cambio los endeudadores seriales
desde 1977 han acumulado una experiencia fenomenal para presionar.
Aunque en nuestros encuentros anteriores durante
enero y febrero en EE.UU.-con ejecutivos e inversionistas-, pudimos percibir
que nadie esperaba ser seducido por la iniciativa argentina, los tenedores de
bonos tampoco aguardaban esta frugal oferta, aunque expongan otra cosa.
Lo cierto es que la tasa de interés se hizo
pomada en un mundo en caos, el BCE paga para prestar. Pedir una rebaja sobre
las extravagantes tasas de interés a las cuales fueron colocados los bonos no
es tan grave. Acuérdese que en Argentina muchos de los acreedores no solo ganaron
prestando, sino aprovechando el “curro trade” y, una parte importante de las
fuga-mediante simuladas licitaciones, para frenar al dólar- ya se había recaudado.
Por lo tanto, si la oferta no prospera tal y como fue presentada, se verá para
ir avanzando. Obviamente que habrá alternativas contingentes preparadas. - ¿Podemos
caer en default? – Podemos. Aunque no es el deseo caer otra vez en la trampa de
los buitres y caranchos-extravagantemente remunerados por el precedente
establecido-Macri-Prat Gay.
No solo corresponden ver porcentajes de quita de
intereses, los tenedores deberían considerar el importante esfuerzo mostrado en
buscar una salida en medio de la anarquía planetaria. Existe más que buena
voluntad, otro Gobierno se podría despreocupar. Con la crisis del coronavirus tal
vez habría que tomar tiempo, la apuesta es grande. No todo el mundo está feliz
con tanta diligencia para resolver el problema. En este mismo instante hay otras
contrariedades de vida o muerte.
Las barreras que levanta el consenso tradicional
adversario (externo e interno) ha sido siempre un obstáculo difícil de superar
en el ejercicio de un reperfilamiento de deuda. No obstante para situaciones
graves como esta crisis, las ciencias económicas no disponen manuales de texto
consistentes con la solución de la problemática. Recuerde que Martin Guzmán es
un experto en “estudiar” reestructuración de deudas, no en “hacer
reestructuraciones de deuda”. Cualquier reestructuración estudiada ha sido
hecha antes de ahora y, no se ha resuelto en un contexto como el actual.
Nuestra particular situación de disidentes
internos, choca con los diálogos directos concisamente descriptos. Lucen muchos
más hostiles los economistas y periodistas de “estas empresas a las que les
interesa el país”, que los actores estadounidenses consultados.
En los casos de teóricos estándar, la devolución
es producto del imperio de arquetipos extremos-modelos mentales-, que
invariablemente se resisten a ser reemplazados. Será importante esta vez, no
abreviar nuestra perspectiva a los primeros escarceos, como si fuera la única
forma de llegar a un acuerdo, en caso que los acreedores no acepten.
La estructura económica internacional hoy experimenta
cambios desacostumbrados y transcendentales. Pero además, durante los últimos trece
años los viene haciendo a una velocidad fenomenal. La crisis de Lehman Brothers
resucitó a Lord Keynes. Así fue como se evitó el colapso del “neoliberalismo
hard”-. Hoy el neoliberalismo residual está en crisis profunda.
China expresa en el trimestre la primera
contracción de magnitud en varias décadas,
la OMC esta en pánico, Rusia y los países petroleros se sacuden. Trump
le saca dinero a la OMS. El FMI que hace dos años nos oprimía con ajustes, ahora
nos apoya vivamente para impulsar estímulos. Haga memoria cuando el FMI buscaba
psicólogos para Argentina (2003) y luego su directorio aprobó un acuerdo por
encima de cualquier expectativa preliminar. Tenga presente que en 2002 los
bonistas jamás iban a aceptar una quita de 65%-según nuestros macroeconomistas-,
también éramos los estafadores del mundo y, en febrero de 2005 tuvimos 75% de aprobación
a una propuesta realmente agresiva. El negociador que logro “la mejor
reestructuración de deuda del mundo” era inconmovible. Dejó la vara quedo muy
alta.
(*) Profesor de Postgrado UBA y de Maestrías
en universidades privadas. Presidente de www.hacer.com.ar , Economista Jefe de FECOBA. Máster en Política Económica
Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. hacer@hacer.com.ar
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